La grave operación del macrismo con la justicia electoral para controlar al PJ y elegirle candidato al peronismo.
Se acercan los comicios que definirán si Macri continúa en Casa Rosada y
con encuestas que no acompañan, el PRO decidió reavivar la embestida
contra el PJ: un operador presidencial se reunió Servini de Cubría, la
jueza con competencia electoral, para quitarle el sello al peronismo e
imponerle un candidato. Mirá quién es el elegido de Cambiemos.
Las alianzas provinciales van avanzando, se van constituyendo los
frentes y, cada día, las elecciones presidenciales de octubre se
acercan. En ese orden, con la economía en severa crisis y con encuestas
que no lo acompañan, Mauricio Macri parece haber
decidido tomar el atajo de una escandalosa operación a través de la
justicia electoral para quedarse con el PJ y elegirle candidato y
conductor al peronismo de cara a los comicios e incluso hacia adelante.
Según reveló un artículo de Ámbito Financiero, el Presidente y su mesa
chica configuraron una táctica que tendría dos objetivos: sacarse de
encima a los opositores competitivos para ganar las elecciones de
octubre y, en paralelo, asegurarse un Congreso más afín a los ajustes
que en la Casa Rosada imaginan para un segundo mandato de Macri.
En ese camino, el Gobierno utilizó como primer "puente" a un viejo amigo presidencial, el misionero Ramón Puerta,
actual embajador en España y uno de los promotores de la peronización
del PRO. Este dirigente propuso y busca impulsar la candidatura de Eduardo Duhalde para dividir al peronismo y dar previsibilidad hacia futuro.
La misma operación también cuenta con la participación de tres
históricos del peronismo menemista, como Miguel Ángel Toma, Hugo Franco y
Alfredo Atanassof, que oficiaron de emisarios para llevarle el mensaje al propio Duhalde. El expresidente y gobernador bonaerense fue el primero en colocar el nombre de Roberto Lavagna como el candidato del consenso, pero
en el Gobierno no están de acuerdo y prefieren ir a lo seguro. Toma y
Franco le transmitieron el mensaje a Duhalde sobre qué quiere Macri, y
allí le explicaron que Lavagna “no tiene cintura política” y que
Cambiemos lo apoyará porque lo considera el “hombre indicado”.
Sin embargo, eso sería una cuestión política. Lo
más escandaloso es que la operación del macrismo también incluye un
hecho que, de probarse, constituiría un grave delito: Macri y su equipo
creen que es necesario "manotear" el sello del Partido Justicialista y,
con esa misión, el jefe de asesores de la Presidencia, José Torello, se
contactó con la jueza federal con competencia electoral María Servini de
Cubría, para reavivar la embestida contra el PJ del año pasado.
No es la primera vez que la "Chuchi" recibió a Torello, como cuando por
abril de 2017, la jueza sorprendió al jefe de asesores de Casa Rosada y
compañero de Macri en el Colegio Cardenal Newman, con su hijo Juan
Carlos para pedirle que le otorgara más poder. Es que "Juan Carlitos",
como lo llama la magistrada, había sido como administrador general del
Consejo de la Magistratura.
En el marco de que el Congreso Nacional del PJ tiene previsto reunirse
el 7 de marzo en la Ciudad de Buenos Aires para definir la política de
alianzas de cara a las elecciones, Torello se apuró para repasar
con Servini las irregularidades que observó en el PJ nacional y
explorar alguna alternativa judicial para “reconquistar” el sello y
entregárselo a Duhalde.
El año pasado, Servini intervino el PJ nacional y puso allí, sin ningún
sustento, para la normalización al polémico sindicalista gastronómico
Luis Barrionuevo. En esa oportunidad, Duhalde salió rápido a despegarse,
pero inexorablemente quedó apuntado por algunos sectores del peronismo.
Unos meses después, la Cámara Nacional Electoral dio marcha atrás con
lo actuado por la jueza y repuso la presidencia del sello partidario al
diputado nacional por San Juan José Luis Gioja.
La sentencia de los camaristas Alberto Dalla Vía y Santiago Corcuera
explicaba que la intervención judicial de un partido político es una
medida “excepcional”, que sólo se justifica cuando se configura la
violación de la ley o la carta orgánica, lo que en el caso no se pudo
verificar. Ahora, el macrismo busca ir por la revancha e imponerle
conducción al peronismo.
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