Los jóvenes y el trabajo: la disyuntiva que el acuerdo Mercosur-UE ignora.

Por Paloma Dulbecco
Investigadora del Conicet y precandidata a Diputada Nacional por el Frente de Todos.

Mucho se ha escrito y dicho en estos días sobre el acuerdo de libre comercio entre el Mercosur y la Unión Europea, pero nada sobre cómo nos afecta a los jóvenes. Todavía desconocemos el conjunto de sus principales disposiciones porque el gobierno argentino no las ha publicado (aunque algunas cuestiones están siendo anunciadas por parte de la Unión Europea) y vetó en las negociaciones el diálogo y la participación de los actores económicos y sociales afectados. Pero algunas de las implicancias para la juventud, como mayor desempleo y precarización laboral, emergen aún en análisis preliminares.

El gobierno nacional tampoco publicó algún estudio sobre el impacto del acuerdo comercial que responda qué le aporta y qué le resta a nuestro país en términos de trabajo, producción y divisas.
De la misma manera que no se interesó en analizar ni publicar nada al respecto de las significativas consecuencias del acuerdo en relación con el empleo y los ingresos reales, el gobierno de Cambiemos niega su responsabilidad en la durísima realidad del desempleo.

La tasa de desempleo acaba de alcanzar el 10,1%, su valor más alto de los últimos 13 años, pero la desocupación en jóvenes duplica la tasa general. Un informe del año pasado ya advertía que Argentina es el país con mayor desempleo juvenil de la región, según CIPPEC.

A la desocupación generalizada entre los jóvenes se suma la informalidad que nos afecta especialmente. Entre aquellos jóvenes que sí conseguimos tener empleo, 6 de cada 10 trabajamos de forma precaria. Esto significa que se nos paga al límite o por debajo del salario mínimo y/o que trabajamos muchas más horas, en condiciones insalubres y sin que se nos garanticen derechos básicos vigentes como vacaciones pagas, aportes jubilatorios y licencias por estudio, maternidad o paternidad.

Un análisis con perspectiva de género visibiliza que el desempleo en mujeres jóvenes es aún mayor, alcanzando al 25% de las mujeres contra un 15,4% de los varones (datos del mismo informe de CIPPEC). Mayoritariamente se trata de jóvenes con hijos o a cargo del cuidado de otros familiares de los sectores socioeconómicos más vulnerabilizados, cuyas tareas de cuidado no reconocidas ni valorizadas como trabajo les impide continuar con los estudios o acceder al mercado de trabajo formal. Queda a la vista la desventaja de la cual partimos las mujeres jóvenes, la cual sin que medie intervención del Estado para compensarla deriva en la reproducción y profundización de esta desigualdad de género con el paso del tiempo.

Las únicas perspectivas que como jóvenes podemos tener de ratificarse el acuerdo de libre comercio con la Unión Europea es que nuestra gravísima situación actual empeore. En el marco de un proceso de desindustrialización (la utilización de la capacidad instalada sigue cayendo y está en un 56,2% según INDEC; cada día cierran más y más fábricas), abrirnos al libre comercio con los países industrializados europeos no puede significar más que una condena para los sectores productivos argentinos.

Desde el gobierno muestran estos datos, pero no hacen nada realmente por solucionarlo. Le echan culpas a la legislación laboral, pero basta ver nuestra historia reciente para señalar que el problema no es ese sino las políticas económicas que se adoptan: mientras que en 1991 el desempleo estaba alrededor del 6%, en 2002 -luego de la reforma de la ley de contrato de trabajo y de flexibilización laboral en 1995 y 2000- el desempleo trepó por encima del 21%.

¿Qué perspectivas de futuro nos puede dar un gobierno que eliminó los ministerios de Industria, Trabajo, y Ciencia y Tecnología? ¿Qué perspectivas de empleo nos puede dar un gobierno que paga 75% de tasas de interés e incentiva sólo procesos de valorización financiera y fuga de capitales?

Como jóvenes y mujeres tenemos mucho para decir sobre distintas desigualdades y falta de oportunidades que sufrimos en el mercado laboral, y para exigirle al Estado que tome medidas específicas para resolver estas problemáticas. Las políticas económicas de este gobierno generan que nuestro presente sea de desempleo, informalidad, precarización. Queremos otras políticas para un futuro que nos incluya, respete y desafíe a demostrar todas nuestras potencialidades.



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