Cómo funciona el voto electrónico y por qué fracasó en otros países?

Ante la polémica por la carga fraudulenta de datos en las PASO de la Provincia, el Gobierno salió a pedir el voto electrónico. Sin embargo, en países como Alemania, Holanda y Finlandia el sistema fracasó.

Tras las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), el Gobierno volvió a insistir con la utilización del voto electrónico (Boleta Única Electrónica) para "agilizar y transparentar" la carga y recuento de votos, debate que quedó frenado en el Congreso.

Sin embargo, la experiencia en varios países demuestra que se trata de un sistema vulnerable, manipulable y con fallas, que pueden alterar el resultado de una elección.

¿Qué es el voto electrónico? y ¿cómo funciona?

El voto electrónico es un sistema basado en la emisión de la Boleta Única. Consta de un equipo con una pantalla táctil, provista de un sistema de impresión y verificación, y una boleta de votación.

El votante debe introducir la boleta en la impresora de la máquina, seleccionar en la pantalla táctil su candidato y luego imprimir su elección en la Boleta Única Electrónica.

Durante el proceso de impresión de la boleta, se graba dicha información en forma digital en el chip que contiene la misma. Dicha información puede ser confirmada por medio de un verificador de voto, con solo acercar la boleta al mismo.

De esta manera, la máquina entonces solo registra en forma escrita y electrónica la información en la boleta electrónica. Estos datos pueden ser modificados mediante un software, con el cual se pueden cambiar absolutamente todos los votos sin que nadie pueda percibirlo, y al instante.

¿Cómo fue la experiencia del voto electrónico en otros países?

En Alemania, el sistema se implementó en 2005 y cuatro años después dejó de utilizarse. Tras varias denuncias, la Corte Suprema de ese país declaró inconstitucional la utilización de urnas electrónicas porque vulnera la fiscalización del proceso electoral por personas sin conocimientos técnicos.

Según el fallo, el ciudadano común no tiene más remedio que confiar en la palabra de una empresa o, en el mejor de los casos, de un grupo de técnicos capacitados que le asegurarán que el sistema funciona correctamente.

En Holanda, se dejó de usar el voto electrónico en 2006 después de dos décadas. ¿Las razones? porque se comprobó la facilidad de violar el secreto del voto.

Ese año, un grupo de informáticos mostró cómo a 25 metros de distancia —y usando equipamiento accesible y barato— podía saberse a quién estaba votando alguien en la computadora usada a tal efecto.

Lo mismo ocurrió en Finlandia, se realizó una prueba del voto electrónico en tres municipios durante las elecciones de 2006. Sin embargo, esos comicios fueron anulados luego de que se detectaran fallas en la utilización del sistema.

Por su parte, el gobierno de Irlanda gastó en 2002 cientos de millones de euros en la compra de maquinarias y en estudiar el sistema. Dos años después, la comisión a cargo de analizar el sistema declaró que el mismo no era "capaz de garantizar la absoluta seguridad de la elección". En 2012, el gobierno irlandés vendió las 7500 máquinas de voto electrónico.

En Estados Unidos el sistema se aplica desde hace años, pero las denuncias de hackeos y fallas se repiten en cada elección desde los comicios presidenciales de 2004, cuando George W. Bush ganó por un escaso margen. En las últimas elecciones, diversos estados reportaron problemas para votar por máquinas defectuosas. En Utah, por ejemplo, los problemas de las máquinas para votar obligaron a los votantes a utilizar el voto de papel.

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