El índice de precios al consumidor del INDEC registró en octubre un alza
del 5,4 por ciento a nivel nacional, empujado por alimentos y bebidas,
las tarifas del gas, el transporte y las prepagas. En diez meses, la
inflación asciende al 39,5 por ciento y puntualmente los rubros
esenciales de la canasta básica muestran en promedio un incremento del
43,7 por ciento, cuya contracara es el grave deterioro del poder
adquisitivo de los sectores trabajadores y jubilados.
Los precios se dispararon 5,4 % en octubre y acumulan 45,9 % en el
último año. Alimentos y bebidas, gas, transporte y prepagas son los
rubros con más aumentos. La suba del costo de vida de este año será la
más alta desde 1991.
En la comparación
anual, la inflación de octubre se ubica en el 45,9 por ciento. El año
cerraría con una inflación del orden del 48 por ciento, la más alta
desde 1991, y se calcula que el año que viene, si las variables
financieras no se vuelven a disparar, la inflación no bajaría de la zona
del 30 por ciento. Los números de inflación se dan en el marco de una
dura caída de la producción, inversión y empleo, tasas de interés
siderales y aumento record de la deuda externa, de la pobreza y la
indigencia.
El mes pasado se registró la segunda mayor alza de precios del año
–detrás del 6,5 por ciento de septiembre– y la tercera de toda la era
Cambiemos, ya que en abril de 2016 el IPC-CABA también registró una suba
del 6,5 por ciento. En la medición anual, la inflación fue del 41 por
ciento en 2016, luego en 2017 bajó al 24,8 por ciento según datos
oficiales y en 2018 quedará en alrededor del 48 por ciento. En
consecuencia, los precios en el promedio de toda la economía se
multiplicaron por 2,5 en apenas tres años de gestión Cambiemos, lo cual
está bastante alejado del slogan de campaña de Macri acerca de que “en mi gobierno la inflación no va a ser un
problema”.
El Gobierno preparó los ingredientes para el caldo ideal de
inflación: brutal devaluación, violenta suba de tarifas y tasas de
interés siderales. Así, en octubre los precios de alimentos y bebidas
avanzaron un 5,9 por ciento a nivel nacional, acumulan un 43,7 en diez
meses y el 46,4 por ciento en la comparación interanual. El traslado de la suba del dólar de fines
de agosto y septiembre en bienes de consumo masivo, como por ejemplo la
harina y panificados, aceites, carnes y lácteos.
Según los datos del Indec, en el último año el kilo de pan francés
subió un 84 por ciento y los fideos guiseros lo hicieron en un 80 por
ciento, ambos empujados por la harina, que avanzó un 173 por ciento. El
arroz subió un 66 por ciento y el aceite de girasol lo hizo en un 79 por
ciento. Entre los lácteos, la leche en sachet subió un 40 por ciento y
el queso cremoso, un 31 por ciento. La sal fina creció un 60 por ciento.
Otro rubro sensible para el bolsillo de los trabajadores que lideró
la inflación de octubre fue el transporte, con un incremento mensual del
7,6 por ciento. Ese avance se explica por un nuevo incremento en el
boleto de colectivo. El viaje mínimo avanzó hasta los 13 pesos, con un
aumento acumulado en el año del 113 por ciento. También subió el pasaje
de tren. El subte, en tanto, subirá a razón de un peso por mes desde el
martes de la semana que viene hasta llegar a los 16,50 pesos en febrero.
En el año, el subte habrá acumulado una suba del 100 por ciento. En
tanto, las naftas subieron casi un 10 por ciento en octubre. Desde
enero, los combustibles muestran un alza acumulada del 70 por ciento.
El tercer segmento del índice de precios que apuntaló a la inflación
mensual fue el servicio de gas, que subió en promedio un 35 por ciento
pero hasta un 50,4 por ciento para las categorías de usuarios más
relevantes del Area Metropolitana de Buenos Aires. En el último año, los
aumentos ascienden al 218 por ciento que se montan sobre las subas de
2016 y 2017.
Los incrementos de precios de alimentos y bebidas, el colectivo, tren
y subte, naftas y los servicios esenciales para el funcionamiento del
hogar fue muy fuerte en el último año, lo cual, conjugado con un
escenario de caída del empleo, paritarias a la baja, recorte de horas
extra, suspensiones, caída del poder adquisitivo de jubilaciones y
asignaciones familiares, configura un delicado escenario social.
En el rubro salud, el incremento de octubre fue del 5,5 por ciento a
partir de la suba del 8 por ciento en la cuota de las prepagas, cuyo
incremento este año llegará al 41 por ciento. Las prendas de vestir y
calzado, en tanto, subieron un 5 por ciento en el mes, mientras que
equipamiento y mantenimiento del hogar, un 4,3 por ciento, y
restaurantes y hoteles, un 3,1 por ciento.
En conjunto, los precios regulados, es decir, que cuentan con
intervención del Estado, subieron el mes pasado un 7,4 por ciento,
mientras que el IPC-núcleo (que excluye regulados y estacionales), lo
hizo en un 4,5 por ciento. Desde principios de año, los regulados
muestran una suba del 45,6 por ciento y el IPC-núcleo, del 39,2 por
ciento. A nivel regional, el mayor nivel de inflación en diez meses se
observa en la Patagonia, con el 40,8 por ciento.
Para noviembre, la consultora Ecolatina calcula que la inflación
rondaría el 3,2 por ciento debido al transporte público y el avance
sostenido de alimentos, como lácteos, verduras, frutas y bebidas.
Además, proyecta que la suba de precios en diciembre se ubicará en el 48
por ciento anual y que durante el primer cuatrimestre de 2019 los
precios avanzarían a un ritmo del 2 al 3 por ciento mensual.
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