Como ya ocurrió en varios estadios, el de Victoria fue escenario del cantito popular contra Macri, señalado por su presunta influencia en favor de Boca en la Superliga.





Cómo surgió el hit:


Hubo un tiempo que encarcelaban hinchas de fútbol por cantar la marcha peronista. Y hubo un tiempo que se prohibía nominar un apellido y las películas eran censuradas. Y hubo un tiempo que se quemaban libros del Centro Editor de América Latina y sus autores eran torturados en centros clandestinos de detención.Todos esos tiempos existieron. 

El autor del hit:



Encontramos y entrevistamos al hombre del momento. ¿Quién es Shériko? ¿Qué siente al ver que su canción se convirtió en una expresión política que desvela al gobierno?

“Tengo derecho a tener un pensamiento y que me permitan decir lo que siento, ¿por qué me tienen que cercenar?¿Con qué derecho?”, dice Shériko, poniéndose del lado del manifestante, antes que del de compositor, mientras entra al bar de Corrientes y Paraná, su “zona de influencia”, donde hablará acerca de su vida profesional.

Cualquier documentalista especializado en música que haya visto el film Searching for Sugar Man desearía, alguna vez en su carrera, tener acceso a una historia como la del misterioso cantante Rodríguez.

Desde que resurgió como “hit del verano” la melodía de cancha en la que se insulta a Macri, surgió la pregunta: ¿Quién compuso esa canción? .... y la respuesta es: Shériko es el artista que en 1975 publicó esa sinfonía popular llamada “Es tiempo de alegrarnos” que, en un principio las hinchadas, y luego las protestas sociales, se apropiaron con orgullo.

Lo primero que se puede notar es que está agradecido por este momento que le toca vivir, y se alegra de que la canción que escribió en una pieza de hotel sea el vehículo que motoriza la protesta social.

-¿Qué le produce al ver que la letra de su canción ha pasado a tener un insulto?

-Es el sentimiento del argentino, que es franco, sincero, explosivo.

El argentino es sentimental, querendón. Sabe cuándo tiene que amar y cuándo tiene que odiar.

Pero no un odio destructivo, sino el decir “te estoy llamando la atención, te estoy diciendo pará la mano, loco.

No es así, no me tomes por estúpido”.

Como no le puede decir eso, entonces, utiliza un vehículo que le hace más accesible expresarlo y, sin querer queriendo, me tocó a mí.

O sea, utilizan mi música, que ya estaba en el oído popular.

Entonces, la ligué. Y me pone feliz, contento.

Eso no quiere decir que yo no respete la investidura del presidente o de quien sea. No pasa por ahí.

Pasa por un sentimiento de hastío, de bronca y de repudio, de decir “loco, ¿qué está pasando?”.

¿No tenemos capacidad para generar otra cosa? Sí que tenemos.

A esto lo disfruto por la parte musical; y por la literaria, también. Porque no es una agresión despectiva. Es “escuchá lo que te digo. No es para que te vayas corriendo.

Atendé mis necesidades, preocupate un poco más por mí, que yo después te voy a aplaudir”.

Tan simple como eso.

Lo que pasa es que ellos nos tratan de estúpidos y creen que todavía tenemos la pluma en la cabeza, y no es así.

Tengo que decirte que no todos los negros son delincuentes.

Hay negritos pensantes, hay negritos intelectuales.

Entonces, prestemosle atención a la gente.

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