Después de 15 días, la Armada dio por muertos a todos los tripulantes del submarino ARA San Juan, y por orden de Macri.

Luego de más de dos semanas de búsqueda la Armada y el Ministerio de Defensa de la Nación dieron por muerta a toda la tripulación del submarino ARA San Juan. Aunque el vocero de la Armada, Enrique Balbi, evitó decirlo directamente, informó este jueves que se abandonó el rescate y se pasó sólo a la búsqueda del submarino en el lecho del océano.

Se determinó el cierre del caso SAR (Search and Rescue, búsqueda y rescate) y pasó a la fase de búsqueda, se limitó a decir Balbi en conferencia de prensa. A pesar de que no es posible afirmar que los 44 tripulantes murieron, "no se encontró evidencia alguna del naufragio en las áreas exploradas y ya transcurrió el doble del tiempo en que se estimaba podrían ser rescatados, agregó el vocero de la Armada.

Sin decir que no hay posibilidades de hallarlos con vida, Balbi explicó que el caso SAR tiene como misión ejecutar la búsqueda de personas en peligro con el fin de preservar la vida humana. Ya no está vigente el SAR y sólo se busca el submarino ya que se da por descontado que no hay posibilidades de realizar un rescate.

Cuando fue consultado si ya no había posibilidad de hallar a la tripulación con vida Balbi aseguró: No puedo ser categórico en ninguna afirmación e insistió en que la búsqueda del submarino seguirá hasta que se lo encuentre.

El último contacto del submarino con la base fue el 15 de noviembre pasado a 7.30 cuando navegaba a la altura del Golfo San Jorge a 450 km de la costa con rumbo a Mar del Plata.

En su último mensaje el ARA San Juan informó mediante una comunicación telefónica que había superado una falla en las baterías -debidamente reportada en la madrugada- a raíz de un cortocircuito por ingreso de agua por el snorkel. Tres horas después se registró un ruido similar a una explosión a 30 millas del lugar donde habían hecho el último reporte.

El ARA San Juan había zarpado el domingo 11 de Ushuaia para regresar a Mar del Plata, su apostadero habitual.

Muchas hipótesis circulan, y conociendo los antecedentes de quien preside la Argentina cabe darle la derecha a las versiones que lo incriminan con juegos de guerra en contubernio con la armada inglesa, en los cuales salió perdiendo un submarino argentino con 44 tripulantes argentinos muertos.

Hay documentos que grafican un petitorio de Macri, hace tres meses atrás, al senado, sobre permisos de ejercicios de guerra de los ingleses en el Atlántico Sur, esto quedó en la nave del olvido. Lo concreto es que 44 marinos argentinos perdieron la vida y no se sabe por qué. Y solo esperan que esta tragedia se disipe, que quede en la nada y como cita el tango de Gardel, “el mundo siga andando”. Pero si esto ocurre, no nos sorprendamos cuando a nosotros nos toque perder la vida por nada, porque las órdenes que recibe Macri son las de matar a mansalva para doblegar al pueblo argentino, como pretenden los sionistas, los ingleses y los buitres, que en definitiva, son lo mismo y son, los que cortan el bacalao..

Son muchas las muertes que carga el gobierno “del diálogo”, Cambiemos fue cambiar una vida con bienestar a una de zozobra, de terrorismo de Estado, de muertes injustificadas y sin culpables, de muertes por abandono de persona por parte del Estado nacional, de inseguridad en su máxima expresión, de violaciones, de femicidios por hora, de descontrol absoluto en una sociedad que hasta 2015 vivía tranquila y aspiraba a más. Pero la mentira, el engaño mediático, la estafa, le “cambiaron” la vida a una nación que era pujante, desendeudada y en la cual cada uno de sus ciudadanos podía programar la vida y su destino, para llegar, por estos días, a tener un destino incierto y sin saber si va a comer al otro día, como pasó en 2001.

Un solo tipo decide el destino de los más de 43 millones de ciudadanos en la Argentina, y por órdenes espurias, un solo tipo tiene en vilo a los jubilados sobre su vida y su muerte, a las embarazadas, a los niños en edad escolar, a los adolescentes, y a quienes sean, que nos pasa a los argentinos que nos somos capaces de actuar en defensa propia y salir todos juntos a reconocer la equivocación de haber votado a un enemigo público y ejercer el poder ciudadano para sacarlo de la dirigencia y poder concedido, para después poder barajar, y dar de nuevo.

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