Por Mónica Papaianni
Axel, ¿vos creés que Macri tendrá lectura de la gente que salió a la calle, del paro del 6, el acuerdo de la CGT con todas las organizaciones para darle protesta y batalla a este ajuste?

A mí me parece que un paro general es lo suficientemente elocuente, pero ya hemos visto que Macri dice que no entiende para qué un paro, un paro, le explico al Presidente Macri, es cuando los trabajadores sufren y necesitan expresarse democráticamente, y lo hacen a través del paro que es un derecho constitucional, si quiere cambiar la Constitución necesita más votos que el 51% que consiguió, y yo creo que no va a conseguir ese apoyo, porque los argentinos tenemos en nuestra tradición, en nuestra historia el derecho al paro, a la organización sindical y a la pelea por lo nuestro.

Hablando de la situación actual y como se llegó a la misma, Axel Kicillof desarrolló lo siguiente:

Cuando nosotros mostrábamos lo que era el neoliberalismo, nos hablaban de campaña del miedo, paradójicamente ha sido una gran ventaja y un factor que contribuyó al triunfo de Correa, de Lenin Moreno en Ecuador el hecho de que hoy no se tenga que hablar de neoliberalismo en la región, ni siquiera recurriendo a la década del 90, ellos tuvieron un neoliberalismo devastador, destructor, podríamos decir que nuestro neoliberalismo fue desastroso, pero zafamos de una que era la organización que se trató hacer, trataron de privatizar el banco central de la república Argentina y trataban de privatizar la AFIP y la recaudación, esos eran proyectos que estaban dando vueltas y eran alternativas a lo que ocurrió después con Néstor, si no se hubiera dado una salida hubiéramos terminado en ese lugar.

Los que recuerdan la lucha de los 90 y la resistencia al neoliberalismo de los 90, y lo llamo resistencia con mucho orgullo, porque hay quienes luchamos por la transformación social, pero hay quienes legítimamente están resistiendo un embate que va sobre sus derechos, no está mal pelear por la propia vida, por el propio salario, no hace falta ni podemos pretender que todos se organicen y avancen en su conciencia política, alcanza con que se animen, más allá de la represión, del miedo, de la persecución, a luchar por sostener lo que tenían, por eso, en los 90 estábamos acostumbrado a ver algunos focos de resistencia, todo muy disperso, muy fragmentado.

Yo comentaba que es muy difícil caracterizar la política económica de Macri, porque esta ha sido prolija, sistemática y científicamente ocultada durante la campaña electoral, ¿de qué se trató el marketing?, uno diría de Durán Barba pero la verdad que no es Durán Barba, uno recorre toda la región, en Brasil estaba la misma campaña, en Paraguay, etc., esto es como esas películas que son enlatadas, son candidatos enlatados y diseñados, vaya uno a saber dónde, pero como decía Cristina, miremos al norte, dónde preparan esos candidatos, esas ideas, esos slogans, de cambio como un valor, todo para no hablar de la economía, Macri no dijo que hacía, qué iba a hacer ni tampoco qué hace, me acuerdo cuando devaluó, todos sabemos que la palabra devaluación no es una palabra con connotaciones positivas en la Argentina, entonces miren qué complicidad mediática, de esos séquitos de consultores, especialistas, columnistas, economistas del sector privado, analistas extranjeros, como Macri devaluó un 60%, una de las devaluaciones más grandes de la historia, hacerla toda junta en un par de meses, pero no quería pronunciar la palabra devaluación, entonces cuando la anuncian, lo hacen con una conferencia de prensa que tenía un matiz libertario, “Vamos a liberarnos del cepo”, yo diría de tinte sanmartiniano, “Seamos libres, compremos 5 palos verdes”, entonces con una retórica y valores muy pensados, “sinceramiento”, una palabra positiva, cuando te van a clavar un tarifazo del 1000% se llama “Sincerar”, cuando van a devaluar se llama “liberar” y así sucesivamente usan palabras positivas pero vinieron y te clavaron una devaluación del 60% entonces no dijeron que estaban devaluando, dijeron otra cosa, eso nos dificulta a los economistas explicar y caracterizar la política económica de Macri, tomé los 10 mandamientos del consenso de Washington, para el que no recuerda, el consenso fue algo que a principio de los 90, es un autor que se llama John Williamson que publica un capítulo en un libro que se hizo muy famoso, “¿De qué hablamos en Washington cuando hablamos de reformas?”, el consenso de Washington, que fue la biblia del neoliberalismo, era una serie de medidas que tenían que aplicar todos los gobiernos de países emergentes, subdesarrollados, atrasados, ellos lo llaman prolijamente “emergentes”, pero son países dependientes, colonizados, ahí estaba la privatización del comercio, etc., cuando uno estudia esa lista y se fija, tiene un patrón muy sencillo para ver cuándo un gobierno es neoliberal, para el que tenga alguna duda o algún resquemor en llamarlo o no, tomen los 10 puntos del consenso de Washington, Macri ha aplicado uno por uno los 10 puntos del consenso de Washington, esto es de nuevo en Argentina, como fue en el ’76, en los ’90, una política económica neoliberal, pero decía, que el neoliberalismo genera resistencia, al principio física, de acción y reacción, por eso también ante la reacción, la resistencia, lo que han hecho los gobiernos neoliberales es tener una fuerte política de terror, represión, la desocupación, recesión y la pérdida de derechos genera resistencia, y a eso se le ha respondido históricamente con represión de todos los tipos, una de ellas es la represión económica, que es de las más complicadas, cuando uno sabe que no puede protestar porque va a perder el trabajo, es una forma de terror, de represión, pero en los 90 había muchas luchas, que no terminaban de enhebrarse, y creo que hay dos factores, para los que hayan vivido esa etapa y estén ahora un poco como quien dice asustados, hay dos factores que no habían en los 90, el primero es que uno luchaba por ciertas cosas que no estaba del todo convencido de si eran posibles o no, tal vez era una utopía, no pedíamos demasiado, simplemente parar con las políticas neoliberales, pero no sabía si era o no posible, me acuerdo de un foro social mundial en Brasil, que decía “Otro mundo es posible”, capaz que esto es posible en Marte, nadie sabía si era realmente posible, ¿cómo se conseguía?, si se podía volver a políticas parecidas al Peronismo, es una gran diferencia y una gran virtud que tenemos ahora, y que hace a este libro también, no tenemos que pensar políticas distintas, no tenemos que gastar el tiempo en pensar si son posibles o reales, si es factible, asequible, si es una utopía o es una posibilidad real con la que cuenta la sociedad, y lo tenemos acá a la vuelta de la esquina, como esos avisos en el diario, “Antes y después”, pero al revés, antes, antes estaba gordito y ahora flaquito, antes tenía pelo y ahora no, ahora se ve, estamos a dos años y hay una situación social distinta, una política económica distinta, condiciones de trabajo distintas, así que eso es una gran diferencia para los que a veces se decepcionan, los que piensan que esto es muy duro, en los 90 la lucha duró décadas y no sabíamos si se podía hacer, y ahora sabemos que se puede hacer, en aquél momento estábamos todos muy dispares y desorganizados, no es que no hubiera voluntad, me acuerdo del movimiento Zapatista, en México, donde hubo una sublevación campesina, pero quiero mencionar algo, ellos pensaban, incluso había un libro, que se llamaba “¿Cómo hacer la revolución?” “¿Cómo cambiar el mundo sin tomar el poder?”, lo que se planteaban eran espacios de autonomía, porque había una idea de que el Estado no servía para nada, de que el Estado era intrínsecamente un aparato de represión, de ajuste, de persecución, al servicio de las clases dominantes, pero que a los sectores populares no les servía para nada, la idea era más o menos armar comunidades y espacios de autonomía por fuera del Estado, esa es la segunda diferencia con los 90, a tal punto, y durante tanto tiempo, las políticas neoliberales se habían apropiado de la maquinaria estatal, que se pensaba que el estado servía sólo para hacer neoliberalismo, y que no debíamos aspirar electoralmente de ninguna manera y de ninguna manera a llegar al Estado, porque no servía, naturalmente era un instrumento de dominación de clases, de opresión, eso también es distinto, producto de esta experiencia, sabemos que es posible, sabemos que el estado es fundamental, el estado no es sólo un instrumento de dominación de los sectores más poderosos, sino que es un espacio de disputa, incluso estando en el Estado no siempre se maneja todo el Estado, y se ha demostrado durante estos 12 años que el Estado puede ser un instrumento muy poderoso, muy potente y muy eficaz para la transformación social, no podemos pensar la transformación social sin el Estado, en los 90 se llegó a pensar que se podía hacer de otra manera, y en tercer lugar, lo que planteaba el compañero, la organización política, la política se había desprestigiado, ahí tenía un papel importantísimo el cuadernito de Néstor Kirchner, él, de una forma que muchos no supimos entender con tanta claridad en el principio, de hecho era objeto de polémica pública, decía que él no necesitaba ministro de economía, que él iba a ser su propio ministro de economía, pero él no quería decir que no necesitara ministro de economía, lo que quería decir era alto que después Cristina lo dejó bien en claro, el problema era, cuál era la relación entre la política y la economía, lo que planteaba Cristina era que la Economía estaba por detrás de la Política, era algo que uno podría discutir conceptualmente durante 150 años, porque obviamente esto viene de discusiones de determinismo, peronismo, los planes quinquenales, etc., pero la cuestión es más simple, uno no vota un ministro de economía, uno vota a un presidente, entonces, la verdad, que el que tiene que tomar las decisiones es el que fue votado por el pueblo, y ese es el presidente, por eso Cristina lo dejó en claro, la decisión de largar un plan de créditos o demás tenía que surgir de la política, Néstor lo mostró como tantas cosas en primera persona diciendo “a mí nadie me va a venir como habían venido a través de estos representantes del FMI, de los organismos financieros internacionales a través del condicionamiento del endeudamiento externo”, mírenlo en Grecia ahora, si no hacés ajuste no te presto, si no te presto vas al default, y si vas al default tenés más lío, entonces este tipo de formas de dominación a través de instrumentos económicos como por ejemplo la principal forma de subordinación en los tiempos modernos que ha sido la deuda externa y los condicionamientos del endeudamiento externo, lo que decía Néstor es “A mí no me va a marcar la cancha un ministro”, pero no porque el ministro fuera sino porque el ministro era el vocero de las imposiciones de los organismos de crédito internacionales, los bancos internacionales, las calificadoras de riesgo, por lo cual se imponía determinada política económica a los países, pero lo que quedó en claro es que nosotros, en los 90 era complicado ver si había una salida, bueno, hoy tenemos claridad, hay otro mundo, otra Argentina es posible, otra política económica es posible, otra orientación de las políticas públicas es posible, otro Estado es posible, no tenemos que ir a ver a las utopías sino que lo tenemos acá presente, en segundo lugar es a través del Estado, nosotros no podemos resignar el Estado y pensar que con espacios de resistencia y autonomía vamos a solucionar los temas, vamos a disputar el Estado, en tercer lugar, sabemos y hemos visto a la política transformar nuestras vidas, y si estamos diciendo la política, estamos diciendo la organización política, si estamos diciendo la organización política estamos hablando de la conducción política, y esa conducción es Cristina Kirchner. Es claro lo de la propaganda de Macri, que está bueno que digan “Qué mal que baila Macri”, es claro que baila mal, pero es para que no digan qué mal gobierna, porque gobierna mucho peor de lo que baila.

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