El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dona un millón de dólares de su fortuna personal a los afectados por el huracán Harvey, que ya dejó más de 30 muertos y decenas de miles de evacuados en las costas de Texas y parte del estado de Luisiana.

El jefe de Estado se sumará así a otras personalidades que decidieron aportar de manera particular para ayudar en las labores de recuperación.

Mientras tanto, las tareas de rescate continuaban en numerosas localidades de Texas tras el paso del devastador ciclón.

En Houston, la ciudad más afectada, más de 32.000 personas están alojadas en refugios temporales mientras prosiguen las labores de búsqueda y rescate de damnificados, mientras que la Casa Blanca calculó que unas 100.000 viviendas fueron dañadas en mayor o menor medida por los efectos de Harvey.

Las condiciones climáticas permitieron comenzar con las tareas de limpieza, ya que no llovió durante las últimas 24 horas y el agua empezó a retroceder en el área de Houston, donde viven unas 6,5 millones de personas.

Aunque posteriormente se convirtió en tormenta tropical, Harvey fue el huracán más potente en llegar a estados Unidos desde 2005, cuando el Katrina asoló Nueva Orleans, y el mayor en afectar a Texas desde 1961. La trayectoria de su desplazamiento prevé que tras cruzar Luisiana llegue a Misuri y Tennessee, aunque más debilitado.

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