El 28 de febrero Central
Ballester estrenará su nueva camiseta, que lleva la consigna Ni Una
Menos. Así, buscan generar conciencia en uno de los ambientes más
hostiles. ¿Qué hacen los clubes de fútbol para combatir el machismo?
Javier Rojas no ve la hora de volver a jugar. Es el 4 de Central Ballester, un club que milita en Primera D- pero desde hace algunos meses no pisa
la cancha porque tuvo que ser operado de la rodilla tras una lesión. El
próximo 28 de febrero podría volver a jugar en un
partido contra Lugano. Ese día, el equipo presentará una nueva camiseta
suplente con una consigna llamativa para el ambiente del fútbol: llevará el logo de Ni Una Menos.
Javier fue el primero en probarse la remera violeta y posar para la foto que el club compartió en las redes sociales.
Fue una sorpresa para bien. Todos entendimos que la violencia contra la mujer es un tema muy delicado y está bueno que desde nuestro lugar podamos transmitir un mensaje”, dijo Javier. Y recordó que hace dos años salieron a la cancha con una pancarta por la cantidad de femicidios que hubo en San Martín.
Ezequiel
tiene 31 años, es diseñador gráfico e hincha Central Ballester desde
nació. Hace algunos años que forma parte de la Comisión Directiva del
club y tiene a cargo el área de comunicación. Araceli Ramos, Micaela González, Araceli Fuelles y Melina Romero
son los primeros nombres que se le vienen a la cabeza cuando se acuerda
de los casos de mujeres que fueron asesinadas en el barrio. Son muchas
más, aclara.
Ezequiel fue quien tuvo la idea de incluir el logo de Ni Una Menos y
asegura que no fue casual que vaya sobre el corazón. Este mensaje que
se instaló hace algunos años es una construcción colectiva a la cual adherimos y creemos que su mensaje tiene que ser transmitido a todos los ámbitos que se pueda, dijo a este medio.
No es la primera vez que el predio de la calle Sarratea, en José León
Suárez, hace una intervención con una consigna social: en 2016
presentaron una camiseta suplente con la silueta de una persona con los
brazos abiertos mientras era apuntada por ocho rifles.
“Fue nuestra forma de manifestarnos contra la violencia institucional, haciendo alusión tanto a la Masacre de José León Suárez de 1956 como el asesinato de dos menores de edad a manos de la policía en la Cárcova en 2010”, explicó Ezequiel.
Cómo lucha el fútbol contra la violencia
La
experiencia de Central Ballester para concientizar y trabajar sobre la
violencia de género en los clubes de fútbol no es la única. Desde hace
dos años, la Fundación Huésped, junto con la Fundación Padre Lorenzo Massa para la Inclusión Social de San Lorenzo, realiza talleres y capacitaciones con las divisiones inferiores a los que asisten chicos de entre 11 a 17 años y entrenadores.
Este
año, en tanto, esperan poder hacer los talleres con los jugadores de la
Primera División. La organización además empezó a hablar con la
Fundación que tiene Racing Club para replicar estos talleres también en las inferiores.
Trabajamos con casos puntuales de abusos en el deporte para poder
sensibilizarlos. El año pasado, por ejemplo, trabajamos con el caso de Alexis Zárate y apuntamos a que las relaciones tienen que ser consensuadas.
Que si viene una chica o chico que no quiere tener relaciones, es "no".
Que para que una relación sea placentera y sana, tiene que haber un
acuerdo, contó a este portal Lucas Villalba, miembro de Fundación Huésped.
Lucas contó además que se centraron en trabajar con los entrenadores, ya
que son los adultos responsables que pueden evacuar las dudas de los
más chicos. Es importante que los adultos también comiencen a conflictuarse
y a preguntar cuál es el rol del varón, en el contexto del fútbol y en
la cancha. Es un desafío muy grande porque los entrenadores tienen más
camino hecho y esa deconstrucción es más difícil, agregó.
Fernando Tobio, ex Boca y actual jugador de Rosario Central, fue grabado a la salida de un bar
en el momento en el que le pegaba e insultaba a una mujer. El video se
hizo viral en cuestión de minutos y fue una muestra más del machismo
explícito que hay en el fútbol.
Apenas salieron las imágenes a la luz, las autoridades del club rosarino sacaron un comunicado
en el que informaban que al jugador le iban a aplicar una sanción
económica. Además, se comprometían a capacitar al plantel con talleres
sobre violencia de género.
Semanas después, los jugadores de Primera División fueron hasta las oficinas del Instituto de la Mujer de Rosario, donde hablaron sobre estereotipos, roles de género y relaciones de poder.
Si bien los casos en los que los clubes se comprometen y trabajan con
los jugadores sobre la violencia de género son pocos en relación a los
que protegen a los "machos" y extorsionan a las víctimas, se está empezando a ver un cambio. Los clubes de fútbol tienen una innegable función social, por lo tanto es necesario y urgente que traten estos temas. El camino es por acá.
0 Comentarios