El presidente electo Alberto Fernández
dio una conferencia magistral en el antiguo colegio de San Ildefonso de
la ciudad de México donde puso énfasis en el desarrollo de sociedades
más igualitarias en América latina.
"Ha llegado la hora de generar condiciones de igualdad", afirmó el líder del Frente de Todos. “El
gran desafío que tenemos como América latina es dejar de tener este
estigma que nos convierte en el continente con más desigualdad”, apuntó también.
Luego advirtió: “Esto que propongo no es perjuicio de nadie, es en beneficio de todos porque las mejores sociedades son las más iguales”.
Sobre los últimos años de bonanza, durante los gobiernos kirchneristas,
indicó que “el mayor crecimiento fue que toda la sociedad se igualó”.
"Cuando privilegiábamos a los que menos tenían irónicamente fueron años de mucho crecimiento", expuso y recordó que "nuestras sociedades fueron ricas porque los que menos tienen tuvieron derechos".
Sobre
las políticas de desigualdad, advirtió que "son las lógicas de este
presente y muchas veces la pérdida de esos derechos generan reacciones,
eso lo vemos en Ecuador y en Chile".
"Tal vez Lula esté preso porque no consiguió lo que nadie había conseguido: que más de la mitad de la sociedad sea de clase media,
hasta entonces predominaba la pobreza, tal vez eso es lo que no le
perdonaron", reflexionó y recordó que junto con él también persiguieron a
Cristina Kirchner en Argentina y a Rafael Correa en Ecuador, para quien
pidió un aplauso.
Durante el tramo en el que respondió las
preguntas del público, indicó que “el aborto es parte de la hipocresía
argentina que condena a la mujer sin recursos a practicárselo en
condiciones muy malas de asepsia y pone muchas veces en peligro su
vida”. En ese sentido, agregó: “Toda mi vida enseñé que el aborto no debe ser un delito, así que no me cuesta nada decirlo”.
No obstante, recordó que “los derechos de las mujeres van mucho más allá del aborto, esto hay que tenerlo en claro”.
Luego
reflexionó que “más austeridad en Argentina no puede haber, sufrió un
ajuste terrible. Volvió a parecer el sarampión porque el Estado dejó de
vacunar” e indicó que “el Estado se ha achicado mucho como les gusta a
los liberales. Dijeron ‘cuánto poder hay acá’ y se lo repartieron a sus
amigos, desde el 10 de diciembre los poderosos van a ser los
argentinos”.
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