Después del nefasto caso Triaca, el Sumo Pontífice apuntó fuerte contra quienes maltratan o explotan empleadas domésticas.
Cuando aún el ministro intenta olvidar el escándalo que se desató con la ex empleada contratada en negro y a quien despidió y maltrató, el Papa revivió el tema al apuntar contra las personas que desprecian a las trabajadoras ni cumplen con las normas laborales. "¿Le pagas lo justo, le das las vacaciones pertinentes, es una persona o un animal la que te ayuda en casa?", se preguntó.
A sólo algunas semanas que que explotara el escándalo del ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y su ex casera contratada en negro a quien despidió y maltrató a través de WhatsApp, el Papa Francisco parece
haberle enviado un mensaje indirecto ya que hoy criticó fuerte a las
personas que desprecian a las empleadas domésticas, no les pagan un
salario justo o no les conceden los días de vacaciones que les
corresponden.
"Pienso en tantas empleadas del hogar que ganan el pan con su trabajo: humilladas, despreciadas", lamentó Francisco en la homilía que pronunció esta mañana en la misa matutina que celebra diariamente en su residencia, la Casa Santa Marta, en lo que fue una reflexión que automáticamente recordó lo ocurrido con Triaca, que le valió numerosos pedidos de renuncia.
El Sumo Pontífice contó una anécdota de cuando era niño, según la cual recuerdo cómo en la casa de un amigo suyo vio en una ocasión a la madre de este abofetear a la mujer que limpiaba la casa. "No he olvidado eso", destacó, y pidió una reflexión sobre el trato que se les da a estas personas.
Luego de ello, llegó el párrafo que más llevó al caso Triaca: "(Alguien puede decir) No, padre, yo nunca les he abofeteado. ¿Pero cómo la tratas (a tu empleada doméstica)? ¿Le pagas lo justo, le das las vacaciones pertinentes, es una persona o un animal la que te ayuda en casa?".
En esta línea, pidió "pensar" en el comportamiento que cada uno tiene con estas personas en casas e instituciones donde trabajan a diario y advirtió sobre la necesidad de mostrar coherencia cristiana y comportarse bien con los demás. "No se puede por un lado hablar con Dios y, por otro, hablar con el diablo", advirtió.
"Pienso en tantas empleadas del hogar que ganan el pan con su trabajo: humilladas, despreciadas", lamentó Francisco en la homilía que pronunció esta mañana en la misa matutina que celebra diariamente en su residencia, la Casa Santa Marta, en lo que fue una reflexión que automáticamente recordó lo ocurrido con Triaca, que le valió numerosos pedidos de renuncia.
El Sumo Pontífice contó una anécdota de cuando era niño, según la cual recuerdo cómo en la casa de un amigo suyo vio en una ocasión a la madre de este abofetear a la mujer que limpiaba la casa. "No he olvidado eso", destacó, y pidió una reflexión sobre el trato que se les da a estas personas.
Luego de ello, llegó el párrafo que más llevó al caso Triaca: "(Alguien puede decir) No, padre, yo nunca les he abofeteado. ¿Pero cómo la tratas (a tu empleada doméstica)? ¿Le pagas lo justo, le das las vacaciones pertinentes, es una persona o un animal la que te ayuda en casa?".
En esta línea, pidió "pensar" en el comportamiento que cada uno tiene con estas personas en casas e instituciones donde trabajan a diario y advirtió sobre la necesidad de mostrar coherencia cristiana y comportarse bien con los demás. "No se puede por un lado hablar con Dios y, por otro, hablar con el diablo", advirtió.
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