La policía tucumana mató de un balazo en la nuca a un chico de 11 años que circulaba en moto con un amigo. Los efectivos aducen que los intentaron detener por circular de forma sospechosa, según lo que a ellos les "pareció". ADVERTENCIA: IMÁGENES QUE PUEDEN HERIR LA SENSIBILIDAD DEL LECTOR.
Un
chico de 11 años que iba de acompañante en moto con un amigo fue
asesinado en la madrugada del jueves de un balazo en la nuca luego de
que la Policía de Tucumán los intentara detener por circular de forma
sospechosa.
Matías Lorenzo Pisarello, miembro de la ONG Abogados del Noroeste en Derechos Humanos (Andhes) no dudó en señalar que se trata de un caso de gatillo fácil fogoneado por la doctrina Chocobar que en Tucumán, aseguró, ya produjo al menos cuatro víctimas en casos similares en lo que va del año.
Según las declaraciones ánte la fiscal Adriana Giannoni, Juan, el chico de 14 años que manejaba la moto, contó que junto a su amigo Facundo Burgos,
volvían de una picada de motos que se corrió en la vieja terminal de
colectivos cuando se les cruzaron tres motos que los perseguían y eran policías.
Al llegar al cruce de Avellaneda y Río de Janeiro su amigo cayó muerto y él resultó herido en una pierna y la cabeza.
Desde Andhes denunciaron que se trata de un nuevo caso de gatillo fácil fogoneado por la doctrina chocobar.
Burgos
fue trasladado al Hospital Padilla, donde murió a las 4:30 de la
madrugada producto del proyectil le dejó un orificio de entrada y otro
de salida.
"A mi amigo lo mataron los policías, yo me salvé por milagro", aseguró Juan.
Sin embargo, los dos agentes que habían sido detenidos quedaron rápidamente en libertad.
Los esfuerzos de la Policía provincial se concentraron en responsabilizar a los chicos de haber iniciado el enfrentamiento. Un enfrentamiento que nunca existió.
Aseguraron
que un peritaje detectó restos de pólvora en la mano de Juan y hasta se
dijo que en el lugar de los hechos se hallaron armas calibre 22 y
casquillos de 9 milímetros. Para abonar esta posibilidad hasta lo vincularon con el asesinato de un policía ocurrido en 2016.
En el caso de Burgos, "lo grave es que la misma policía acepta que comenzó una persecución a jóvenes que no estaban haciendo nada
y que un chico de 11 años convertido en sospechoso por andar en moto
terminó con un tiro en la nuca, que salió por la frente, aseguró el abogado de Andhes.
Pisarello advirtió además que en 2018 han crecido los casos de violencia institucional en Tucumán. El
uso de arma de fuego por parte de personal policial ha aumentado
notablemente dijo y lo atribuyó a la doctrina Chocobar que avala este
tipo de procedimientos y exacerba al personal policial a tener ese tipo
de actitudes
.
Denunciaron además que en 2018 crecieron los casos de violencia institucional en Tucumán.
Para
dar ejemplo de ello, el abogado enumeró algunos de los casos inspirados
en el policía de Avellaneda que mató por la espalda y fue recibido como
un héroe por Macri.
El 4 de febrero pasado, Ángel Alexis Noguera
murió de un balazo de goma en la cabeza luego de que la Policía lo
persiguiera hasta su casa. Le tiraron gas lacrimógeno adentro de la
vivienda y el relato oficial dice que la bala de goma pegó en el piso,
rebotó y dio en la cabeza de Noguera, que luego murió, sintetizó el
representante de Andhes.
Dos días después de esa muerte, Víctor Robles,
de 17 años, fue asesinado por un policía de civil mientras intentaba
robar una moto. Su cuerpo fue dejado en la vereda del Hospital Padilla.
En esa misma semana, Maximiliano Tapia perdió una pierna producto de un disparo policial, durante un procedimiento en el barrio Las Talitas.
La lista de irregularidades la cierra el caso de un comisario de apellido Pineda,
quien entró a la casa de un supuesto delincuente al que perseguía y le
disparó en el glúteo. Presentó un acta falsificada y luego salió a la
luz que ese procedimiento fue mentira. Entró a la casa de manera ilegal y
le disparó sin más, aseguró Pisarello.
Estos casos –concluyó
el abogado- muestran que la muerte del chico de 11 años no fue un hecho
aislado, sino algo que se convirtió en una metodología de trabajo
fogoneado por la doctrina Chocobar. Hay un resurgimiento del abuso de
la figura del sospechoso y esto nos preocupa sobremanera.
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