Doble rechazo a la estrategia PRO para que no se investigue la gran estafa. Es verdad, en todo está ella, un slogan que le cabe perfectamente en primera persona.
Ayer, Casanello rechazó el planteo de Stornelli, funcionario judicial
cercano a Macri, de enviar su expediente al juez platense Ziulu,
magistrado con fallos oficialistas en su historial, que pretende que sólo
se investigue lo electoral. Hoy, la fiscal Russo le dijo que no a este
último, que buscaba quedarse con otro expediente sobre la misma
cuestión.
Ayer y hoy no fueron buenas jornadas judiciales para la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal en el escándalo por los aportes truchos de Cambiemo,s que se investiga en diversos espacios judiciales. Es que en dos
de las varios investigaciones que se tramitan, un juez y una fiscal se
negaron a que el tema quedara centralizado en las manos de Adolfo Gabino
Ziulu, un magistrado cargado de decisiones favorables al Gobierno, en
quien el oficialismo quiere centrar todo el caso, para que sólo se
observe el caso como delito electoral y no se trabaje sobre los ilícitos
penales.
Es que hace sólo 24 horas, el juez Sebastián Casanello rechazó
el planteo de Carlos Stornelli, el fiscal federal que trabajaba para Macri en Boca Juniors, de enviar la causa a la justicia
electoral de La Plata que encabeza Ziulu, mientras que hoy,
la fiscal Ana Russo dictaminó en contra del pedido de inhibitoria
planteado por el mismo Ziulu, que subroga la competencia electoral.
Este último caso deberá ser resuelto por Ernesto Kreplak, y todo indica que, en ambos casos, seguirán adelante con investigaciones paralelas.
La operatoria del macrismo nació el 1 de agosto, cuando el
procurador general de la Nación interino elegido por Macri,
Eduardo Casal, curiosamente dispuso que la investigación por los aportes
irregulares en las campañas del 2015 y 2017 de Cambiemos tenía que
llevarse en el fuero civil. Esa mirada fue aprovechada por los abogados del PRO, que realizaron ese reclamo en los fueros federales que tenían denuncias y estaban trabajando sobre el tema.
Se sumó a la iniciativa del Gobierno la titular de la Oficina
Anticorrupción, Laura Alonso, que en cada nota en la que fue consultada
por el escándalo que ensucia a Vidal, se desligó de trabajar sobre el
tema debido a la resolución de Casal indicaba que su cartera no
tiene competencia al respecto. Justamente, las decisiones de la fiscal
Russo y el juez Casanello son un revés a la operación del macrismo para
que las causas queden en manos de Ziulu, ya que entendieron que ellos
deben continuar con sus investigaciones para descubrir si existió delito
o no.
Russo dictaminó que el pedido de inhibitoria de competencia, planteado por Ziulu, -portador de numerosas decisiones, como en el caso tarifazos, cercanas al oficialismo-
no tiene que prosperar, ya que la parte penal y la vinculada a lo
contable del caso pueden investigarse en paralelo sin que tengan por qué
afectarse derechos de las partes.
El dictamen de la fiscal fue presentado este jueves ante el juez
Kreplak, quien tiene a su cargo la investigación de posibles delitos
como robo de identidad y financiamiento ilegal, entre varias figuras
delictivas posibles. Esto es lo que quiere evitar el macrismo vidalista a
través de la maniobra descripta, que es encapsular el caso como faltas
electorales menores.
En su escrito, Russo sostuvo que "la investigación de
infracciones electorales reposa sobre hechos distintos de los delitos
denunciados, por lo que nada obsta a que ambas investigaciones marchen
en paralelo” y que “esas conductas exceden el marco de
competencia electoral, para dar lugar a delitos tipificados en el Código
Penal, amén que, luego de concluido el procedimiento que prevé a la ley
26.215, aparezcan nuevos ilícitos de tipo penal”.
Es que mientras Kreplak trabaja sobre la parte penal del caso,
su colega en lo contencioso administrativo que subroga el juzgado
electoral, es decir Ziulu, escruta los movimientos económicos de la
alianza Cambiemos, o sea los ingresos, egresos y gastos de campaña, sin auscultar el origen de los fondos.
En caso de detectar irregularidades en el origen del dinero, el
marco normativo indica que es Ziulu quien debe declinar competencia
y radicar la denuncia en la rama Penal del fuero Federal de La Plata,
es decir, enviar esa arista de la investigación a Kreplak.
Este dictamen de Russo que probablemente confirme Kreplak va en el mismo sentido que lo sostenido desde Comodoro Py por Casanello, que rechazó el planteo del fiscal Stornelli -el
mismo que trabajaba en la seguridad de Boca bajo la presidencia de
Macri que ahora tiene el caso de los cuadernos de Centeno- y decidió que
el escándalo por los aportantes truchos de Cambiemos revelados por El
Destape siga siendo investigado por los presuntos delitos
penales de lavado de dinero, usurpación de identidad, falsedad
ideológica, falsificación de documento público y posibles dádivas.
Curiosamente, Stornelli negó su competencia electoral, y, de paso, en
su último dictamen le pidió a Casanello que envíe la causa a Ziulu, otra
vez en línea con la operatoria buscada por el Gobierno desde el inicio
de las causa con la disposición del procurador interino Casal.
De esa forma, ya no se investigaría ni el origen del dinero que se le endilgó de forma apócrifa a personas que no pusieron plata ni tampoco
los posibles delitos penales cometidos, y el escándalo quedaría solo
encuadrado en meras faltas al Código Electoral sin responsables penales.
Con las tres patas aún en danza -Casanello, Kreplak y Ziulu- y con
toda la documentación sobre la mesa, podrían comenzar los llamados a
declaración e indagatoria y eventuales procesamientos, cosa que Vidal,
la reincorporada María Fernanda Inza y Federico Salvai, entre otros, quieren evitar a toda cosa de manera
que toda la responsabilidad pese sobre los recaudadores de campaña, es
decir los "perejiles" del caso.
Estos últimos son el ex intendente radical de Laprida, Alfredo Irigoin, y
la macrista Silvia Chabán, ambos imputados en la causa que tramita en
el juzgado de Casanello.
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