ANTAGONISMOS
Columna de Tony Nicolau



Ayer se reunieron en las principales plazas de algunas ciudades (no todas ni tantas) un número importante de 'fieles' de este gobierno. Sin duda alguna, en el marco de la democracia. La que habilita esta plaza y las seis anteriores pero con insalvables diferencias.
En las otras multitudinarias (multiplicando con creces a las de ayer) estaban los excluidos con los 'integrados' (término empleado para aquellas clases sociales que sufren menos las consecuencias de las medidas económicas de este gobierno sin por ello dejar de caminar con los que la padecen más) en una expresión más de la solidaridad que los medios masivos de comunicación dominantes quieren teñir de violencia y barbarie. Fueron plazas de trabajadores, de estudiantes, de familias enteras, de hermosas renegridas cabelleras, de niños y niñas amamantados por robustos pechos cargados del dulce alimento vital, de maestros y maestras de guardapolvos blancos, de obreros, de pequeños empresarios, de intelectuales, de investigadores, de estudiantes universitarios, de comerciantes fustigados por la ausencia de ventas, de inquilinos y propietarios solidarios. Unas plazas heterogéneas, como heterogénea es la sociedad en la que habitan. Juntos. Sin rechazos de clases. Salvo de aquellas que añoran la nostálgica e imposible reducción nacional. Es un piso de comuniones de ideas.
En las plazas de ayer, en cambio, primó la clase social 'paqueta', la que rechaza a los 'morochos' y la que odia a los 'K' con un odio visceral a ambos in-disimulable. Son los que desean el país portuario. El interior solo lo aceptan para conocer sus bellezas geográficas, nunca su gente sencilla y trabajadora. Jamás su 'negritud' intrínseca. Menos su indigenidad constitutiva.
Una movilización que no se organiza en torno a consignas, ni a banderas partidarias, ni se forman detrás de una columna. No creen en la organización, no les hace falta. Son 'a-políticos', o mejor: anti-políticos. Defienden a la 'democracia' como si ese significante fuera una propiedad privada. Su propiedad privada. Únicos intérpretes de su significado.
Reclaman su derecho a expresarse como si les fuera escasa la existencia insistente de sus innumerables medios de colonización mental que todas las mañanas y tardes y noches salen a marcar las diferencias entre uno y otro sector social. Huelen a perfume y a cremas. No está mal, después de todo es necesario disfrazar el fétido aroma de sus almas egoístas, llenas de odio, de violencia contenida, de racismo y xenofobia encubiertas en ropajes discursivos de 'buenos modales'.Así lo plantean, así lo muestran, así lo disfrazan: ellos o nosotros. Nuestro puerto y nuestra europeidad o sus negras testas y su barbárica cultura.
Son dos proyectos de sociedad irresolubles que este pro-ceso vino a profundizar: el de la integración, la distribución, la justicia social, la independencia de la dominación extranjera y la soberanía política, frente a la idílica reedición de los pactos espurios con el imperio, ya no británico, ni francés ni estadounidense, sino transcapital, colonizados en la subjetividad, sin otra identidad que aquella que reclama la exclusión de todo 'desorden' que le dispute a ese constructo mental llamado 'raza' la apropiación indebida de la vida que les pertenece a los que son diferentes.



Existe una frontera insalvable... y se llama ANTAGONISMO.

 

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