Máximo Kirchner aparece como gestor de la unidad peronista que tiene un eje de construcción nacional en la provincia de Buenos Aires.

Esto se confirmó el lunes por la noche en una reunión reservada que mantuvo el diputado nacional por Santa Cruz, con Verónica Magario, Martín Insaurralde, el titular del PJ bonaerense, Fernando Espinosa, Wado de Pedro, Juan Cabandié, Andrés Cuervo Larroque, Leonardo Nardini, Andrés Sujarchuk, Walter Festa, Jorge Ferraresi, Pablo Zurro, Francisco Paco Durañona, Mario Secco, Gustavo Menéndez, Juan Ustarroz y Juan Pablo de Jesús. Un arco tan amplio como representativo de intendentes y dirigentes políticos que se quejaban de cierto clima de inactividad política que ahora comienza a revertirse y a mostrar sus objetivos..

Entre otras razones políticas, existía la preocupación de dar una respuesta al intento de Florencio Randazzo, que opera en las sombras en connivencia con María Eugenia Vidal y Sergio Massa, en el intento de activar de “afuera hacia adentro del justicialismo” para afirmarse como sector del peronismo que aspira a las PASO. Por el contrario, en el pensamiento de Máximo y los referentes que parten de conformar una fortaleza con base en el peronismo de La Matanza, está la idea de conformar una unidad y no dejarse madrugar por una movida corporativa de cortesanos al estilo de Randazzo, que hace más de un año y medio, no realizan ninguna actividad política. Y se muestran, como en el caso de Randazzor en almuerzos con María Eugenia Vidal en Four Seasons o Sergio Massa o quien fuera que pueda ser chic... pero no es peronista.

La propia dinámica de la involución de las políticas corporativas del gobierno de Macri, fue produciendo una reflexión que fue acercando a Martín Insaurralde, que se desilusionó con la inacción política y el vuelco de Randazzo alineado con gestos corporativos como los encuentros en Four Season con Vidal y Massa, y su distancia cada vez mayor dell peronismo. El papel menor en la dimensión histórica de su trayectoria, Julián Domínguez, hizo que los referentes peronistas con actividad política en la base social, buscarán dar una respuesta que aunque aún no sea pública, expresara el principio de un camino que sin dudas, va a tener la adhesión de personas de diferente extracción política que van a comprometerse en la gesta de un frente que abra el horizonte político de la recuperación nacional.

La reunión en el barrio de Caballito lo tuvo de anfitrión y asador a Juan Cabandié y una idea común respecto de la necesidad de alcanzar una lista que represente el sentimiento que recorre la provincia de Buenos Aires y el país, la unidad en una representación fuerte en contenidos y colectiva. No se dieron nombres porque convenían en que hay que afirmar la propuesta para luego definir quiénes son los candidatos que van a conducir la propuesta. Y esa propuesta va a marcar además, la renovación generacional y la reafirmación del rol de la mujer, contando para ello con la persistencia de la significación política e histórica de Cristina Kirchner. Los votos así, no serán el producto de un roscas concebidas entre gallos y medianoche, ni lapiceras veloces. Y en el caso de Randazzo, se cree que está especulando que Vidal y Massa le acerquen votantes para incidir desde afuera en el peronismo, a un pueblo herido por las políticas económico sociales y culturales, que pretende realizar en octubre la segunda embestida del ajuste que están anunciando.

Insaurralde tiene, como Verónica Magario, fuerte influencia en distritos de su cercanía, y van a trasladar los contenidos surgidos del encuentro para afirmar la propuesta. Así se planteó la prioridad de dar organización a un armado político.

Algunos referentes plantearon, que desde un principio, Cristina habló de unidad amplia y generosa e incluso convocó a algunos dirigentes, que más tarde se aislaron por decisión propia. El kirchnerismo en el peronismo no hace sino forjar una amalgama de propuestas que se resumen en lo que va a ser la plataforma política que, en algunas semanas, va a sacudir el tablero político, para incidir en el plano nacional. La reciente incorporación del gobernador de San Luis, Alberto Rodríguez Saá al armado de Cristina, es otro factor que se analiza como un centro de escena que atrae a quienes ya juegan en sus arenas, y va a incorporar a otros que tal vez, por razones de diferente tipo, esperaban que la unidad tuviese gestos. Habrá acuerdos políticos, se observarán las diferencias con respeto y se abrirá el tiempo para construir días mejores.

Mientras tanto, en Buenos Aires, Randazzo se reunía en el NH City buscando consenso, paradójicamente, en el mismo lugar donde el menemismo decidió bajarse de la segunda vuelta, allá por 2003. Mientras el tren del ex ministro no arranca. La decisión de Cristina de ser o no candidata, no va a cambiar el espíritu de lo tratado. Será de carácter político y de cualquier modo, estará contenida en lo expresado históricamente por Evita: Renuncio a los honores pero no a la lucha. En donde tenga que actuar CFK y en donde su presencia exprese al deseo de recuperar un tiempo histórico para transformar el país y abandonar el oprobio de la etapa macrista, su liderazgo está vivo, y vibra en el corazón de millones de argentinos y hermanos de la región.

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