Escoltado por "brigadistas" del Movimiento de los Campesinos Sin Tierra Lula, Luiz Inácio Lula
da Silva dejó la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba
luego de 580 días de reclusión que lo convirtieron en el preso político
más notorio del mundo.
Eran las 17.42 hs. de un
día histórico. "Lula guerrero, del pueblo brasileño" fue una de las
consignas más repetidas por los militantes conmovidos de quienes el
líder recibía abrazos, palmadas y palabras de aliento. Vistiendo saco y
remera negros saludaba a sus compañeros con el gesto concentrado,
probablemente escogiendo las palabras de su primera alocución en la que le apuntó a dos blancos preferenciales: Jair Bolsonaro y Sergio Moro.
A
ellos se refirió en el discurso pronunciado a unos cuantos metros del
reclusorio policial y luego volvió a citarlos, durante un mensaje que
envió desde el vehículo a bordo del cual dejó el evento acompañado por
su novia Rosángela, con la que prometió casarse.
En el palco lo acompañaron la titular del Partido de los Trabajadores
(PT), Gleisi Hoffmann y el ex candidato Fernando Haddad, su bendecido
en las elecciones anómalas de octubre del año pasado, de las que fue
proscripto.
"Salgo con mucha voluntad de volver a luchar".
"Vi en la televisión los datos del IBGE (Instituto Brasileño de
Geografía y Estadísticas), después de que fui preso Brasil empeoró, el
pueblo no tiene más trabajo, el pueblo trabaja en Uber, el pueblo
trabaja en bicicleta para entregar pizza, y me enteré de que no va a
haber aumento del salario mínimo por dos años, yo no tengo rabia de
nadie, tengo la voluntad de probar que este país puede ser mucho
mejor cuando tenga un gobierno que no mienta tanto como miente Bolsonaro
por Twitter".
El diario Folha de San Pablo documentó que el mandatario
miente o falsea datos una vez cada cuatro días desde que asumió en enero
pasado. La última vez fue esta semana cuando anunció que tres
multinacionales dejarían Argentina para instalarse en Brasil.
"Yo ya probé que es posible construir un país mejor, con más
salario, con más calidad de enseñanza, yo tengo la convicción de que el
pueblo pobre es la fuente para recuperar al país cuando se lo incluye en
el presupuesto".
Citó al juez de Lava Jato, Sergio Moro, y el jefe de los fiscales
de ese proceso, Deltan Dallagnol, incluyéndolos en "el lado podrido de
la justicia, el lado podrido del ministerio público" conjurados para "criminalizar a la izquierda, al PT y a Lula".
El jueves el Supremo Tribunal Federal determinó por seis votos a
cinco, que el ex mandatario sea puesto en libertad durante una audiencia
de casi ocho horas en la que no faltaron críticas, de algunos jueces, al
"marketing" y los "abusos" de Moro y Dallagnol, funcionarios judiciales
del interior proyectados a la escena nacional gracias a su condición de
perseguidores de Lula.
Para ambos el fallo del Supremo significó una derrota considerable. Lo mismo cabe para Bolsonaro quien había prometido que su principal adversario político se iba a "pudrir en la cárcel".
El regreso de su antagonista dejó sin palabras al dirigente
ultraderechista que prefirió salir de Brasilia para encabezar un acto
con cadetes de la policía federal en el estado de Goias. De aquí en más
el presidente tendrá que enfrentar al único político capaz de galvanizar
la oposición y plantarle cara.
Escoltado por "brigadistas" del Movimiento de los Campesinos Sin Tierra Lula, Luiz Inácio Lula
da Silva dejó la Superintendencia de la Policía Federal de Curitiba
luego de 580 días de reclusión que lo convirtieron en el preso político
más notorio del mundo.
Eran las 17.42 hs. de un
día histórico. "Lula guerrero, del pueblo brasileño" fue una de las
consignas más repetidas por los militantes conmovidos de quienes el
líder recibía abrazos, palmadas y palabras de aliento. Vistiendo saco y
remera negros saludaba a sus compañeros con el gesto concentrado,
probablemente escogiendo las palabras de su primera alocución en la que le apuntó a dos blancos preferenciales: Jair Bolsonaro y Sergio Moro.
A
ellos se refirió en el discurso pronunciado a unos cuantos metros del
reclusorio policial y luego volvió a citarlos, durante un mensaje que
envió desde el vehículo a bordo del cual dejó el evento acompañado por
su novia Rosángela, con la que prometió casarse.
En el palco lo acompañaron la titular del Partido de los Trabajadores
(PT), Gleisi Hoffmann y el ex candidato Fernando Haddad, su bendecido
en las elecciones anómalas de octubre del año pasado, de las que fue
proscripto.
"Salgo con mucha voluntad de volver a luchar".
"Vi en la televisión los datos del IBGE (Instituto Brasileño de
Geografía y Estadísticas), después de que fui preso Brasil empeoró, el
pueblo no tiene más trabajo, el pueblo trabaja en Uber, el pueblo
trabaja en bicicleta para entregar pizza, y me enteré de que no va a
haber aumento del salario mínimo por dos años, yo no tengo rabia de
nadie, tengo la voluntad de probar que este país puede ser mucho
mejor cuando tenga un gobierno que no mienta tanto como miente Bolsonaro
por Twitter".
El diario Folha de San Pablo documentó que el mandatario
miente o falsea datos una vez cada cuatro días desde que asumió en enero
pasado. La última vez fue esta semana cuando anunció que tres
multinacionales dejarían Argentina para instalarse en Brasil.
"Yo ya probé que es posible construir un país mejor, con más
salario, con más calidad de enseñanza, yo tengo la convicción de que el
pueblo pobre es la fuente para recuperar al país cuando se lo incluye en
el presupuesto".
Citó al juez de Lava Jato, Sergio Moro, y el jefe de los fiscales
de ese proceso, Deltan Dallagnol, incluyéndolos en "el lado podrido de
la justicia, el lado podrido del ministerio público" conjurados para "criminalizar a la izquierda, al PT y a Lula".
El jueves el Supremo Tribunal Federal determinó por seis votos a
cinco, que el ex mandatario sea puesto en libertad durante una audiencia
de casi ocho horas en la que no faltaron críticas, de algunos jueces, al
"marketing" y los "abusos" de Moro y Dallagnol, funcionarios judiciales
del interior proyectados a la escena nacional gracias a su condición de
perseguidores de Lula.
Para ambos el fallo del Supremo significó una derrota considerable. Lo mismo cabe para Bolsonaro quien había prometido que su principal adversario político se iba a "pudrir en la cárcel".
El regreso de su antagonista dejó sin palabras al dirigente
ultraderechista que prefirió salir de Brasilia para encabezar un acto
con cadetes de la policía federal en el estado de Goias. De aquí en más
el presidente tendrá que enfrentar al único político capaz de galvanizar
la oposición y plantarle cara.
Caravanas
Lula comenzó a delinear, en su primer discurso a cielo abierto, los puntos fuertes de su estrategia.
Necesitará calibrar la nueva realidad del país, de la disposición
de lucha de los trabajadores, clases medias, estudiantes y las alianzas a
ser construidas.
El Brasil actual no es el mismo del 7 de abril del año pasado cuando
fue detenido con la complicidad del Supremo Tribunal Federal que esta
semana permitió su excarcelación.
Este sábado volverá a San Bernardo do Campo para reencontrarse con sus compañeros del sindicato de los metalúrgicos
a donde estuvo alojado hasta el momento de su detención por parte de
efectivos de la policía federal. Allí se forjó como líder sindical en
los años setenta antes de fundar el PT y lanzarse a la vida partidaria.
Habrá que prestar atención a ese discurso y a los símbolos a los que
eche mano este político sagaz.
Su año y medio como preso político lo convirtieron en una leyenda y agigantaron su estatura internacional.
Se espera que en los próximos días o semanas retome las caravanas por el país suspendidas con su arresto. Fuentes
del PT comunicaron que se adoptarán medidas de seguridad redobladas, y
recordaron que el año pasado un convoy fue baleado mientras recorría el
interior del estado de Paraná.
Desde su entorno dejan trascender la idea de construir un frente de
fuerzas democráticas, en el que se contemplan incluso partidos de
centro, para antagonizar con el régimen. Explican la importancia de
impedir la deriva autoritaria a la que conduce Bolsonaro en su alianza
con Moro, las "milicias" paramilitares y las corporaciones armadas
aunadas para imponer manu militare un modelo neoliberal a la chilena.
El
propio Bolsonaro anunció haber dado instrucciones al Ministerio de
Defensa para poner en alerta a las tropas a fin de responder a protestas
como las que arrinconaron a Sebastián Piñera. El chileno es uno de los
pocos aliados latinoamericanos del ocupante del Palacio del Planalto.
Una de las preguntas surgidas por estas horas era si el jefe
petista tendrá autorización judicial para asistir a la toma de posesión
de Alberto Fernández el 10 de diciembre en Buenos Aires. A la que no irá Bolsonaro, convertido en un paria de la comunidad internacional.
El tuit de Lula para Alberto Fernández, apenas dejó la prisión
El
presidente electo argentino fue uno de los primeros en festejar la
liberación del ex presidente brasilero, quien enseguida respondió por la
misma vía. Las tratativas para que Lula da Silva participe de la
ceremonia de asunción de Alberto y Cristina.
Apenas se supo que Lula da Silva había recuperado su libertad, tanto
Alberto Fernández como Cristina Kirchner festejaron la novedad con
sendos mensajes por Twitter. La inmediata respuesta de la triunfante
fórmula del Frente de Todos no fue una casualidad. Se inscribe dentro
del persistente reclamo por la liberación del ex presidente brasilero
que vienen desarrollando desde el lanzamiento de la campaña que
finalmente los devolvió a la Casa Rosada.
Antes de las elecciones, el propio Alberto Fernández viajó a Brasil
especialmente para visitar a Lula en su prisión y tuvo repetidos cruces
con el presidente Jair Bolsonaro por su persistente reclamo por "Lula
libre". De alguna manera, la crítica del "Lawfare", como se denomina en
inglés la utilización de la justicia con fines políticos, sirve para
retratar lo que ocurrió y ocurre en buena parte de América latina,
empezando con la persecusión al PT en Brasil, con Lula a la cabeza, y a
los funcionarios del último gobierno peronista en la Argentina, con
especial énfasis en la ex presidenta.
Apenas
dejó la prisión, Lula utilizó la misma red para agradecer el mensaje de
Alberto Fernández. "Son muy gratas las palabras del compañero. Quiero
que sepa que puede contar conmigo en cualquier cosa que necesite para
conducir a la Argentina en la dirección necesaria para resolver los
problemas del pueblo pobre. Agradezco de corazón la solidaridad que
demostró visitándome en la prisión", le dedicó el líder brasilero.
Por su lado, Alberto Fernández se comunicó con el ex canciller
brasilero, Celso Amorim, que llegó este viernes a la Argentina para
participar en la reunión del Grupo de Puebla que se realiza este fin de
semana en Buenos Aires. El objetivo principal de la llamada fue invitar
al recién liberado líder del PT a participar de la ceremonia de asunción
de las nuevas autoridades en el país el próximo 10 de diciembre.
Lula comenzó a delinear, en su primer discurso a cielo abierto, los puntos fuertes de su estrategia.
Necesitará calibrar la nueva realidad del país, de la disposición
de lucha de los trabajadores, clases medias, estudiantes y las alianzas a
ser construidas.
El Brasil actual no es el mismo del 7 de abril del año pasado cuando
fue detenido con la complicidad del Supremo Tribunal Federal que esta
semana permitió su excarcelación.
Este sábado volverá a San Bernardo do Campo para reencontrarse con sus compañeros del sindicato de los metalúrgicos
a donde estuvo alojado hasta el momento de su detención por parte de
efectivos de la policía federal. Allí se forjó como líder sindical en
los años setenta antes de fundar el PT y lanzarse a la vida partidaria.
Habrá que prestar atención a ese discurso y a los símbolos a los que
eche mano este político sagaz.
Su año y medio como preso político lo convirtieron en una leyenda y agigantaron su estatura internacional.
Se espera que en los próximos días o semanas retome las caravanas por el país suspendidas con su arresto. Fuentes
del PT comunicaron que se adoptarán medidas de seguridad redobladas, y
recordaron que el año pasado un convoy fue baleado mientras recorría el
interior del estado de Paraná.
Desde su entorno dejan trascender la idea de construir un frente de
fuerzas democráticas, en el que se contemplan incluso partidos de
centro, para antagonizar con el régimen. Explican la importancia de
impedir la deriva autoritaria a la que conduce Bolsonaro en su alianza
con Moro, las "milicias" paramilitares y las corporaciones armadas
aunadas para imponer manu militare un modelo neoliberal a la chilena.
El
propio Bolsonaro anunció haber dado instrucciones al Ministerio de
Defensa para poner en alerta a las tropas a fin de responder a protestas
como las que arrinconaron a Sebastián Piñera. El chileno es uno de los
pocos aliados latinoamericanos del ocupante del Palacio del Planalto.
Una de las preguntas surgidas por estas horas era si el jefe
petista tendrá autorización judicial para asistir a la toma de posesión
de Alberto Fernández el 10 de diciembre en Buenos Aires. A la que no irá Bolsonaro, convertido en un paria de la comunidad internacional.
Antes de las elecciones, el propio Alberto Fernández viajó a Brasil
especialmente para visitar a Lula en su prisión y tuvo repetidos cruces
con el presidente Jair Bolsonaro por su persistente reclamo por "Lula
libre". De alguna manera, la crítica del "Lawfare", como se denomina en
inglés la utilización de la justicia con fines políticos, sirve para
retratar lo que ocurrió y ocurre en buena parte de América latina,
empezando con la persecusión al PT en Brasil, con Lula a la cabeza, y a
los funcionarios del último gobierno peronista en la Argentina, con
especial énfasis en la ex presidenta.
Apenas
dejó la prisión, Lula utilizó la misma red para agradecer el mensaje de
Alberto Fernández. "Son muy gratas las palabras del compañero. Quiero
que sepa que puede contar conmigo en cualquier cosa que necesite para
conducir a la Argentina en la dirección necesaria para resolver los
problemas del pueblo pobre. Agradezco de corazón la solidaridad que
demostró visitándome en la prisión", le dedicó el líder brasilero.
Por su lado, Alberto Fernández se comunicó con el ex canciller
brasilero, Celso Amorim, que llegó este viernes a la Argentina para
participar en la reunión del Grupo de Puebla que se realiza este fin de
semana en Buenos Aires. El objetivo principal de la llamada fue invitar
al recién liberado líder del PT a participar de la ceremonia de asunción
de las nuevas autoridades en el país el próximo 10 de diciembre.
El mensaje de Cristina Kirchner tras la liberación de Lula
Cristina Fernández de Kirchner (CFK) fue de las primeras dirigentes políticas del mundo en romper el silencio.
La vicepresidenta electa de la República Argentina le dedicó
sentidas palabras a la liberación del ex mandatario brasileño y
cuestionó el lawfare que sufrió en su contra.
"Cesa hoy una de las aberraciones más grandes
del Lawfare en Latinoamérica: la privación ilegítima de la libertad del
ex Presidente de la República Federativa de Brasil, Luiz Inácio Lula da
Silva. #LulaLivre", enfatizó la ex jefa de Estado argentina en redes sociales.
La decisión de la libración de Lula se produjo después de la
sentencia del Tribunal Supremo (STF), que el jueves determinó que las
penas de prisión empezarán a cumplirse solo cuando el acusado agote
todos los recursos disponibles.
Citando la resolución del máximo tribunal judicial, el magistrado de
ejecución de penas determinó en un fallo de menos de dos páginas que ya “no existen fundamentos para la ejecución de la sentencia”.
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