Renunció, obligado por sendas denuncias, un alto funcionario del Gobierno tras acosar sexualmente a empleadas.
"Perdoname lo de ayer pero me pudo la pasión", le escribió hace una semana por WhatsApp a una subordinada el Director Nacional de Gestión de Obras del Estado Ismael Malis. Como una suerte de "Me Too", pero en el Estado, otra mujer lo denunció y presentó su dimisión para evitar ser echado y condenado.
Ismael
 Federico Gustavo Malis no cumplía con los requisitos mínimos 
indispensables para ser nombrado funcionario del gobierno de Macri (al igual que Laura Alonso) . Así lo indica la decisión administrativa 550 de 2018 publicada en
 el Boletín Oficial cuando lo designaron Director Nacional de 
Gestión de Obras del Estado, cargo que ocupó hasta este martes cuando 
presentó su renuncia en medio de un escándalo.
“Perdoname lo de ayer pero me pudo la pasión”, le dijo Malis en un WhatsApp a una de sus empleadas según dijo una fuente muy cercana a la víctima.
 Antes le había hecho tres preguntas en las que se mezclaba lo laboral 
con lo personal. A ella, una joven casada de 35 años, la tenía como su 
colaboradora predilecta y le pedía tareas que rozaban el peculado, como 
tramitar su jubilación ante la ANSES.
“Lo de ayer” fue un acto de acoso sexual.
 No era la primera vez. A la víctima -que prefiere resguardar su 
identidad- la obligaba a trabajar en su oficina y debía escuchar sus 
inapropiados “chistes” con contenido sexual explícito. “¿Vos creés que 
yo tengo posibilidades con vos?”, le preguntó Malis. Alguna vez hasta 
intentó besarla. El miércoles último ella decidió ponerle un punto final
 a la situación e hizo lo que se debe hacer en situaciones de violencia 
laboral: denunciar.
La respuesta de la oficina de Recursos 
Humanos fue aberrante. Le ofrecieron cambiar de sector como protegiendo 
al acosador. Ella, lógicamente, no aceptó la propuesta y pidió que se 
castigue a quien, con una increíble impunidad, se aceptó como autor del hecho por escrito y por WhatsApp.
“Lo de ayer pasó todos los límites, no quiero hablar nunca más con vos”, le dijo la víctima al denunciado. “A las 10 estoy, venite y charlamos”, insistió Malis y la invitó a su despacho. Ella fue.
“No me dirijas más la palabra nunca más en tu vida”,
 le imploró ella a viva voz. Sus compañeros comenzaban a escuchar los 
gritos cuando Malis trató de invertir la situación y denunciarla a ella 
por acoso. La mujer se retiró indignada y acudió al Subsecretario de 
Coordinación de Obra Pública Federal Raúl Ricardo Delgado, su inmediato 
superior.
“El tema es muy grave”, asintió 
Delgado. Le pidió que no fuera más a trabajar hasta que se aclarara la 
situación. La mujer realizó una denuncia policial en jurisdicción 
pertinente.
UN “ME TOO” EN EL ESTADO NACIONAL
La Director Nacional de Gestión de Obras del Estado está en el 
Palacio de Hacienda. En sus paredes aún están las marcas del ínédito 
momento en el que las Fuerzas Armadas argentinas bombardearon a civiles 
el 16 de junio de 1955. En una de sus oficinas comenzó lo que puede ser una suerte de “me too” pero no en Hollywood sino que en el marco del Estado nacional durante la administración de Macri.
“A mí también me pasó”,
 soltó entre lágrimas otra de las empleadas de Malis. El hecho ocurrió 
en la tarde del martes 10 de septiembre, casi una semana después de la 
primera denuncia.
A la segunda víctima, Malis la llevaba a 
visitar obras y cuando no había testigos le proponía beneficio a cambio 
de “favores sexuales”. Por miedo a perder un buen empleo, en un contexto
 de severa crisis económica, no lo comentó ni siquiera con su pareja. 
Este martes estalló y en estado de shock se fue de la oficina y le 
dieron una licencia médica por al menos diez días.
RENUNCIAR PARA TAPAR
Antes de ser formalmente nombrado ya era asesor de 
Ricardo Raúl Delgado, subsecretario de Transporte del gobierno de la 
Alianza liderado por Fernando de la Rúa, quien este martes le aceptó la 
renuncia por “razones personales” como dejándolo ir libre de culpa y cargo pese a que es señalado por al menos dos mujeres por acoso sexual.
CÓMO DENUNCIAR
El 144 es el número indicado para la atención a 
mujeres en situación de violencia. La secretaría de Trabajo de la Nación
 tiene la Oficina de Asesoramiento sobre Violencia Laboral (OAVL) que 
atiende en el 0800-666-4100 -opción 1 y opción 5-  y en el caso de los trabajadores afiliados a sindicatos pueden ampararse en el acta compromiso “Por un trabajo digno sin violencia laboral”
 que firmaron los gremios en septiembre 2016 y cumplir lo que se 
estableció como “obligación moral” de denunciar ante los delegados de la
 comisión interna a los acosadores para protegerse a sí mismo y a los 
demás.
El acoso laboral es causa de despido indirecto y puede ser
 un adicional en la indemnización por daño moral. Los autores pueden ser
 legítimamente echados por el empleador.

 

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