La burrada de Lombardi sobre la compra de los derechos para transmitir el Mundial.


El encargado del Sistema Federal de Medios Públicos dijo que Cambiemos "pagará 600% menos" que en la compra de los partidos para el Mundial de Brasil 2014. Además de tirar una burrada en el porcentual omitió la cantidad de encuentros transmitidos, el contrato negociado con la empresa Torneos, la forma de televisación y ocultó el ajuste que están aplicando en los derechos de las audiencias.  


El incipiente Mundial de fútbol en Rusia despertó un interrogante clave en la política y poco tiene que ver con el lobby que algún dirigente nacional pueda ejercer para meter a algún jugador en la lista final. La clave pasa por la contratación de los derechos de trasmisión y el relato del Gobierno sobre cuanto pagó en relación al gasto realizado por la gestión de Cristina Kirchner para la edición 2014.

El titular del Sistema Federal de Medios Públicos, Hernán Lombardi, afirmó en una entrevista que el Gobierno de Mauricio Macri pagó un "600% menos que el anterior" por los derechos de la Copa del Mundo. Burrada de por si, ya que un 100% menos de lo pagado anteriormente daría como resultado cero. Supongamos que el ministro quiso declarar que en realidad se pagó 6 veces menos por la misma cantidad de partidos, ¿es real?

En el mes de enero, la Televisión Pública firmó un acuerdo con la empresa TyC International B.V, radicada en Holanda y parte del holding de Torneos. Allí acordaron la compra de 32 partidos, en total son 64, por la suma de 8 millones de dólares. De ahí, tres millones se pagaban al contado mientras que la empresa quedaba en retener los primeros 5 que ingresen en concepto de publicidad de las trasmisiones.

En aquel momento Lombardi destacaba la negociación y hacía un fuerte hincapié en el principio de austeridad que habían propuesto como base en el acuerdo. También proyectaba alcanzar 12 millones en materia de publicidad, pero Torneos condicionó al canal estatal a repartir 50 y 50 todo dinero que ingrese por encima de los 8 millones.

La burrada del 600% menos se basa en el contrato alcanzado para el 2014, aquel vínculo que firmaron en 2012 el entonces jefe de Gabinete Juan Manuel Abal Medina y el entonces CEO de la empresa Torneos Alejandro Burzaco -hoy detenido e indagado en Estados Unidos en el marco del escándalo mundial de corrupción conocido como FIFAGate- donde acordaron en principio la compra de 32 partidos por un total de 18 millones de dólares. 



El contrato pasó por la fiscalía número 11 a cargo de Gerardo Pollicita para ver las subcontrataciones de los derechos en torno a la plata local del FIFAGate. Si estos números hubieran sido los finales, es real que el Gobierno de Macri estaría gastando menos dinero que el de Cristina Kirchner, pero se trata de un 55% menos y no del 600 como afirmó Lombardi.

¿Fueron 32 o 64?

Más allá del contrato firmado con Torneos, en el año 2014 Jorge Milton Capitanich anunció que la cobertura mundialista incluía la transmisión de los 64 partidos a través de la TV pública -32 partidos en directo y otros 32 en diferido-, mientras que Depor TV realizará en vivo la transmisión del 50 %  de los partidos, además del acto de apertura.

El Gobierno de CFK que mantenía los patidos de la Selección en su listado de eventos deportivos de interés relevante en el marco de los derechos de las audiencias contemplados en la Ley de servicios de Comunicación Audiovisual, no solo utilizó el canal público sino que también utilizó el sistema de Televisión Digital Abierta que en ese momento contaba con 84 antenas, que transmiían a través de dos sistemas: la Televisión Digital Terrestre, y la Televisión Digital por Hogares, éste último con más de 1,4 millones de decodificadores distribuídos en todo el territorio nacional.

De esta manera, los 18 millones de dólares habrían implicado la trasmisión del total de los partidos de la Copa del Mundo y el número si estaría más en consonancia con el actual pese a que cuatro años es muchísimo tiempo en el mundo de las finanzas y en el convulsionado negocio de las empresas de TV y los eventos deportivos. Si hoy se pagaron 8 millones por 32 partidos, suena un poco más razonable los 18 por los 64 partidos que se dividieron entre el vivo y el diferido. También es cierto que pese a tenerlos comprados, no todos los partidos terminaron siendo televisados.

Volviendo al tema de los eventos deportivos considerados de interés relevante, en el listado preparado para el 2014 figuraba el Mundial de fútbol como un evento de por si relevante mientras que para este año, el gobierno armó un listado en el que solo se puede ver la mitad de los partidos de la Selección.

El relato del exfuncionario de Fernando De la Rúa tampoco coincide con el despliegue en la producción periodística. Mientras que Brasil 2014 tuvo una enorme presencia de periodistas argentinos y distintos trabajadores de prensa, el ajuste que se vive tanto en la TV Pública como en la Agencia Télam no pueden pasar por alto.

Hasta el momento el canal estatal trabajará desde Rusia con 27 periodistas y el material que tienen a mano, mientras los trabajadores atraviesan recortes como el cierre del noticiero del fin de semana. En Télam aún no se confirmó si viajará algún periodista de deportes pese a contar con 2 acreditaciones concedidas por la propia FIFA. En caso de ir solamente viajará uno solo lo que hace inviable la cobertura cuando la mayoría de los medios gráficos enviarán entre 3 y 4 periodistas.

La burrada del encargado de los medios públicos expone la falta de responsabilidad ante el derecho de las audiencias que vuelven a ser catalogados como consumidores de un producto ante un evento que implica el interés y sobre todo la pasión de un país por el deporte más popular.

     

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