Tras el acto, volvieron los infiltrados, generaron disturbios y agredieron a periodistas.

Tal como pasó hace un mes, encapuchados aparecieron luego de la marcha por Santiago Maldonado para realizar provocaciones y generar incidentes.

Mientras estos tipos tiraban bombas de estruendo, botellas y le pegaban a la gente, había un patrullero a apenas unos metros de distancia y la policía miraba sin hacer nada”, relató un fotógrafo. Agredieron a periodistas de C5N, Crónica y América.

Al igual que en la marcha de hace un mes por la aparición con vida de Santiago Maldonado, un pequeño grupo de encapuchados buscó generar incidentes al término de una masiva manifestación que se desconcentraba con tranquilidad. 

Los infiltrados repitieron el mismo libreto -que huele a operación de los servicios de inteligencia-: gritaron consignas incoherentes, lanzaron bombas de estruendo a la policía y agredieron a fotógrafos y a los móviles periodísticos de C5N, Crónica y América. 

Un minúsculo grupo de personas con caras tapadas buscó ayer nuevamente enturbiar el reclamo por la aparición con vida de Santiago Maldonado, que congregó a una multitud en la Plaza de Mayo a dos meses de la desaparición del joven. 

Cuando los encapuchados comenzaron a lanzar bombas de estruendo e intentaron realizar pintadas frente a la Catedral, las familias autoconvocadas que se hallaban en el lugar, rápidamente los señalaron como infiltrados, y los echaron de la plaza.

Los autoconvocados dijeron ante las cámaras de televisión que estos infiltrados eran policías, lo cual se escuchó claramente por distintas señales. 

La situación generó corridas en las inmediaciones y algunas personas fueron golpeadas, entre ellas varios fotógrafos y periodistas de los canales C5N, Crónica y América. 

“Era muy claro que se trataba de infiltrados porque las agresiones se dirigían directamente a periodistas y fotógrafos”, relató a Página/12 Federico Martín, de Agencia Foto Sur, testigo y autor de las imágenes que muestran a un grupo de encapuchados lanzando bombas de estruendo, golpeando e insultando manifestantes en la marcha de hoy.

“Estábamos en la Catedral y vimos como un tipo lanzaba una bomba de estruendo y piedras contra el móvil de C5N. Junto a otros manifestantes los empezamos a señalar como infiltrados.

Tratamos de echarlos.

Los seguimos por Avenida de Mayo.

Uno de ellos, el de buzo azul con capucha y anteojos de sol que se ve en las fotos, intentó golpearme a mí y a compañeros periodistas”, contó Martín.

“Agredían a los fotógrafos que intentábamos registrar la situación.”

“Revoleaban botellas de cerveza.”

“También le pegaron a alguien del móvil de América. Gritaban frases hechas y fuera de contexto como ‘Viva la anarquía’, agregó.

El fotógrafo remarcó que “lo más llamativo” fue que “que mientras estos tipos tiraban bombas de estruendo, botellas y le pegaban a la gente, había un patrullero a apenas unos metros de distancia y la policía miraba sin hacer nada”.

“Les gritamos y logramos que se fueran, pero con la policía mirando impávida”, completó.
También se registraron algunos incidentes en El Bolsón, cuando un grupo de manifestantes se separó de la movilización central y marchó hasta el destacamento local de Gendarmería.

Hace un mes, al término de la movilización que se realizó a Plaza de Mayo por la desaparición de Maldonado, ocurrieron incidentes similares: un grupo de encapuchados agredió a la policía, que luego se lanzó a una cacería brutal, en la que fueron detenidas más de 30 personas que no tenían relación con los hechos y solo se encontraban en las inmediaciones del lugar.

Lo realmente llamativo es que en ambas marchas por la aparición con vida de Santiago Maldonado, nadie del gobierno se hizo presente para participar y compartir el objetivo. Si, hubo envío de policías disfrazados de civiles, infiltrados ellos, quienes fueron los autores de los disturbios en las dos marchas con un mes de diferencia. Macri debe soñar con diluir el reclamo, máxime antes del 22 de octubre, fecha en que rotundamente se avizora su fracaso en las urnas, aun con el fraude que está preparando, pero la imagen de Santiago Maldonado va a lograr lo que no se logró en años y es la gota que rebalsó el vaso, ya que esa desaparición fue llevada a cabo por las fuerzas de “seguridad” que comanda su ministra, puesta por él mismo, con lo cual él es el máximo responsable y consecuentemente, no va a poder eludir, como lo hizo hasta ahora, caer en manos de la Justicia, y de una vez por todas.

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