En su apuesta por "secar la plaza" y reducir así la presión sobre el dólar, el Banco Central
de la República Argentina (BCRA) licitó este lunes más de 71 mil
millones de pesos en Letras de Liquidez (Leliq) a una tasa promedio de
67,18% mientras que la tasa máxima adjudicada llegó al 74,99%.
¿Pero qué son las Leliq?
Las Leliq son letras del BCRA a 7 días
a las que sólo pueden acceder las entidades bancarias. Es decir, es una
deuda emitida por el Banco Central y que la toman los bancos porque la
tasa de interés que reciben a cambio es muy alta.
Las Leliq fueron lanzadas en enero de este año por el entonces titular del Banco Central Federico Sturzenegger en un intento por comenzar a desarmar la bomba de las Letras del Banco Central (Lebacs).
Se
trata además de un instrumento con mercado secundario (es decir que se
puede comprar y vender diariamente) lo que otorga a los bancos margen
para manejar sus necesidades de pesos de corto plazo.
Encajes, Lecap y Letes, las otras medidas para frenar el dólar
Ya en el último supermartes de Lebac, hace 15 días, el Central prohibió a los bancos renovar sus posiciones en Lebac. Para
evitar que esos fondos se volcaran al dólar agregando presión sobre la
cotización de la divisa estadounidense, el entonces titular del BCRA, Luis Caputo, dispuso una suba de los encajes bancarios, una nueva licitación de Letes y Leliq y el debut de las Lecap. Toda una batería de opciones para evitar la profundización de la devaluación.
La
monstruosa deuda acumulada merced de las fiesta financiera que
implicaron las Lebacs (que llegó a superar el billón de pesos, es decir
un millón de millones) está en el origen de la profunda crisis que
atraviesa la Argentina. De hecho, el mega ajuste que lleva adelante el
gobierno de Macri tiene un solo objetivo,
poder repagar todos los compromisos asumidos con inversores tanto
locales como extranjeros en un contexto de brutal caída de la actividad
económica.
La enorme debilidad proviene precisamente de las dudas
que comenzaron a surgir en los últimos meses acerca de la capacidad de
la Argentina de hacer frente a sus compromisos ya que es inminente un
eventual default.
Por eso el gobierno de Macri acudió
presuroso al Fondo Monetario Internacional (FMI) para garantizarse los
fondos necesarios y despejar la incertidumbre. La contracara es el
ajuste que golpea a la economía real y que promete profundizar la
recesión, el desempleo y la pobreza mientras que los grandes fondos de
inversión extranjeros tienen asegurado su repago por su apuesta a la
bicicleta financiera en la Argentina.
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