Un poco de amor, la estabilidad de un hogar y una familia propia hicieron maravillas con estos animales.

Adoptar una mascota es una acto de amor que cambia la vida, no sólo del adoptante sino también del nuevo integrante de la familia. Así lo demuestran las fotos del antes y después de estos perros.

Algunos animales de este conteo se salvaron de la eutanasia en un refugio, o de una muerte segura por desnutrición en la calle.

La mayoría se veía triste y dejado en su vida anterior, pero con el amor de una familia empezaron a sonreír (en versión canina) y recuperaron su salud.
















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