Triste adiós a Pelusa: Cerca de la medianoche, Pelusa fue sacrificada con una inyección letal, luego de sobrevivir medio siglo en cautiverio.
Producto de la ignorancia de todos  -la sociedad en su conjunto-, la longeva elefanta Pelusa llegó ayer al final de una vida triste, lejos de su hábitat natural y sin contacto con otros de su misma especie. 

Cincuenta años confinada en un recinto pequeño en el corazón de la ciudad, con una enfermedad que fue agravando desde 2014 toda la lista interminable de malos tratos. Ya el sábado por la tarde fue vista en una escena horrorosa: la elefanta se tumbó al piso y no se levantó más. Desde entonces, cualquier esfuerzo fue en vano.  

Quienes la rodeaban con cuidados especiales, creían que podía ocurrir un milagro. Pero lucía muy desmpejorada.  Y siendo las 23.10, fuentes oficiales le confirmaron que Pelusa muriò a causa de una  inyección letal, aprobada por un funcionario de la Justicia platense. El fuerte sedante terminó con su existencia.  

Lamentablemente, en su niñez y durante los fines de semana la visitaba un aluvión familiero, dándole galletitas que, si bien estaban prohibidas, a Pelusa le gustaban. Con el correr de los años, muca otra gente se sumaba al recorrido por el Zoológico. La vieron envejecer y ya, en esos días, se vendía un alimento especial para darle. Muchos, probablemente sin maldad, les acercaban caramelos y hasta chocolates. Pelusa, con su inocencia, los recogía. Las bolsas de nylon fueron también parte de una cultura asociada con la mala educación en lo que se refiere a visitar y arrojar deshechos en este paseo histórico del Bosque y que terminan en la panza de los animales, provocándoles la muerte.

También hay que agregar que hubo y hay intendentes y ediles que se han dedicado a hacer negocios con la fauna. Y hay que tomar conciencia: no más animales encerrados. Solo queda la posibilidad de generar reflexión y cambiar el destino de las primas hermanas de Pelusa.

Actualmente, en la Argentina quedan nueve elefantes encerrados en los zoológicos de Mendoza, Entre Ríos, Luján y el Ecoparque, que aguardan que llegue la confirmación para ser trasladados y viajar al santuario que aguardaba por Pelusa. Que no sea tarde.


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