BALANCE DESDE EL EVANGELIO Y LOS POBRES DE UN AÑO DE GESTIÓN DE GOBIERNO
COLUMNA DEL PADRE PACO

 

Estimado Hermano/a: El grupo de curas opp ha escrito un mensaje de Navidad que quisiéramos este año firmen todos los sacerdotes, diáconos, religiosas/os y laicos/as que deseen adherir para darle más fuerza.

Si alguno desea hacerlo mandenme por favor su nombre completo, dni,  Diócesis o Congregación Religiosa a mi e-mail:  franciscolveira2014@gmail.com 

Les rogamos no difundirla hasta el 21/12 ya que el 20 a la noche la haríamos pública.

 

Gracias

 

Francisco (Paco) Olveira

 

Si se agradece compartir para firmar a quienes crean conveniente pero no difundir por redes, etc. Gracias

 

Aprovecho para mandarles el último comunicado al "Pueblo de Dios" que vamos a hacer por ahora y que es nuestra mirada sobre este primer año de Macri y sus secuaces y una "Carta de las comunidades cristianas, al grupo de curas en opción por los pobres"

 

Por una Navidad para todos y todas, libertad a Milagro Sala y los compañeros de la Tupac, devuélvannos las Qunitas y el trabajo a los despedidos de la curtiembre Espósito (Sarandí)

Carta a los que quieran leerla:

Iniciado ya el tiempo de preparación a la Navidad para los cristianos y
coincidiendo con el día de la Inmaculada Concepción, difundimos nuestro
pensamiento y opinión desde el Evangelio y los pobres, al cumplirse el
primer año de la gestión de gobierno de la Alianza Cambiemos, que asumió el
poder el 10 de diciembre de 2015. Esta carta está dirigida – parafraseando
al Papa Francisco en su reciente carta de cierre del año de la misericordia
– “a cuantos quieran leerla”.

La Virgen se alegra en el Dios de los Pobres.

La Virgen María cuya presencia anima sin dudas la religiosidad de nuestros
pueblos latinoamericanos, nos ilumina y orienta acerca del plan de Dios para
la humanidad. En el marco del pasaje bíblico que describe el encuentro con
su parienta Isabel, el Evangelio de Lucas (1,46-55) pone en labios de María
una profesión de fe en el Dios de los pobres. María de Nazaret da gracias a
Dios porque miró su sencillez con cariño y misericordia convocándola a ser
madre y discípula de Jesús; porque elevó a los humildes y dispersó a los
soberbios; porque derribó a los poderosos y despidió a los ricos con las
manos vacías. El Dios del “Magnificat” sueña un mundo construido desde
“abajo”. Reúne para eso a los más pequeños. No necesita figuras exitosas, ni
lobbistas, ni famosos o violentos. No necesita las influencias ni los flujos
de dinero. Es un Dios que no cuenta con los ricos y poderosos porque no ven
más allá de sus intereses, no son capaces de construir un proyecto colectivo
y fraterno. El poder de la codicia y el dinero no construye mundos
habitables, sino seudoparaísos desiguales y concentrados donde sólo gozan
los que acumulan para sí. En la sencilla alegría de María visitando a
Isabel, Dios anuncia la buena noticia de un mundo nuevo, justo y humano
edificado desde los pobres, la justicia y el derecho. Ese mundo es de los
sencillos, los “de abajo”. Es arrebatado a los poderosos que se creen dueños
de este mundo. Ya afirmaba de María el Papa Pablo VI: “fue algo del todo
distinto de una mujer pasivamente remisiva o de religiosidad alienante,
antes bien fue mujer que no dudó en proclamar que Dios es vindicador de los
humildes y de los oprimidos y derriba sus tronos a los poderosos del mundo
(cf. Lc 1, 51-53); reconocerá en María, que "sobresale entre los humildes y
los pobres del Señor, una mujer fuerte que conoció la pobreza y el
sufrimiento, la huida y el exilio (cf. Mt 2, 13-23): situaciones todas estas
que no pueden escapar a la atención de quien quiere secundar con espíritu
evangélico las energías liberadoras del hombre y de la sociedad…” (Pablo VI,
Marialis Cultus 37).

Un gobierno sin política, sin historia y sin verdad.

Desde el mismo día de la asunción, donde el Presidente (después de decir
días antes en Olivos que la ceremonia de traspaso del mando se iba a
desarrollar como de costumbre) insólitamente – con la habitual complicidad
de sectores del Poder Judicial – no permitió que la Presidenta saliente
ejerciera el derecho propio y democrático de entregar el mando a su legítimo
sucesor, intuimos que algo malo iba a suceder. A partir de ese día comenzó
un proceso implacable, acelerado y sistemático de destrucción operativa y
simbólica de todo lo construido en 12 años de gobierno del Frente para la
Victoria. Mientras tanto comenzó la instalación compulsiva de una matriz
económica y cultural conservadora, represiva y autoritaria que convirtió en
tierra arrasada muchos logros y reivindicaciones históricas para la masa
popular de trabajadores y que una buena parte de los votantes del Gobierno
creyeron – porque así se les había dicho – que se iban a mantener. Ese
proceso persecutorio y destructor vino decorado en un envase de frivolidad y
alegría, de progresismo pedante, de “paz y administración”, de nueva moral y
presuntos nuevos aires frente a una ciudadanía que ellos mismos instalaron
como “agotada de la política”. No había duda que muchos temas de la agenda
nacional necesitaban ser abordados, reconfigurados, o estaban pendientes de
resolución. Pero arrasar con todo lo construido reveló más un espíritu de
revanchismo conservador que de continuidad democrática. 

El estilo “Cambiemos”

Algunos rasgos de este estilo ya venían perfilándose en la campaña y el
debate presidencial del 22 de noviembre de 2015:

+ La mentalidad conservadora y la anti-política: Un permanente desprecio por
las instituciones democráticas, el Estado, la militancia política, la
democracia, la patria, el pueblo, la cultura latinoamericana, la historia y
sus próceres, los proyectos colectivos y populares, comenzó a inyectarse en
los brevísimos discursos, conferencias o declaraciones del Presidente y sus
funcionarios. En las apariciones internacionales del Presidente sólo hubo
chistes y frases entrecortadas que dan cuenta de una marcada trivialización
de la política además del ridículo sin retorno ante los medios del mundo.
Constantemente se sugirió que es necesario “despolitizar” la gestión de
gobierno y la planta funcional del Estado, eliminando “la grasa militante”.
La historia es algo superado que no vale la pena recordarse, por eso
ballenas, yaguaretés y plantas de interior reemplazan a San Martín, Belgrano
y Juan Domingo Perón en billetes y dependencias estatales. Cuadros
descolgados que se vuelven a colocar. Esta puesta en escena – aparentemente
neutral y aséptica – esconde en realidad una clara intencionalidad política
de gobernar para los que los ayudaron a llegar al gobierno, los dueños del
capital y la minoría pudiente del país sin ningún tipo de oposición. Y
esconde también que la anti-política es un modo de hacer política.

+ La posverdad (= mentira) como maltrato institucional. En abril de 2010 una
revista norteamericana humorística llamada Grist, especializada en
información medioambiental, publicó
<
http://grist.org/article/2010-03-30-post-truth-politics/> un artículo en el
que, se dice que por primera vez, se hablaba de “política posverdad”. Dicho
artículo se refería a los políticos que negaban el cambio climático, pese a
toda la evidencia científica que existía al respecto. El término comenzó a
generalizarse para ilustrar que se está utilizando la mentira en política de
una manera más intensa y con mayor capacidad de penetración que nunca. La
política siempre ha tenido una vinculación particular con la verdad; pero
una cosa es exagerar, ocultar, incumplir o relativizar la verdad y otra es
mentir descarada y continuadamente sobre los hechos, de la mañana hasta la
noche y aun teniendo evidencia de lo contrario a lo que se dice delante de
las narices. Este gobierno ha mentido ya desde antes de asumir, porque hizo
todo lo contrario de lo que había afirmado que iba a hacer en el debate
presidencial ya mencionado, estafando a sus votantes. Hemos asistido a un
concierto de mentiras diarias en nuestra propia cara. Algunas de ellas
insólitas, groseras y desafiantes de la inteligencia de la ciudadanía, como
la repetición insistente que Argentina no crece hace 5 años (pero según
datos del FMI, Argentina creció 13% en los últimos 5 años). Lo que cuenta es
“instalar” una creencia. Otras con un marcado tono burlón, despectivo y
discriminador. Pero no hay duda que este gobierno ha sabido – a través de
sus sofisticados y onerosos equipos comunicacionales – utilizar con eficacia
el poder de la mentira para convencer. Su máxima es: “No importa si es
verdad lo que se dice. Lo que importa es que te lo crean”. Nunca habíamos
sufrido tamaña vejación de nuestra capacidad intelectual. La hipocresía, el
cinismo, la falsedad en el Presidente, ministros y funcionarios son un
verdadero maltrato institucional cotidiano hacia el pueblo argentino. Esa
burla sistemática de todos tiene sus excepciones: hay ministros o
funcionarios a los que no se les conoce la voz. Pero así como se dice de los
jueces, que “hablan por sus fallos”, podemos decir que todos los ministros
“fallan”, es decir “yerran” sistemáticamente y siempre “para el mismo lado”.

+ Funcionarios incompatibles y corrupción estructural: Nunca habíamos tenido
un plantel de gobierno constituido en una elevada proporción por
funcionarios que fueron CEO’s o gerentes en el sector privado. Un estudio
reciente de la UNSAM revela que con la ley de ética pública de 1999 este
gabinete no hubiera sido posible. Es una verdadera puerta abierta a la
corrupción estructural ubicar funcionarios del sector privado para manejar
las mismas áreas donde trabajaron desde el Estado o poner procesados por
lavado de dinero al frente del organismo que controla el lavado de dinero.
Son claros los conflictos de intereses y las incompatibilidades para la
función pública. Mientras tanto los medios intentan que todos creamos que la
corrupción fue generalizada en el gobierno anterior y nos dejaron una
“pesada herencia”. Para el Gobierno y sus aliados la corrupción se conjuga
exclusivamente en pasado. La persecución de presuntos corruptos del pasado
es una operación mediática encaminada a dar la impresión de que se combate
la corrupción, mientras tanto saquean el Estado quitando regulaciones u
otorgando negocios que benefician a privados, amigos, empresas y parientes
sin ningún escrúpulo. Pero mientras esta succión de los recursos públicos se
realiza, el discurso oficial es de exaltación de la transparencia, el
trabajo “juntos”, la honestidad y la idoneidad del “mejor equipo de los
últimos 50 años”, etiqueta mentirosa si las hay. Los ministros del gabinete
actual son mercaderes del dinero público y lo reparten entre sus amigos.
Ética Cero.

+ La ética del Presidente: ¿Qué se puede esperar de la ética de los
ministros y funcionarios si hay un Presidente que asumió procesado con 214
causas, con cuentas clandestinas en el exterior y un largo prontuario en
materia de irregularidades en la contratación de obra pública junto a su
padre? Un Presidente que pide a la población “un esfuerzo” pero abandona la
flota aérea oficial maltrecha en los hangares de El Palomar y gasta en
aviones privados contratados o de aerolíneas comerciales más o menos U$A
1.700.000 en 10 meses. Un Presidente que mide los gastos operativos de
Aerolíneas Argentinas en jardines de infantes, pero facilita que su padre
blanquee el dinero sucio de la evasión a través de un decreto
inconstitucional que contradice el espíritu de una ley votada en el
Congreso. Y qué decir de un Presidente que parece no tener respuestas sobre
cuestiones básicas de Estado en las ruedas de prensa “armadas” para que no
pase sobresaltos. Nos queda la sensación de que todo lo que hemos dicho en
estos párrafos, en cualquier país normal sería materia más que suficiente
para plantear un claro pedido de juicio político al Presidente y a una buena
parte de sus funcionarios. En nuestras pasadas cartas al Pueblo de Dios
hemos insistido en que a gran parte de los funcionarios y ministros se les
debería pedir su inmediata renuncia (o, al menos, ser sometidos a una firme
interpelación en el Congreso), y nada nos ha convencido de lo contrario.
Antes bien, semana a semana pensamos que más funcionarios deberían estar en
ese “grupo”.

+ Un descomunal aparato comunicacional al servicio de la mentira: Los
principales multimedios pintan el escenario que más le conviene al relato
oficial escondiendo la realidad y forzando los temas de tapas y columnas
para que parezca que pasa lo que les conviene que la gente crea que pasa
(focus groups). Nunca habíamos visto este cerrojo informativo y los medios
internacionales se sorprenden de eso. Redes sociales invadidas por equipos
de perseguidores (trolls) rentados para desanimar, hostigar, acosar a
cuantos piensen u opinen distinto a lo que se quiera imponer. Nosotros
mismos hemos sido blanco de insultos gratuitos por el simple hecho de
expresarnos. Los (ex) periodistas que antes informaban y ahora hacen lo que
se les pide que hagan, los que antes querían preguntar y ahora no tienen más
preguntas, están escribiendo las peores páginas de la historia de la
comunicación en Argentina. 

La destrucción de la economía (y del país)

Todos los datos con los que podríamos pulsar la vitalidad económica están
mucho peor que hace un año atrás: más inflación, más endeudamiento, menos
producción, menos puestos de trabajo, menos exportaciones, tarifas más
caras, la inversión en baja, suba del déficit fiscal, aumento de la emisión
de moneda, caída de la recaudación fiscal en términos reales, desplome del
consumo y retroceso del salario real. Para delicia de los sectores más
acaudalados, se liberó la bicicleta financiera, y se quitaron impuestos y
retenciones y se permitió blanquear el dinero de la evasión. En vez de dar
la cara y asumir los tremendos desatinos de estos últimos 12 meses, el
gobierno se empeñó en culpar al gobierno anterior, esgrimiendo argumentos
insólitos y ocultando -con la indispensable ayuda de los medios- los efectos
de la fenomenal transferencia de ingresos desde los sectores bajos y medios
hacia la minoría rica. Sólo así puede entenderse, por otra parte, que la
imagen del Presidente y del gobierno no sea lo escandalosamente baja que la
realidad requiere.

Este es un modelo de hambre y pobreza, de desigualdad y concentración de la
riqueza, de desindustrialización y destrucción del empleo, de primarización
de la economía y pérdida de la soberanía, de minimización del estado y
absolutización del mercado, de destrucción del consumo y la producción, de
endeudamiento desenfrenado para cubrir la fuga de capitales. Pero si como
todo esto fuera poco, debemos sumarle una marcada ineptitud para el manejo
operativo de la economía, cubierta con mentiras permanentes, con datos
inventados, con ocultamientos de información, con promesas de un futuro
feliz que nunca llega y nunca llegará. Ante algunas preguntas, mostrando su
desinterés por todo, el Presidente (o sus ministros) han respondido: “esa te
la debo”. Queremos decirle que nos está debiendo un país entero.

Efectos colaterales en los pobres

Estas decisiones impactan en la vida de los pobres, los trabajadores, y el
campo popular. La salud, el trabajo, la educación han dejado de ser
entendidos como derechos y se convierten en áreas de explotación comercial:

+ Pobreza: La mentira de la Pobreza Cero tuvo patas muy cortas. La inflación
descontrolada, la devaluación del peso, el brutal tarifazo de los servicios
públicos, y la falta de contención estatal que redujo, subejecutó o anuló
fondos destinados a la contención social destinados en la década anterior,
lógicamente empujaron el número de familias que viven debajo de la línea de
pobreza e indigencia que se incrementó en más de 1,5 millones de habitantes
(por ejemplo, el programa “Urbanización de villas” fue ejecutado en un 34%,
el de “Infraestructura Penitenciaria” un 14 %; el programa “capacitación
Laboral” gastó apenas el 39% de los fondos destinados, y el de “desarrollo
Productivo regional” apenas el 16%, el Programa “Formación Tecnológica” 13%
y “Calidad Educativa” 5% de ejecución, el Programa “Sanidad Escolar” y
“Lucha contra el SIDA” 2% ejecutado, el Programa “Promoción y Protección
Social” solo el 50%. Programa “Enfermedades Crónicas” del Ministerio de
Salud el 39% de ejecución y el “Fortalecimiento edilicio de Jardines de
Infantes” ¡¡¡0%!!!). Ser pobre significa comer salteado, enfermarse
fácilmente, perder condiciones normales de higiene, vivienda y atención
sanitaria, y en definitiva, vivir mucho menos que el resto. A este gobierno
no le importan en absoluto los pobres. Les importa más cuantos negocios
pueden hacer gestionando el dinero público.

+ Trabajo. Las políticas aplicadas provocaron una fuerte destrucción de
empleos estatales y privados. Con el latiguillo mentiroso de que había que
crear “empleo de calidad” destruyeron cientos de miles de puestos de trabajo
y reemplazaron empleados estatales con antigüedad e idoneidad por militantes
del PRO que en muchos casos poseen el único mérito de ser parientes o amigos
de algún funcionario. El Presidente cada vez que se refiere a los
trabajadores lo hace con desprecio, culpabilizándolos del ausentismo y la
falta de productividad, presionándolos a “ceder algo” y refiriéndose al
salario como un costo más. Se queja del ausentismo cuando se ha tomado 3
tres veces vacaciones en solo 8 meses de gobierno. En 2017 insistirá con el
cierre de paritarias, la flexibilización laboral y la revisión de los
convenios colectivos de trabajo que significa ni más ni menos que arrasar
con las conquistas sociales de los trabajadores en la historia reciente. La
conflictividad laboral va en aumento, aunque es fácil suponer que algo
aliviará momentáneamente esta presión en orden a las próximas elecciones “de
medio término”.

+ Salud y Educación: Por despidos, reestructuraciones para “hacer más
eficiente la gestión” o reubicación de sus integrantes, en seis meses fueron
desmantelados o “achicados” unos 15 programas de salud pública; lo ocurrido
con los remedios contra el SIDA – que ya había sido anunciado, y quien lo
hizo fue criticado por alarmista y por “campaña del miedo” en todos los
“medios amigos”, sirve de buen ejemplo de esto; como la ausencia de campañas
contra el dengue y el zika. La retirada estatal de la contención territorial
en materia de salud es algo así como una muerte lenta para tantos que no
tienen trabajo, y por lo tanto, no tienen obra social. Para la mentalidad
liberal-conservadora los pobres son un gasto (son “inempleables” al decir de
un conspicuo empresario). No son personas. Se acorrala la educación pública
con desfinanciamiento y desdén considerándola también un gasto más que un
servicio público. Se desmontaron también en esta área algunos programas
territoriales como el Conectar Igualdad. Se prometió un plan revolucionario
de Educación que jamás se realizó y ni siquiera se presentó. El ministro
comparó su gestión en educación con la genocida Campaña del Desierto. Está
todo dicho.

La mentira de la justicia independiente

“No quiero una justicia macrista” dijo el posverdadero Presidente al asumir
y al día siguiente nombró a un abogado de Clarín como Juez de la Corte por
decreto, salteándose la Constitución Nacional. Acto seguido, después de
nombrar a un Ministro de Comunicaciones que no tenía Facebook, el gobierno
anuló la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual por decreto, cerró el
AFSCA, y puso decenas de policías para impedir que entraran las autoridades
legítimas. Gobernó los primeros meses a decretazo limpio sin importarle la
Ley ni la justicia que prometía defender, y nos preparamos para que lo mismo
ocurra durante este verano. El proyecto de ley sobre el Ministerio Público
Fiscal de Cambiemos fue un intento de consolidar una justicia adicta. La
notoria persecución política a la oposición por parte del núcleo conservador
del poder judicial, impulsada por el gobierno nacional, las amenazas a
políticos opositores, denuncias para demonizar y sembrar dudas, la
persecución de jueces y fiscales independientes, el hostigamiento a la jueza
Martina Forns y a Daniel Rafecas, a la agrupación Justicia Legítima y a la
Procuradora General de la Nación Alejandra Gils Carbó, los infinitos
intentos de reapertura de la denuncia del fiscal Nisman, la ridícula causa
del dólar futuro que acusa a inocentes y exime a los responsables, las
causas que duermen porque afectan a gente del gobierno o sus amigos como
Papel Prensa, Panama Papers, Iron Mountain, JP Morgan, etc., los encuentros
secretos de Macri con Lorenzetti son algunos síntomas que nos invitan a
sospechar fundadamente que el Poder Judicial no ostenta una imparcialidad
que nos permita confiar en que haya justicia. Cada vez nos resulta más
evidente que Poder Judicial es una cosa y “Justicia” otra muy distinta.

Ambiente persecutorio y democracia de baja calidad.

Se han multiplicado las intervenciones represivas violentas de las fuerzas
de seguridad frente a gente desarmada y frágil como aquella represión a los
jubilados en el Puente Pueyrredón, o los innumerables hechos represivos de
la policía bonaerense en La Plata. Se intenta demonizar la manifestación
popular en las calles y criminalizar la protesta social. Se ha impedido a la
población ocupar legítimamente el espacio público en actos patrios volcando
una desmesurada cantidad de efectivos policiales o de Gendarmería para
instalar una atmósfera de miedo y pérdida de libertad que no
experimentábamos hace muchos años. Se han producido confusos ataques a
locales de partidos políticos, y hasta las mismas fuerzas de seguridad
protegieron a los agresores de la sede de Tiempo Argentino. Muchos
comunicadores o figuras de la política son amedrentados, o directamente
amenazados y la libertad de expresión corre serio peligro. Los discursos
discriminadores de muchos funcionarios oficiales parecen legitimar que buena
parte de las fuerzas de seguridad crean que tienen cancha libre para
perseguir extranjeros o gente de tez morocha, golpear y ningunear a chicos
de nuestros barrios o en el peor de los casos disparar balas de plomo a una
murga barrial compuesta por jóvenes y niños sin que haya pasado
absolutamente nada con esos asesinos de uniforme. Pero abundaron las fotos
de la ministra de seguridad vestida de combate o corriendo presurosa a
apresar a un tuitero. Se quiere generar una atmosfera de miedo y encierro
para avanzar con el saqueo del país. Esta película ya la vimos; este modelo
“no cierra” sin represión.

En política internacional, “del lado de los malos”

No ignoramos la convulsión mundial que estamos viviendo. El llamado “Primer
Mundo” (sic) actúa movido por el miedo que pretende autoconservarse de un
enemigo externo que, una vez más, son los pobres y las víctimas que ellos
mismos han provocado. Muchos países buscaban unirse para poder enfrentar
este mundo adverso, algo que – obviamente – incomoda siempre a los
poderosos, expertos en “divide y reinarás” o en “si entre ellos pelean, los
devoran los de afuera”. Vemos, en este sentido que el multilateralismo que
estábamos celebrando vuelve a ser unilateral cada vez más. La política de
“relaciones carnales”, los enemigos elegidos por el gobierno (que no son los
nuestros) nos separan cada vez más de los hermanos y, por otro lado, nos
vuelven cada vez más indefensos ante crisis y conflictos que, por supuesto,
vendrán.

Con una ayudita de sus amigos

Además de la cercanía de los sectores poderosos, del establishment, el
Gobierno sabe que no puede funcionar sin otras complicidades:

+ Sindicalismo de ficción. La unidad del sindicalismo sin duda es
fundamental para poder enfrentar y confrontar con “el Capital” en la defensa
del “Trabajo”. Pero es lamentable cuando esta unidad triunvira sólo pretende
acariciar al gobierno destructor del Trabajo a cambio de limosnas o
beneficios espurios.

+ Mentimedios de incomunicación. Ya hemos señalado, pero es importante
resaltarlo, el rol que juegan los medios de comunicación en la “creación de
realidades” o la difusión de posverdades. La mentira sistemática, el desvío
de la atención de las realidades profundas y las amenazas, chantajes o falta
de aportes y pautas a los medios opositores, explican los generosos
beneficios gubernamentales a ciertos medios donde es evidente la devolución
de favores con el otorgamiento de negocios.

+ Una amigable oposición parlamentaria. El poder del Gobierno de extorsionar
con el envío o no de fondos para las asfixiadas economías provinciales a
cambio de un voto favorable, y más aún, de amenazar con revelar datos
secretos de los legisladores si no se votaba en línea con el oficialismo (el
"carpetazo" del que acaba de hablar el Papa Francisco), sumado esto al poco
criterio de algunos dirigentes políticos, ha permitido conseguir la
aprobación de proyectos de ley perjudiciales para el país como el pago a los
fondos buitres o la supuesta reparación histórica de los jubilados. Algunos
quieren ahora “desmarcarse-pero-no-mucho” en una suerte de “Plan B”
esperando la bendición del “Círculo Rojo”.

+ Una Iglesia que olvidó el Evangelio. No es la primera vez en nuestra
historia que muchos sectores del Episcopado parecen más preocupados en no
molestar o incomodar a los poderosos que quedar del lado de los pobres. Si
los obispos están más interesados en evitar conflictos sociales, sin
preocuparse por las causas que los provocan y de este modo evitar tomar
posición a favor de los pobres, esa actitud no nos parece que sea demasiado
coherente con la praxis de Jesús de Nazaret ni con los discursos recientes
del Papa Francisco

En este sentido nos duele que el obispo de la Diócesis de Jujuy, Cesar
Fernández, se pronuncie en apoyo a la convocatoria formulada por el
Gobernador Morales “para honrar la paz, la unión y la libertad civil” en una
provincia que mantiene a Milagro Sala y compañeros, detenidos
arbitrariamente. Nos hubiera gustado escuchar al Obispo exhortar al
presidente de la Nación a cumplir la ley que es una manera de honrar la paz
y la unión de los argentinos: una Navidad sin presos políticos.

Los derechos humanos y el proceso de memoria, verdad y justicia en peligro.

Como señalamos en el párrafo anterior, hemos vuelto a tener presos políticos
como hacía años que no sucedía. Milagro Sala fue detenida en el mes de enero
y más tarde otros compañeros corrieron igual suerte. La ONU ha declarado que
su detención es arbitraria y ha pedido al gobierno argentino su liberación
inmediata, cosa que repitieron Amnesty International, la OEA y la CIDH. Con
la negación de la realidad o la imposición de la mentira – que son su método
cotidiano –, el Presidente está tirando la pelota afuera hace un mes e
incubando un papelón internacional histórico al incumplir los tratados sobre
detención arbitraria que Argentina suscribió y se comprometió a cumplir.
También han avanzado sobre los espacios de memoria quitándoles apoyo
oficial, (y en parte desarmándolos), o cuestionando la existencia de 30.000
desparecidos, sobre los que el Presidente dice “no tener idea”. También se
intenta mover el feriado del 24 de marzo, desfinanciar los organismos
creados para impulsar operativamente los juicios contra los represores de la
dictadura y de este modo frenarlos, interceder por los condenados a cárcel
común para que cumplan la condena en sus casas, reinstalar la teoría de los
dos demonios y la guerra sucia.

El fin de nuestras cartas quincenales: un ciclo cumplido.

Nos propusimos, al comenzar este gobierno y constatar el cerco informativo,
entregar al Pueblo de Dios y a todos los varones y mujeres de buena voluntad
una carta periódica que dejara al descubierto la realidad negada por los
medios. A inspiración del beato mártir Óscar Romero en El Salvador, quisimos
alzar una voz profética en medio de la confusión de un cambio que ha
resultado una verdadera involución. Después de 20 cartas y este balance,
hemos decidido discontinuarlas. Seguiremos andando desde el Evangelio y los
pobres, comunicándonos con el pueblo de las maneras que vayamos considerando
posibles y convenientes, sin apagar nuestra palabra profética.

El balance que hemos realizado es sumamente negativo y desalentador. El
cambio que se prometía sobre la base de mantener lo conseguido, resolviendo
errores y problemáticas pendientes, fue una mentira. La verdadera intención
fue restaurar el modelo económico neoliberal, y la matriz social y cultural
de un conservadurismo nocivo y anacrónico que ya conocíamos pero que nos ha
sorprendido en su capacidad de ignorar las necesidades de la población que
da la sensación de estar de más en su foto. 

Evaluando su año de gobierno, el Presidente “se puso un 8”. No podemos
imaginar cuánto celebraría si hubiera creído merecer un 10; cuánta más
desocupación, cuanta mayor pobreza, cuanta precarización laboral, cuanta
justicia más dependiente aun, cuanta ausencia de voces opositoras, cuánta
dependencia imperial… Ciertamente no es esa la nota que nosotros le
hubiéramos puesto. A modo de síntesis quisiéramos decir que ¡en un año de
gobierno de Cambiemos no hemos visto ni una sola nueva medida que beneficie
a los pobres! ¡Ni una sola!

La Ley de Emergencia Social pactada con los movimientos sociales es un
paliativo que pronto perderá vigencia si no hay urgentes políticas de
creación de empleo, de reactivación de la producción y el consumo, de
recuperación del poder adquisitivo del salario, de transferencia de riqueza
de ricos a pobres con un criterio de justicia social.

No obstante, seguiremos del lado del pueblo, que en la historia argentina y
latinoamericana siempre ha buscado las formas de superar los ciclos injustos
y opresivos como éste. Y confiamos en el Dios de la Vida, el Dios de los
Pobres que seguramente nos ayudará a abrir los caminos de una democracia más
justa e inclusiva.

Grupo de Curas en la Opción por los Pobres

(150 sacerdotes y diáconos de distintas diócesis del país)

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