El Banco Central le cambió el nombre, pero el nivel de exposición financiera generado con las Lebac empieza a replicarse ahora con estas letras, en las que únicamente puede invertir la banca.No hay más créditos para la industria y la producción.
El stock de deuda en Leliq ya subió un 43
por ciento en los últimos 30 días. Ayer se absorbieron 109.519 millones
de pesos, con una tasa de corte promedio del 71,3 por ciento anual y una
máxima del 74 por ciento.
Las cuentas e indican que la tasa del Central está generando un
déficit cuasifical (desequilibrio por el incremento de los pasivos
monetarios) equivalente a 5 puntos del PBI. “La emisión monetaria
(oculta) en forma de déficit cuasifical asciende a unos 782 mil millones
de pesos al año, o sea 20 mil millones de dólares (equivalente a 5
puntos del PBI). Si esta cifra se suma al rojo financiero del Tesoro de
3,3 puntos, implica un déficit fiscal consolidado superior a 8 por
ciento del PBI”.
Se advierte que la tasa de interés en
los niveles actuales no seca la plaza de pesos sino que genera fuertes
desequilibrios monetarios para los próximos meses. Las deudas del
Central, cuando crecen exponencialmente, terminan por no renovarse. Las
Lebac son el antecedente más sencillo para observar las consecuencias
del déficit cuasifiscal.
El incremento de los pasivos del Central no es casualidad. Se trata
del resultado de la nueva estrategia monetaria. La entidad quiere llegar
a junio del próximo año sin emisión y para lograrlo la única
alternativa es no imprimir nuevos billetes. La base monetaria se
incrementa por tres motivos. El primero ocurre cuando el Central imprime
pesos para comprar dólares en el mercado (y aumentar el nivel de las
reservas). Sandleris prometió que no emitirá por esta vía a menos que el
tipo de cambio baje de 34 pesos. El segundo factor de emisión esta
vinculado con el déficit fiscal. El Central no imprimirá ni un peso para
girarle al Tesoro. Esto implica que la meta de emisión cero dependerá
principalmente del tercer factor: la esterilización. El Central deberá
renovar todos sus pasivos monetarios y los intereses generados por estas
deudas para evitar que los pesos prestados vuelvan a circular en el
mercado.
La forma que tiene el Central de convencer a los inversores de
renovar estas deudas (y evitar que suba la cantidad de pesos en
circulación) es pagando una tasa de interés cada vez más elevada. La
autoridad monetaria incrementó en menos de una semana las tasas de Leliq
de 60 a 74 por ciento y adelantó que la seguirá aumentando todo lo que
haga falta para cumplir con la meta de emisión cero. El último dato de
la autoridad monetaria precisó que las Leliq sumaban un stock de 434 mil
millones de pesos al 1 de octubre.
La deuda supera 500 mil millones de
pesos si se agregan las colocaciones de los últimos dos días hábiles. Se
trata de un monto superior respecto de la deuda de Lebac (340 mil
millones de pesos) y que obliga al Central a desembolsar mil millones de
pesos diarios en intereses (cifra equivalente a unos 26 millones de
dólares).
Los bancos embolsan estos pagos y los reinvierten en las Leliq en
lugar de prestarlos al sector privado. La demanda de créditos de las
empresas y de los consumidores se frenó por la recesión y prestarle
pesos a la autoridad monetaria a tasas de más del 70 por ciento parece
una decisión adecuada para la banca. Los últimos días, con un dólar en
baja y rendimientos en pesos en alza, las entidades financieras hicieron
una importante ganancia de corto plazo.
El problema es para el Banco
Central: no puede seguir renovando permanentemente esta deuda sin un
grave deterioro de su patrimonio, y si no renueva la deuda, vuelve a
exponerse a nuevos episodios de crisis y corridas cambiarias.
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