Columna del Dr. Jorge Rachid

La guerra de posiciones que supone la política, nos ofrece un panorama en donde emerge un único liderazgo a nivel nacional sobre el cual, el enemigo opera en manera constante, sin poder debilitarlo, ni aún con operaciones internas que llevan como destino dividir, atomizar, fragmentar las fuerzas políticas del movimiento nacional y popular.

“Nunca la noche es más oscura que cuando está por amanecer”, así, en forma imperceptible pero constante los pueblos agredidos, van recuperando musculatura e identidad frente a los procesos del coloniaje, que intenta, una vez más en la historia, doblegar el espíritu americano, moreno, profundo, criollo que se ha expresado en cada etapa histórica con la fuerza de la verdad.

Como a Evita, la agraviaron, la humillaron, la persiguieron en lo político y en lo judicial, atentaron contra su familia, le embargaron sus bienes, la confinaron a los márgenes de lo ético, le inventaron historias, le mintieron al pueblo, manipularon la prensa, enterraron la verdad, mancharon la historia de su marido muerto, el ex presidente Néstor, le sacaron la pensión, le decretaron la muerte política, el fin de su existencia protagónica, pero el pueblo, una vez más le puso freno a la ignominia.

Cristina no es Cristina, es la expresión de una política que brinda a millones de argentinos, por diferentes andariveles, la capacidad de contener esperanzas y seguridades de caminos a recorrer, donde la mentira no existe y lo que se dice se hace, en función de proteger los intereses de los sectores más desprotegidos y vulnerables de la comunidad.

Esos caminos que conducen a la construcción del Liderazgo, son andariveles paralelos: los hay que lo hacen desde el agradecimiento, otros desde la contención o la seguridad hacia el futuro o la empatía ideológica, entre otros, que como ríos de montaña en el deshielo, van encontrando el lecho caudaloso en el devenir de su destino final, hacerse fuerte como masa crítica, en la atropellada carrera que lleva a desembocar en el conjunto del pueblo.

Las elecciones son sólo una parte expresiva de lo que va sucediendo en el seno del pueblo, expresan en una foto, un panorama en constante movimiento que es la película de la realidad. Una realidad que día a día coloca ladrillos de dolor y construye caminos de esperanzas, que sorprende con nuevos escenarios y golpea al pueblo, cuando el neoliberalismo en el gobierno, intenta desmontar años de construcción de derechos. Pero la película sigue y así como avanza el avasallamiento de derechos, se fortalece la contestación masiva identitaria.

La guerra de posiciones que supone la política, nos ofrece un panorama en donde emerge un único liderazgo a nivel nacional sobre el cual, el enemigo opera en manera constante, sin poder debilitarlo, ni aún con operaciones internas que llevan como destino dividir, atomizar, fragmentar las fuerzas políticas del movimiento nacional y popular. No pudieron lograrlo, ni aún en la manipulación final de los cómputos, quienes apuestan a hegemonizar las políticas antipopulares, sufrieron la derrota de “su verdad” de plástico, marketinera y sesgada, ante el aluvión de la expresión popular.

Mirando el panorama completo, la mayoría de los argentinos, desde diferentes visiones, con propuestas pero con rechazo al neoliberalismo del coloniaje, dos terceras partes de los argentinos, recuperaron la memoria de los derechos, frente a la agresividad inhumana y brutal de un gobierno que vino a derrumbar los edificios de la solidaridad, erigidos en años de sacrificios del conjunto del pueblo, de la mano del peronismo que fue capaz como hoy, de reconstruir el movimiento nacional.

Deberá reflexionar el campo nacional en sus futuras batallas, tanto electorales como políticas en el enfrentamiento a las estrategias que el enemigo neoliberal ejecuta cumpliendo el “mandato off shore”, que le dicta la Embajada de EEUU por un lado más sus propios intereses y negocios del saqueo programado sobre el estado, de los ejecutores del capitalismo salvaje, que excluye a las mayorías populares. Deberá hacerlo derribando sectarismo y dogmatismos que terminan siendo funcionales al enemigo.

Cristina representa una síntesis de los nuevos tiempos, única oposición sin claudicaciones a las políticas antipopulares que intentaron durante casi dos años, demostrar que los argentinos somos inútiles como pueblo, incapaces de construir un destino, “vagos y mal entretenidos”, por lo cual recurre el gobierno al único camino posible que conocen y tienen los sumisos y corruptos gobernantes: atar el destino del país a cualquier potencia dominante sobre la cual descansar sus negocios. Esa Cristina a la cual intentaron destruir, en hombros del pueblo resurgió desde el barro y las banquinas de la historia, en el cual intentaron hundirla.

Una elección nunca es más que una foto, pero demuestra quien está vivo, quienes mienten, donde se expresan las mayorías populares y ahí quedado claro que sólo expresan desde el gobierno, al núcleo duro de los argentinos conservadores, patéticos cultores del coloniaje diría Jauretche, odiadores seriales, que intentaron enterrar no a Cristina, sino a la expresión mayoritaria del pueblo argentino que más allá o más acá de ese liderazgo, ha expresado su rechazo al saqueo en marcha que ejecuta el gobierno, instalando el dolor social creciente que ahora se comienza a poner de pie, para combatirlo. “Viva el cáncer” le gritaban a Evita, “yegua, autoritaria, corrupta, asesina” le gritan a Cristina, quienes desprecian al pueblo.

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