Quebró la principal industria de Roque Pérez y toda la ciudad sufre la desocupación.

Los dueños argumentan que es por el tarifazo de luz y gas. Procesaban 100 mil pollos por día. En 2008 exportaban y crecían, ahora resiste un grupo de trabajadores cobrando la mitad del sueldo.

Roque Pérez tiene poco más que 10 mil habitantes. Es una ciudad rodeada de campos con mucha producción porcina y avícola. Criave era su empresa más fuerte. Trabajaban 500 personas en forma directa y más de 2.500 en forma indirecta. Criaban y faenaban pollos. Quebró. El pueblo se quedó sin su principal fuente laboral.

“Los dueños decían que no podían pagar la luz, el gas y los insumos para los pollos”, cuenta Germán Barco. “Eso se empezó a ver reflejado. Pelábamos 100 mil pollos por día y empezamos a pelar 40 mil”, agregó.

Los empleados recordaron que la planta pasó por una situación similar. Fue en el fatídico 2001. “Estamos cocinando para 260 personas. Hacemos ollas populares”, agregan.

Los que siguen trabajando pese a la quiebra de la firma lo hacen cobrando la mitad del salario. Dicen que en todo Roque Pérez hay un familiar, amigo o conocido en Criave.


Hace diez años, la empresa exportaba a Hong Kong y Rusia. Generaba trabajo para todo Roque Pérez y dólares para la economía argentina. Hoy está a punto de bajar las persianas. El tarifazo y la crisis económica se la llevaron. Como en el 2001.

Se importan pollos de Brasil.

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