Por culpa de Bullrich, Ariel Garzi era un testigo protegido en la causa por la desaparición de Santiago Maldonado quedó al descubierto.

En el marco de la causa en la que se investiga la desaparición de Santiago Maldonado, un joven que estaba bajo el régimen de testigo protegido decidió mostrarse a través de un video luego de que la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, diera a conocer su identidad durante su exposición en el Senado.

Ariel Garzi contó que llamó a Santiago 24 horas después de su desaparición y que atendieron el teléfono por unos segundos. Después lo apagaron y nunca más lo volvieron a atender.

Después del allanamiento estábamos al tanto sobre que había un desaparecido. Que se habían llevado a uno. Al día siguiente me mandan una foto por WhatsApp con la cara del muchacho que se habían llevado, y ahí me di cuenta de que era Santiago Maldonado 'El Brujo'", contó.

En ese mismo momento, a lo primero que atiné fue agarrar mi teléfono y llamar. Fue a las 15:23. Llamé a Santiago y alguien me atendió durante 22 segundos, sin emitir ninguna palabra, relató.

Y detalló: Se escuchaba una habitación vacía, con ecos, pasos. Y lo primero que se me vino a la mente fue el ruido de botas, caminando. En ningún momento me hablaron. Yo lo llamaba a Santiago, a los gritos. La llamada dura 22 segundos, y me cortan. Al minuto siguiente volví a llamar, y ya me daba como que el teléfono estaba apagado.

Lo cierto es que desde que declaró, el joven intentó mantenerse oculto por miedo, hasta que la ministra Bullrich lo dejó al descubierto durante su exposición en el Senado.

Mis abogados me dijeron que la mejor manera de mantenerme seguro es que me exponga, que haga conocer mi cara, y que diga todo lo que sé. Que no es mucho. Pero esta prueba de la llamada, evidentemente, los tiene bastante inquietos. Por eso se están manejando de la manera en que se manejan, señaló. En tanto, la ministra de Seguridad reiteró que desde el ministerio que conduce están “trabajando denodadamente” ¿¿¿??? para buscar a Santiago. IRREVERENTE.

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