En el mismo teléfono del sargento Sartirana donde se encontró un audio alusivo a Maldonado se halló otra grabación donde alguien le informa que hay orden de esconder los vehículos.

En el caso de Santiago Maldonado se suma que en ese momento el Gobierno no había comenzado aún a entorpecer y desviar la investigación. En el relato que realizan los propios gendarmes que participaron de la represión del 1º de agosto hay un quiebre en sus dichos que coinciden con la intromisión del jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti; del responsable del área de violencia institucional del Ministerio de Seguridad, Daniel Barberis; y del secretario Coordinador con los Poderes Judiciales, Gonzalo Cané.

Según un análisis sobre el informe de los teléfonos celulares de varios gendarmes –Sergio Sartinara, Fabián Méndez, Pablo Escola, Daniel Gómez, Carmen Saldaño, entre otros, pueden verse esos quiebres, que puestos en su contexto adecuado podría permitirle a las querellas encarar nuevas preguntas y solicitar medidas de prueba sobre los hechos sucedidos el primero de agosto.

Primero, un nuevo audio detectado en el teléfono celular del sargento Sergio Sartirana sugiere que el jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, ordenó esconder los vehículos de la Gendarmería que participaron en el ataque contra la comunidad mapuche de Cushamen el 1º de agosto.

El 3 de agosto a las 21.26 “se recepcionó llamado telefónico del Ministro de Seguridad (sic) Pablo Noceti, quien libraría oficio judicial a los efectos de realizar pericias a los vehículos utilizados en el operativo informado por Ezequiel mediante MTO HIA 3432/17- Archivo PUMA 84”. Al día siguiente, 4 de agosto, Sartirana recibió en su teléfono celular un audio explicativo sobre el mensaje de Noceti:

"Dice que saquen los vehículos de ahí, que escondan”.

El sargento Sergio Sartirana integró como chofer de una camioneta Ford Ranger la patrulla que llegó hasta el río cuando un grupo de mapuches huía para cruzarlo y pasar al otro lado. Entre ellos estaría Santiago Maldonado.

“Hay un desaparecido”, escribió por su parte en un mensaje de WhatsApp la uniformada Carmen Saldaño. El día anterior a la represión ella formó parte de la patrulla que estuvo sobre la Ruta Nacional 40 junto a Emmanuel Echazú, Daniel Gómez y Coronel González. El mensaje fue enviado a un celular con característica 3442, que es la correspondiente a Entre Ríos, agendado a nombre de Martín. Saldaño envió el mensaje el 4 de agosto a las 10.40. Según el informe entregado por la PFA, no se conoce el hilo de la conversación.

El 5 de agosto, la gendarme envió un mensaje a un celular con característica 3875, de Tartagal, donde informaba que los vehículos de su escuadrón serían peritados por “el supuesto desaparecido”. El 6 de agosto, Saldaño recibió tres mensajes de otro usuario -agendado como Vivi-, con los siguientes textos: “Che qué quilombo con lo del desaparecido”; “las noticias dicen sus versiones”; “sabés verdad que desapareció”. El informe oficial de la PFA no envió las respuestas a dichos mensajes, si es que los hubo.

Los lectores podrán inferir que no había demasiadas intenciones de Saldaño de explayarse en el tema. Aquí es donde entra a jugar el quiebre en el discurso de los uniformados, en consonancia con la bajada de línea efectuada por Barberis a partir del 8 de agosto, tal como publicó PáginaI12 en su edición del 23 de setiembre.

El 11 de agosto, los mensajes de Saldaño con sus camaradas cambiaron de tenor, fueron más enfáticos y a tono con la versión del Gobierno nacional.

“¿Pety es tu escuadrón?”, fue el mensaje que le enviaron a la uniformada desde un usuario agendado como “cordobesa”.

“Sí en mi escuadrón”, respondió Saldaño y siguió: “Pero no había nada”; “todo dio negativo”, “es todo blasfemia”; “porque yo estaba presente”; “estamos cerca de las elecciones”; “los K quieren ensuciar al Gobierno”.

Saldaño pasó de decir “hay un desaparecido” a “los K quieren ensuciar” con una diferencia de días. Son los días en que el Gobierno empezó a incidir en la investigación.
El comandante Fabián Méndez, quien un rato antes de la represión del 1º de agosto se ausentó de la zona de conflicto, les envió una orden por escrito a Pablo Escola, segundo comandante al frente del Escuadrón 36, y a todos los gendarmes que participaron de la represión: “A partir de hoy no se habla más de mapuches sino de RAM.”

El mensaje fue enviado el 16 de agosto a las 10.40, cuando Patricia Bullrich era interpelada en el Congreso. El texto coincide con la versión del supuesto ataque de la Resistencia Ancestral Mapuche al puestero de Epuyén y la construcción de la idea de “los mapuches terroristas”, también afín a la versión del Gobierno nacional. En este sentido, Pablo Noceti, jefe de Gabinete del Ministerio de Seguridad, fue el funcionario que instaló la teoría de la “flagrancia” y los “mapuches terroristas” para apresar a los integrantes de la comunidad.
Ya asume el nuevo juez y mañana viaja a Esquel

El juez federal de Rawson Gustavo Lleral se debe dedicar de manera exclusiva a esta investigación por 60 días. El magistrado debe interiorizarse de la causa y preparar nuevas medidas.

El juez federal de Rawson Gustavo Lleral asumirá este lunes la investigación por la desaparición de Santiago Maldonado, en reemplazo de su par de Esquel Guido Otranto, desplazado por la Cámara Federal de Comodoro Rivadavia, que hizo lugar a un planteo por temor de parcialidad.

Tras asumir al frente de la investigación, el magistrado analizará la causa y viajará este martes a Esquel, donde se prevé que tome nuevas medidas con el fin de determinar qué ocurrió con el artesano, de 28 años, desaparecido el 1 de agosto cuando participaba de una protesta mapuche.

Vale recordar que el viernes pasado Oranto fue apartado de la instrucción, a pedido de la familia Maldonado, por la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia.

El nuevo magistrado se debe dedicar de manera exclusiva a esta investigación por 60 días y lo primero es interiorizarse del expediente que acumula más de 4 mil fojas. Sergio Maldonado, hermano del joven desaparecido, pidió dejar trabajar al nuevo juez y dijo que tiene todas las esperanzas después del desplazamiento de Otranto, al que habían recusado con fuertes críticas. Esperan que Lleral avance en la investigación y se apoyan en el análisis de los mensajes de las conversaciones de los 70 teléfonos secuestrados a los gendarmes.

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