Las jubilaciones subirán en diciembre 7,78
por ciento, según confirmó ayer el Ministerio de Salud y Desarrollo
Social a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial. Con
este último ajuste, el haber jubilatorio mínimo pasará a 9300 pesos
acumulando un incremento de 28,8 por ciento en el año, casi 20 puntos
por debajo de la inflación anual proyectada por la mayoría de las
consultoras para 2018.
De hecho, el INDEC informó la semana pasada que
en los diez primeros meses de este año el Índice de Precios al
Consumidor (IPC) asciende a 39,5 por ciento y llega al 45,9 por ciento
en la comparación interanual. La actualización también se le aplicará a
las asignaciones familiares y demás prestaciones de la seguridad
social.
El Congreso aprobó el 19 de diciembre una polémica reforma del índice
de movilidad jubilatoria que empezó a regir a partir de marzo de este
año. Hasta ese momento, la actualización se calculaba en forma
semestral, tal como establecía la ley 26.417, a través de una fórmula
que combinaba los aumentos salariales medidos por el INDEC y la
variación de la recaudación. Sin embargo, el gobierno impulsó su
reemplazo por un nuevo índice que actualiza trimestralmente en un 70 por
ciento por la variación trimestral del IPC Nacional elaborado por el
INDEC y en un 30 por ciento por el coeficiente que surja de la variación
de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables
(Ripte).
“El año que viene (por 2018) los jubilados van a cobrar más, van a
cobrar entre un 4 y un 6 por ciento más que la inflación, y el otro año
de vuelta, y el otro año otra vez”, aseguró Macri
en una entrevista que le concedió a América TV el 22 de diciembre del
año pasado, cuando salió a defender la reforma. “Esto quiere darle
tranquilidad a los jubilados, darles previsibilidad. Ya lo van a ver
cuando vayan a cobrar, todas las cosas que se dijeron son mentiras”,
agregó. Sin embargo, la pérdida de poder adquisitivo que sufrirán los
jubilados este año desmiente las promesas presidenciales y confirma lo
que habían anticipado los distintos partidos de la oposición que
rechazaron la reforma.
Más allá de las declaraciones de Macri, en el gobierno tenían
claro que el cambio de la fórmula les iba a representar un alivio fiscal
y por eso fue que impulsaron los cambios.
Mientras Macri declaraba que
los jubilados iban a “cobrar más”, sus ministros dejaban en claro que
la reforma implicaría un ahorro de al menos 60.000 millones de pesos.
A este escenario de fuerte perdida de poder de compra, se le sumará
en el futuro próximo una nueva reforma previsional que cuenta con el
aval del Fondo Monetario Internacional, organismo que impulsa un aumento
de la edad jubilatoria de mujeres y hombres, como ya lo impuso en
Grecia. El salto sería de 5 años en ambos casos, para pasar a 65 y 70
años respectivamente. También se evalúa introducir nuevos cambios en la
ley de movilidad y en la fórmula de cálculo del haber inicial, cuando
una persona se retira, pasando de computar los últimos 10 años de
aportes a los últimos 25.
Otra de las propuestas que está en carpeta por sugerencia del FMI es
una baja en la Prestación Universal para el Adulto Mayor (PUAM) del 80
al 70 por ciento de la jubilación mínima. Este beneficio fue creado en
2016 con la Ley de Reparación Histórica, en reemplazo de las moratorias
que antes permitían a las mujeres de 60 años y a los hombres de 65
acceder a una jubilación mínima plena.
Cambiemos siempre lo consideró un
“regalo” y lo empezó a desmontar. En primer lugar, las mujeres
sufrieron un aumento de 5 años en la edad de cobro, ya que pasó de los
60 a los 65 años. Y todos bajaron su haber al 80 por ciento de la
jubilación mínima. El pasado 27 de octubre la baja
al 80 por ciento significó, traducido a números actuales, una caída de
8637 a 6909 pesos. Si la PUAM se redujera todavía más, al 70 por ciento
de la mínima, quedaría en este momento en 6045 pesos, casi 900 pesos
menos que el valor vigente y casi 2600 menos que la jubilación mínima.
A partir de mayo de 2019 se empezarán a utilizar también los recursos
del Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES para liquidar
jubilaciones. De este modo, el Gobierno echará mano a un ahorro de
trabajadores argentinos de más de tres décadas para gastos corrientes.
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