La creadora del Día de la Madre se arrepintió por el sentido comercial que le dieron. "Sólo ha servido para que los comerciantes se enriquezcan vendiendo regalos y ellas sigan procreando para la guerra", dijo Anna Jarvis antes de morir

Hoy los festejos del Día de la Madre transcurren entre la nostalgia, el saludo obligado y el regalito de turno. Sin embargo, la historia cuenta que la mujer que promovió su invención se murió arrepentida de haberlo hecho.

A decir verdad, sólo las madres argentinas son agasajadas hoy ya que la celebración rota en el calendario según el país, al igual que su significado y connotaciones.

En realidad, la celebración nació en Boston, en 1872, cuando Julie Ward Howe sugirió una fecha para honrar la paz. Sin embargo, quien tuvo más suerte para registrarlo fue Anna Jarvis, hija de una activista comunista que en 1905 envió cartas a políticos y personas influyentes pidiendo que se consagrara como Día de la Madre el segundo domingo de mayo, fecha cercana al aniversario póstumo de su madre.

Así, en 1914, apoyada por el presidente Woodrow Wilson, consiguió que el Congreso aprobara el segundo domingo de mayo como fiesta nacional, lo que fue rápidamente emulado por otros países. Hasta que en 1923, al ver que la festividad se había mercantilizado y que con esto su objetivo -la paz y la ayuda al otro- había sido desvirtuado, Anna demandó judicialmente que se eliminara la celebración del calendario oficial de fiestas.

"Me arrepiento de haber impulsado el Día de la Madre, sólo ha servido para que los comerciantes se enriquezcan vendiendo regalos y ellas sigan procreando para la guerra", confesó en una entrevista con tristeza.
Festejos en la Antigüedad Helénica y en la Roma Imperial

Las primeras celebraciones del Día de la Madre no fueron norteamericanas: se remontan a la antigua Grecia, donde se le ofrecían sacrificios a Rhea, madre de los grandes dioses, y donde Atenea le dio a su hijo Aquiles las armas para luchar. Los romanos llamaron a esta fiesta La Hilaria (alegría) y la festejaban el 15 de marzo, en el templo de Cibeles, madre diosa por excelencia, dueña del oráculo y del éxtasis, pero también protectora en la guerra.
Cambios de fecha por conveniencia

Alemania, Uruguay, Venezuela, Chile, Perú, Colombia, Italia, Japón, Turquía y Holanda, adoptaron el segundo domingo de mayo, en honor a la fecha elegida en los Estados Unidos, donde nació el festejo.

En Argentina mudó el Día de la Madre del 11 de octubre al tercer domingo, a pedido de los comerciantes de artículos del hogar, perfumería y cosméticos, que necesitaban reactivar la segunda quincena con una fecha poderosa. Lo cierto es, y frente a cualquier presunción, que el Día de la Madre es emblemático en todo el mundo, y a pesar de algunos conceptos puramente racionales, el hecho de tener un día en el calendario mundial, para reconocer a las continuadoras de la especie humana, es altamente digno, y como el ser humano no solo vive de pan y de agua, alimentar al corazón con el reconocimiento y un mínimo festejo, es realmente saludable, y por supuesto, los regalos también son parte de la satisfacción, en ese día tan especial, porque convengamos, que las mujeres no son marcianos y por ende, los obsequios producen alegrías. Sentido común, nada más.

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