Pasado mañana la cuota mensual se incrementa otro 7,5 por ciento y en un año suma 34 por ciento, unos 25 puntos por encima de la inflación minorista del mismo período. Cada vez más gente abandona la prepaga.
A partir del miércoles aumentarán hasta un 7,5 por ciento el precio de
sus planes, según lo establece la resolución 1239/18 del Ministerio de
Salud. Con este ajuste, en los últimos 12 meses la suba será del 34 por ciento y
desde diciembre de 2015 habrá acumulado un incremento de 126 por
ciento, unos 25 puntos por encima de la inflación minorista del mismo
período. El aumento en las cuotas de las empresas de medicina prepaga
está generando también una baja en la cantidad de afiliados.
El aumento del miércoles será el tercero en lo que va del año. Los
anteriores fueron del 4 por ciento en febrero y 7,5 por ciento desde
junio. Según la resolución de Salud, el incremento en las cuotas está
“fundado en variaciones de la estructura de costos de las empresas”
realizado por la Superintendencia de Servicios de Salud, teniendo en
cuenta, entre otras cosas, “los cálculos actuariales necesarios, la
verificación fehaciente del incremento del costo de las prestaciones
obligatorias, suplementarias y complementarias” así como “el incremento
de costos de recursos humanos”.
En las prepagas dicen que estos aumentos resultan insuficientes y que
solicitarán a la Superintendencia de Servicios de Salud la autorización
para nuevas remarcaciones con los incrementos de costos que han venido
soportando. Así lo expresó, por ejemplo, Asociación Civil de Actividades
Médicas Integrada (ACMI).
Sin embargo, el informe de FSS advierte que
los aumentos autorizados hasta ahora superan la proyección de los costos
de los prestadores privados de medicina, los cuales representan en
promedio el 80 por ciento de los costos de las empresas de medicina
prepaga. “En 2017, la suba fue de un 31 por ciento anual, casi
duplicando la meta de inflación proyectada para ese año”, dice el
informe.
Sólo este año la suba ya es del 20 por ciento por tratarse de
aumentos acumulativos y los empresarios apuestan de nuevo a superar una
inflación que será mayor al 30 por ciento. A fines de junio, apenas se
autorizó este aumento de 7,5 por ciento que ahora entrará en vigencia,
Hugo Magonza, titular de ACMI aseguró que “los mayores
costos de la actividad, en una estimación muy conservadora, implicarán
un incremento de no menos 34,6 por ciento para el presente año. A ello
debe agregarse el impacto de la denominada inflación médica”.
Las prepagas cuentan con 6 millones de beneficiarios, de los cuales
1.200.000 son voluntarios, pero la suba desenfrenada de precios está
forzando a muchos a desafiliarse. En la Ciudad de Buenos Aires, según
datos de la Dirección General de Estadística y Censos, el porcentaje de
afiliados por contratación voluntaria cayó en el primer trimestre de
2018, al 6,1 por ciento de las familias porteñas (era un 8,1 por ciento
en el mismo trimestre de 2015; 8,6, en 2016 y 10 por ciento en 2017).
Quienes tienen cobertura privada por derivación de aportes han pasado de
21,6 por ciento en 2015 al 17, 3 por ciento en 2017.
“La facilidad con la que la actual gestión ha estado autorizando
aumentos en las tarifas de medicina prepaga, por arriba de la evolución
salarial y de la estructura de costos de los prestadores privados, pone
de relieve la necesidad de modificar la legislación vigente”, remarca
el informe de la Fundación Soberanía Sanitaria, el cual a su vez propone que el Congreso Nacional
avance con una nueva regulación destinada a incrementar los controles
con un organismo independiente del Poder Ejecutivo. “A fin de poder
resguardar a la población de un Estado que elige no hacerse presente y
deja que el mercado sea quien regule el acceso a la salud de su
población, es cada vez más necesario reforzar la legislación actual
incorporando organismos colegiados de control independientes del
Ejecutivo nacional e involucrando a la población civil al debate”,
concluye el informe.
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