TOC, perfeccionismo e infecciones: por qué nos comemos las uñas y qué problemas de salud genera.

Ese hábito que, para los que lo padecen es un "karma" y para los que lo ven es algo desagradable, puede ser en realidad muy peligroso para la salud.

El hábito de comerse las uñas tiene un nombre científico “onicofagia” (viene del griego ονυ, que significa “uña” y φαγειν, que significa “comer”). Este trastorno afecta a un 30 por ciento de la población y al 45 por ciento de los adolescentes. Su caso más extremo acaba de salir a la luz: un joven de 28 años casi muere producto de una sepsis, que se generó por esta manía, que le provocó una infección generalizada.

Sus causas son debatidas, hay profesionales que la adjudican a los nervios, pero nuevos estudios confirman que también se debe al aburrimiento, frustración o tratar con tareas difíciles.

Problemas psiquátricos: ¿un TOC?


Lo cierto es que esta costumbre puede conducir a problemas psicosociales significativos y tener un impacto negativo en la calidad de vida, según un estudio publicado en 2016 en PubMed.com.

El comerse las uñas puede considerarse TOC o un exceso de ansiedad. Lo cierto es que hay una gran cantidad de personas que tienen este hábito que es totalmente vinculado a lo psicológico, señaló la psicóloga Ana Paula Dorado que recomendó tratarlo con profesionales.

De hecho, la Asociación Americana Psiquiátrica, de Estados Unidos, incluyó la onicofagia en la lista de trastornos obsesivos-compulsivos (TOC). 

Comerse las uñas puede asociarse a otros desordenes psiquiátricos como trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) o trastorno de ansiedad por separación (TAS), algo que se sigue debatiendo entre psiquiatras.

Bacterias, verrugas e infecciones: el peligro de comerse las uñas


Pero la onicofagia también trae problemas de salud que pueden complicar la normalidad del organismo. El hábito de llevarse los dedos a la boca se exponen a bacterias potencialmente patógenas como la E. coli y salmonela.

Como también a las verrugas en las manos causadas por el virus del papiloma humano pueden propagarse a los labios y la boca.

La Academia Americana de Dermatología (AAD), detalla que las infecciones bacterianas causadas por morderse las uñas son uno de los problemas más comunes de las uñas.

Una de ellas es la paroniquia, una infección de la piel que ocurre alrededor de las uñas, que en el peor de los casos puede requerir un intervención quirúrgica.

¿Y los dientes?: otra víctima


Morderse las uñas puede llevar a que los dientes se deformen o se desgasten prematuramente. Puede además hacer que los dientes cambien de posición, afectando la oclusión dental o la mordida.


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