Levantar los adoquines también es negocio para el jefe de gobierno porteño, ya que los vende luego a countries, no dando cuentas del producido por la transacción comercial. Además de cobrar a precio de oro las invisibles lachinadas de asfalto con las que reemplaza los adoquines. Lo mismo hace con las veredas.

Lo cierto es que logró se que se convierta en Ley, para redondear el marco comercial y este es el informe de ese resultado:

Una gran cantidad de calles del casco histórico, y otras zonas de la Ciudad de Buenos Aires, podrían ser asfaltadas por no formar parte del catálogo definitivo de calles preservadas como patrimonio cultural de la ciudad. Así lo determinó la ley N º 4806, aprobada el año pasado en la Legislatura.

La norma dispuso nuevas reglas para el tratamiento del empedrado de la Ciudad y hasta el momento se desconocía el registro de calles con protección histórica. Desde el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño aseguraron que de 3681 que hoy están adoquinadas, sólo 1966 no podrían asfaltarse. Las 1715 restantes podrán ser modificadas. Esto ya ocurre en barrios como Villa del Parque, Villa Devoto y Núñez.


El registro fue hecho por las 15 juntas comunales sobre la base de las áreas de protección histórica de cada barrio, la arquitectura especial, los sitios o lugares históricos y los distritos de urbanización y espacios verdes.

Antes de sancionarse la ley, las calles adoquinadas tenían una protección que impedía concretar los planes del gobierno de asfaltar toda aquella que se encontraba en mal estado o retirar parte de las piezas. A partir de la resistencia vecinal, que en varios casos se judicializaron e impidieron levantar el empedrado, la Legislatura "decidió" elaborar la norma.

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