Ante el intenso calor, el organismo comienza a luchar para enfriarse. ¿Cuáles son las consecuencias que podemos sufrir?

La temperatura máxima podría alcanzar los 40 grados y la sensación térmica romper con esa cifra, convirtiendo gran parte de la Argentina en un verdadero horno.

Las personas disponen de mecanismos naturales para regular el calor corporal, pero cuando las temperaturas suben en exceso las consecuencias pueden ser peligrosas.

Los niños pequeños, personas mayores y aquellas con enfermedades como afecciones cardíacas, diabetes, afecciones del riñón o del hígado, presentan una defensa disminuida frente a las altas temperaturas y son quienes pueden resultar más afectados.

Los efectos producidos por el calor son el resultado del fracaso que se produce en los mecanismos fisiológicos que regulan la temperatura corporal, ante una sobrecarga de calor.

Sus síntomas son: los calambres (por la pérdida de sales y electrolitos), sensación de agotamiento (por la deshidratación), cefalea, vértigo, cansancio, irritabilidad, hipotensión, taquicardia e hiperventilación.

Para ello es importante hidratarse continuamente, no exponerse al sol, evitar la actividad física y comer liviano ya que un golpe de calor puede provocar hasta la muerte.

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