Por Walter Páez
Sociólogo

El destino del Plan Qunitas: El 01 de junio de 2017 nos enteramos que la mezquindad del gobierno de Mauricio Macri tomando la decisión de no entregar los kit para los recién nacidos conocidos como “Qunitas” en su ánimo de desacreditar, menospreciar y teñir de sospechas todas y cada una de las políticas públicas implementadas por el gobierno de Cristina Kirchner, le costó al Estado Argentino hasta el día de la fecha más de 10 millones de pesos solo para mantenerlos guardados. Quizás habría que analizar cuál fue el objetivo que se propuso el gobierno nacional con la suspensión y judicialización de dicho plan para comprender hasta dónde están dispuestos a llegar en términos políticos y económicos.

La decisión judicial impulsada por el Juez Bonadío de incinerar miles de "Qunitas" es la contracara de las propuestas de campaña de respeto y diálogo con las que la alianza “Cambiemos” llegó al poder. La decisión que tomó el juez Bonadío, el mismo que en 2001 asesinó a dos delincuentes que lo “abordaron”, (uno de ellos recibió seis balazos por la espalda) apunta claramente a la destrucción de un sistema que asiste a quienes nacieron perdiendo, esos que el juez federal Bonadío detesta y que no dudó en liquidar con una de las armas que conforman el arsenal que posee en su domicilio declarado.

Pero además dicho intento judicial es una respuesta a varias cosas. Es importante registrar que esta "quema" revela lo que todo el tiempo intentan ocultar a través de ese acting que rigurosamente les indica el marketinero Durán Barba y que sus acciones de gobierno desmienten sin tapujos. Eso que ocultan es la idea de que aquello que merece sobrevivir es solo lo que tiene la capacidad de hacerlo por sus propios medios, sin la asistencia de nadie, de eso hablan cuando reivindican la meritocracia.

Siempre que se quemó masivamente algo, el objetivo fue solo uno: apuntar al sentido simbólico que dicho objeto quemado posee. ¿Qué significa en términos materiales pero fundamentalmente simbólicos el plan Qunita?: significa protección al más vulnerable de los vulnerables. ¿Hay alguien más vulnerable que un niño recién nacido?, ¿hay alguien más vulnerable que un niño recién nacido y pobre muy pobre?: no, no lo hay. Lo que se quiere quemar hasta transformar en cenizas, es ese intento desesperado, humanamente desesperado, que desde algún lugar el kirchnerismo se propuso alcanzar y que es el de proteger a quien más lo necesita, de contenerlo, esa idea de que “en este barco hay lugar para todos” o expresado mediante el concepto “la Patria es el Otro”. Esa "quema" implica en términos simbólicos sellar literalmente a "fuego" la idea de que ese Estado que asistía y contenía, ése que se ocupaba del Otro porque sin el Otro la construcción social se obtura, ha dejado de existir, fue una ilusión cuando no una mentira. Con dicho desmantelamiento se transmite el mensaje de que las demandas sociales no serán escuchadas y serán transformadas en problemas individuales y privados a ser resuelto por el sujeto mismo con la fe y esperanza de que si se lo proponen la solución aparece como premio al esfuerzo, porque como todo el mundo sabe, en el mundo neoliberal la culpa del fracaso, de la pobreza, del desempleo, es siempre del sujeto que no supo sumarse al sistema, no de una política económica y social que excluye a muchos y beneficia a pocos y que esa exclusión le resulta vital, necesaria para la acumulación de capital.

La "quema" es la respuesta que el Estado en manos del PRO/Radicalismo les ofrece a los que creyeron que tienen derecho a ser asistidos cuando se encuentran en situación de vulnerabilidad. No debe quedar rastro de dicha idea, debe ser interpretada como una idea insana que ni siquiera puede cruzárseles a los pobres, a los vulnerables, a los que en algún momento de la vida necesitan asistencia y no limosna o lástima, solo asistencia. La ideología neoliberal buscará siempre redireccionar la necesidad social a la mendicidad porque solo de esta forma logra que el sujeto sienta en carne propia, en lo más profundo de sus entrañas la humillación que implica PEDIR desde la necesidad, y en el mundo neoliberal se debe aprender a no pedir.

Qunita simboliza la lógica de un Estado que había que destruir. Sólo así se comienza a comprender los objetivos del régimen actual, se comienza a observar perplejamente la vuelta atrás que implicó dicho cambio que supo camuflarse gracias al invalorable y denodado trabajo que los medios de comunicación en manos de empresarios ofreció, y la ayuda que referentes de los defensores de las instituciones republicanas brindaron para la llegada de la Alianza Pro-Radical al gobierno.

Qunita debe arder, donde arde la basura, para que sus cenizas sean llevadas por el viento y no quede rastro, como intentaron borrar el genocidio que implicó la conquista del desierto, como intentaron borrar la residencia presidencial que utilizaron Perón y Eva, como intentaron borrar la lucha de las juventudes militantes de los 70, sin saber que lo que nunca se borra es la memoria de un pueblo. Esa memoria es la base estructural que acorrala a esa clase cuasi burguesa, saqueadora que representa Macri.












Walter Páez - Sociólogo

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