En el último año, la cantidad de personas que quedó en la intemperie creció casi un 30 por ciento.

En el único censo completo existente, realizado en 2017 por las organizaciones especializadas en la cuestión, registraron en situación de calle a 5872 personas, y según las estimaciones, a la fecha la cifra supera largamente las 7500, a las que habrá que agregar más de las 20 mil en riesgo de calle que detectara el censo del año pasado. Lo novedoso es que si el año pasado, el 20 por ciento de los censados era sin techo reciente, esa proporción ya se incrementó al 30 por ciento.

Los paradores de la red del Gobierno son tres, el Azucena Villaflor, para mujeres, y el Bepo Ghezzi y Retiro, para hombres, a los que se suman dos centros de asistencia inmediata ante la emergencia social, el Costanera Sur y La Boca. Para dar una idea de la política social del Gobierno porteño con los sin techo, Un informe de la Auditoría General de la Ciudad, en la que se denunciaba que 140 personas permanecen en el Centro de Asistencia Familiar Costanera Sur, sin calefacción ni agua caliente. Son familias, hay niños, claro. El Costanera Sur es un dispositivo de emergencia. Ni preguntar sobre los que no lo son.

Por si fuera poco, los paradores tienen un cupo y están destinados solamente a recibir para la noche, abren de 18 a 8, entran los que entran y el resto queda afuera. Durante el día son expulsivos. La empatía es una definición de un diccionario ajeno.
Y los que quedan fuera, quedan literal y metafóricamente afuera de todo. En la calle. Y los que están dentro y consiguieron cama, lo lograron por una noche, porque no se reserva, cada tarde hay que hacer la fila y empezar de nuevo. Es decir, el parador es una cama inestable. Y la fila cada vez es más extensa, cada vez compiten más porque se suman los nuevos en oleadas. 

Pero Larreta utiliza el presupuesto en plantas, en renovar veredas cada seis meses, en sectores gimnásticos en las plazas, en eventos que a nade le importa, entre otras excentricidades, con respecto a lo que "blanquea", mientras deja a la intemperie a 7.500 personas, entre las cuales se cuentan muchos niños, y también muchos abuelos que, irreversiblemente van  a morir en plena calle.

Pero Larreta piensa ser reelegido en la ciudad de Buenos Aires, obviamente contando con los votos de una comunidad envenenada por los discursos de Carrió, con sus televisores clavados en TN y devotos de un híbrido como Lanata.

Lo que no entiende ese electorado es que ellos también están en riesgo y que si alguno de ellos se "cae" del sistema, va a correr la misma suerte...o mala suerte, por carecer de la mínima visión sobre la construcción de una comunidad organizada, la cual vela por los derechos del colectivo, ya que de manera individual se van a seguir sumando seres humanos al "número" de 7.500 que ya están en la calle y que inexorablemente, muchos de ellos van a terminar allí sus días..

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