La prohibición de la venta de bebidas alcohólicas en las estaciones de trenes y a bordo de las formaciones rige desde hace cinco años. Ahora, el Gobierno dispuso una serie de excepciones a la norma, tratando de ganarse la simpatía de un sector, de caras a los comicios de octubre, ya que viene golpeado por las maniobras de fraude y estafa al pueblo argentino.

El gobierno nacional dispuso una modificación en el régimen de excepciones para la venta de alcohol en las estaciones de trenes de Capital Federal y del Conurbano.

Hasta ahora, estaba prohibido vender y consumir bebidas alcohólicas en las estaciones de trenes y en los vagones para evitar hechos de violencia y disturbios y que ahora vuelve a convertirse un grave problema para la sociedad.

Además, esa norma se aplicaba en cumplimiento de la prohibición del consumo de bebidas alcohólicas en la vía pública, dispuesto por la Ley Nacional 24.788.

Este jueves, la Comisión Nacional de Regulación del Transporte publicó en el Boletín Oficial una modificación en el régimen de excepciones a esta norma que rige desde 2012.

De ninguna manera, los clientes podrán retirar las bebidas del local y consumirlas en otros sectores de las estaciones de trenes.

Los encargados y dueños de los locales comerciales deberán realizar un curso de capacitación sobre “Venta Responsable de Bebidas Alcohólicas”. Además, el consumo del alcohol deberá vincularse a la explotación comercial del local. Algo verdaderamente ridículo, dado a que una vez que el comprador sale del comercio tiene libre albedrío y el empleado no puede estar siguiéndolo para ver que hace, insólito y ridículo a la vez.

Otro de los lugares donde podrá comprarse alcohol será en los supermercados o minimercados que se encuentran fuera del sector operativo y tengan acceso exclusivamente por la vía pública. Teniendo en cuenta la debilidad de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, no es raro que haya implementado esta medida.

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