El magistrado sorteado que será el tercer integrante del cuerpo que junto a Gabriela López Iñiguez y José Michilini decidirá la suerte de la senadora nacional kirchnerista por la denuncia de Nisman será Herminio Fernando Canero, uno de los jueces que desde el Tribunal Oral en lo Criminal Federal N° 6 le concedió en diciembre la prisión domiciliaria al genocida condenado a prisión perpetua Miguel Etchecolatz y que, en los 90, trabajó en la Corte Suprema para el menemista Julio Nazareno.

Canero, además, trabajó en el Tribunal Oral Criminal 9 con el macrista Luis María Cabral, el cuestionado exsubrogante permanente de la Cámara de Casación y actual vicepresidente del Consejo de la Magistratura, que también presidió hasta fin de 2016 la poderosa comisión de Selección desde la que se impulsó toda la operatoria de manejo y colocación de jueces en tribunales orales. 

De esta forma, el tribunal que estaba integrado por Namer contará con Canero, López Iñíguez y Michilini (este último integrante del Tribunal Oral Federal 1 y nombrado luego de excusarse de intervenir en el juicio Nicolás Toselli, por ser yerno del ex embajador en Siria, Roberto Ahuad, que fue testigo en la causa).

Sin embargo, luego justamente la Sala IV de Casación Penal revocó la prisión domiciliaria con la que había sido beneficiado el represor, que residió en Mar del Plata poco más de dos meses hasta que, en marzo, volvió al penal de Ezeiza. En esa oportunidad, los magistrados Mariano Borinsky y Gustavo Hornos votaron que Etchecolaz vuelva a la cárcel, mientras que Juan Carlos Gemignani pretendía que el excomisario bonaerense siguiera en su casa.

Curiosamente, fueron estos mismos jueces de Casación quienes sacaron del juicio contra CFK a Namer, lo que, según dijo Alejandro Rúa, estaba destinado a ser un claro caso de "fórum shopping", o elegir jueces a dedo.

"Todo este caso, desde un inicio, tuvo un destino que es el de apartar a todos aquellos jueces o fiscales que sostengan la inexistencia de un delito o que puedan juzgar independientemente el caso y reemplazarlos a lo largo del proceso por jueces de conveniencia a la hipótesis acusadora, que sostengan ineludiblemente la acusación", explicó el abogado del excanciller Héctor Timerman en la causa.

Por mayoría, en aquella oportunidad la Sala IV había hecho lugar al recurso interpuesto por una de las partes querellantes porque, según los magistrados, en el caso se verificó el temor de parcialidad alegado por la parte recurrente que justificó el apartamiento solicitado.

Gemignani y Hornos habían votado a favor de quitar a Namer, mientras que Borinsky lo hizo en disidencia. El juez Hornos había usado los antecedentes profesionales de la magistrada en la UFI AMIA y con esa excusa había avalado la posibilidad de que este proceso se haya nutrido de información producida por esa Unidad Fiscal y el contacto que en ese rol tuvo con varias de las personas que ahora están como parte de este proceso.

Sin embargo, Hornos siempre se había corrido de toda decisión acerca del caso de la asociación israelita porque él también fue fiscal de la unidad AMIA en la causa. Siempre se había apartado de participar, menos para sacar a Namer.

"Por el secretismo, no puedo descartar que la reunión Macri-Lorenzetti haya incido en el apartamiento de Namer", había asegurado Rúa respecto del escondido encuentro en Casa Rosada entre el Presidente y el titular de la Corte Suprema, en una entrevista en la que también había sostenido que "en los próximos días" iba a designar a "un juez que garantice una condena" contra los acusados.