Por Mónica Papaianni
Ya han pasado 43 años de aquella escena, en el marco de un día lluvioso, de mucho frío, ese frío que viene de la tristeza y de otro volver a empezar. Para José Federico Papaianni, el autor de la última foto de Perón ese momento está presente en su mente, y así cuenta cada detalle de lo que hoy, se convirtió en una foto histórica.
Así, Federico nos contó lo siguiente:
“Estábamos con Carmen, mi esposa, viendo la televisión, cuando decidí preparar el equipo y dirigirme al Congreso. En esos momentos era toda una odisea porque vivíamos en Los polvorines y tenía un largo viaje en tren hasta Retiro y después hasta llegar a Rivadavia y Callao. Pero eso no era todo, el problema era entrar, poder rendir mi homenaje a Perón y ver el descuido de los custodios de López Rega para poder sacar la cámara. Sabía que tenía que ser preciso, no podía fallar porque perdía la oportunidad y podía tener un problema con los de la seguridad.”
“Tampoco me podía fallar la cámara, una Asahi Pentax, muy buena máquina, con un rollo de 400 assas, por la luz, pero el imponderable era el nerviosismo, que superé cuando logré llegar al féretro de Perón. Fue tan impactante que de golpe tomé el coraje que necesitaba y saque dos fotos, posterior a eso vinieron los custodios, ahí si tuve temor que me quitaran mi equipo, o el rollo, pero pude “zafar” diciendo que no había podido sacarlas y si me autorizaban a hacerlo, cosa que no ocurrió, pero yo ya tenía las dos fotos que sabía perfectamente que habían sido tomadas correctamente. Cuando las revelé confirmé que ambas fotos habían salido bien”.
“Estas fotos eran un regalo a mi esposa, que no había podido ir a despedir a Perón por cuestiones de salud, ella las guardó celosamente y como dicen las abuelas, bajo siete llaves, hasta su muerte. Después de ese triste momento, se las entregué a mi hija, a quien creo total merecedora de ese legado, y hoy me encuentro, a 43 años de ese momento histórico, en un reportaje que me hace mi propia hija. A veces pienso que hay hechos que signan el destino de una familia y este es uno de ellos. Tengo 96 años y la memoria de todo lo vivido, pero la mayor felicidad es estar junto a mi hija y mi nieto, viviendo en familia”
GRACIAS PAPÁ !!!
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