Este domingo, mientras en millones de hogares se celebra el Día de la Madre, en la casa de los Maldonado en 25 de Mayo resuena una y otra vez la misma pregunta que sigue sin respuesta desde hace 76 días. ¿Dónde está Santiago?.

"A Santiago se lo llevó Gendarmería. Se lo llevaron sólo porque estaba ahí. Porque había ido a despedirse de un amigo. Lo que nosotros queremos es que nos digan dónde está. Que aparezca. Porque nosotros no podemos más. Estas cosas no pueden pasar". La frase es de Stella Maris Peloso, la madre de Santiago Maldonado. Y no es una frase reciente, sin embargo sigue tan vigente como cuando la pronunció.

Stella lo, apenas unos 20 días después de su desaparición y este domingo, cuando se cumplen 76 días desde su desaparición y mientras se celebra un nuevo Día de la Madre en los hogares argentinos, en la casa de los Maldonado las preguntas siguen sin respuestas y el reclamo permanece intacto.

"A Santiago se lo llevó Gendarmería" no duda en asegurar Stella, la madre del joven desaparecido

Stella vive junto a su esposo Enrique Maldonado en el Barrio Obrero de 25 de Mayo. Desde el 1° de agosto pasado, cuando la Gendarmería reprimió en la Pu Lof de Cushamen y se llevó a Santiago esperan que les digan dónde está su hijo. De la noche a la mañana el joven de 28 años se convirtió en la imagen de las víctimas de la violencia institucional y su caso es objeto de preocupación en organismos internacionales como la ONU y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Sin embargo desde el gobierno nacional todavía no sólo no le brindaron ninguna respuesta a esta madre que espera sino que por el contrario el oficialismo intentó por todos los medios desviar la atención de la principal hipótesis, la desaparición forzada a manos de la Gendarmería, para intentar instalar otras teorías que, una a una, se fueron cayendo por su propio peso. A pesar de ello, la primera candidata a diputada nacional del macrismo en la Ciudad de Buenos Aires, Elisa Carrió, no se sonrojó días atrás al asegurar que "hay un 20% de probabilidades de que Santiago esté en Chile". Otra de sus aberradas declaraciones, las que lanza con una impunidad absoluta y sin filtros.

Santiago habló con su madre horas antes de su desaparición, le dijo que se iba a despedir de un amigo de la comunidad mapuche y luego volvía a 25 de Mayo

Stella tiene los mismos ojos verdes de Santiago y le preocupa, que "esté bien, que coma bien". En el barrio la conocen como Stelita. Trabajó durante 29 años como encargada en la escuela 25 de Mayo, a dos cuadras de la casa adonde hoy siguen esperando por Santiago.

La última vez que Stella habló con Santiago fue apenas unas horas antes de que el joven se fuera al corte de la ruta 40 que Gendarmería despejó violentamente y en el que se lo pudo ver a Pablo Noceti, jefe de Gabinete de la ministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich.

En aquella oportunidad Santiago le dijo que se iba a despedir de un amigo de la comunidad mapuche y que a la vuelta se tomaba el colectivo para volver a casa, a 25 de Mayo, después de varios meses viajando. "¿Vos me podés ir a buscar?" le preguntó a su madre. "Sí, claro, te busco, por supuesto" le dijo Stella.

Santiago es el más chico y Stella admitió tener con él una complicidad especial

Santiago tenía planeado tomarse el colectivo que iba a Bragado y bajarse en la ruta. Stella lo iría a buscar ahí. Pero antes de recibir el llamado en que le advertiría que ya estaba llegando, al celular a Stella la llamó un amigo de Santiago para avisarle que a su hijo se lo había llevado la Gendarmería y que desde entonces nadie sabía nada de él.

Enseguida Stella lo llamó al celular con la esperanza de que atendiera. De que todo fuera una equivocación. Pero no la atendió nadie. Después se supo que ese celular no lo llevaba consigo al momento de la desaparición y que lo había dejado en la Biblioteca en la que estaba viviendo en El Bolsón. "Siempre hacía eso de dejar el celular. Me decía: yo te llamo cuando vuelvo porque tengo miedo de perder el celular por ahí" contó Stella.

Con Santiago, Stella tiene una relación muy cercana, contó. Es el más chico de la familia, el mimado. Tienen una complicidad especial. Habían hablado varias veces esa semana antes de su desaparición. Tenían un código. Él le hacía sonar el celular y ella lo llamaba para que él no gastara la plata que tenía.

Stella no sólo lucha contra la angustia de no saber dónde está su hijo sino también contras las operaciones políticas y mediáticas

Santiago había cumplido 28 años apenas seis días antes de su desaparición forzada a manos de Gendarmería. Había cumplido años cuando nadie podía imaginar que pocos días más tarde su cara iba a comenzar a estar en banderas, remeras, murales reclamando por su aparición al Estado nacional cuya primera reacción fue intentar ensuciar a la víctima.

El día de su cumpleaños Stella lo llamó y hablaron un rato. Le dijo que tenía ganas de verlo. Habían pasado ocho meses desde la última vez que había estado en su casa. Había sido en enero, después de un viaje que lo llevó por Entre Ríos y Misiones. Volvió para las fiestas y se quedó hasta los primeros días de enero. Después volvió a la ruta, esta vez hacia la Patagonia y Chile.

Dos meses y medio después de la última vez que hablaron Stella no sólo tiene que luchar contra la angustia de no saber dónde está su hijo sino también contra las operaciones políticas y mediáticas que intentan casi a diario desviar la atención de la principal hipótesis de investigación: la responsabilidad del Estado nacional, y de una de sus fuerzas de Seguridad, en su desaparición forzada.

Los otros hijos de Stella tuvieron que armar un portal para desarmar las noticias falsas que circulan en torno a la desaparición de Santiago

Por eso los hermanos mayores de Santiago tuvieron que armar una página web donde cada día publican novedades sobre la investigación y se encargan de desarmar las "noticias falsas" que intentan instalar post verdades a través de los medios y las redes sociales. "Cada noticia es un suplicio" dice y recuerda cuando "dijeron que habían encontrado un cuerpo. Estuvimos pendientes toda la tarde con el corazón en la boca". Al final nada había sido cierto. Sin embargo lo reprodujeron decenas de medios. Para Stella el tiempo se detuvo aquel 1° de agosto. Por eso para ella este domingo no es el Día de la Madre. Hoy como aquel día Stella sólo espera tener noticias de Santiago. Desde aquel día el resto del mundo quedó suspendido.

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