Resultó ser, que el juez de la servilleta, Claudio Bonadío, comenzó a beber de su propio veneno. Quien a lo largo de su mediocre y confusa carrera de "juez", involucró falsamente a los hijos y demás familiares de políticos, que el Macrismo apuntó, siendo causas ajenas a la jurisdicción de la justicia, pero por las cuales ha cobrado montos siderales, hoy, toda esa parafernalia en la que se incluyó Bonadío, deliberadamente, le jugó en contra, ya que su hijo, dueño de un estudio de grabación, sufrió una serie de pintadas anónimas que nada tienen que ver con él o con su profesión, sino con los negocios turbios de su padre que oficia de juez, por el momento.
Desde esta redacción, estamos en total acuerdo con la respuesta de Guillermo Moreno.
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