La jueza federal de San Martín que falló contra los tarifazos se sumó a  la denuncia de sus pares Ana María Figueroa y Luis Raffaghelli y aseguró que el entonces secretario de Justicia Juan Bautista Mahíques no estaba solo: "En mi caso, el operador fue Esteban Conte Grand", ex jefe de Gabinete del ministerio de Justicia. También señaló al titular de la Corte Suprema y a Graciela Ocaña.

“Fue un plan sistemático”. Con estas palabras la jueza federal de San Martín, Martina Forns se sumó a las denuncias de sus pares Ana María Figueroa y Luis Raffaghelli sobre las presiones recibidas durante el gobierno de Macri. Así afirmó que “fue un armado” con el sostén de algunos medios de comunicación. 

La magistrada que falló en contra de los tarifazos, apuntó al exjefe de Gabinete del entonces ministro Germán Garavano, Esteban Conte Grand, al presidente de la Corte Suprema, Carlos Rosenkrantz y a la diputada macrista Graciela Ocaña como los ejecutores de una persecusión en su contra. 

También afirmó que Juan Bautista Mahiques, actual procurador General de la Ciudad y ex representante del Poder Ejecutivo ante el Consejo de la Magistratura, fue el encargado de sostener los pedidos de jury para destituirla. Según Forns, se trató de “una trama en conjunto”, armada por el entonces gobierno de Cambiemos y algunos periodistas.

--¿Qué lectura hace de las revelaciones de colegas suyos sobre las presiones?

--Para mi no es nuevo lo que dice Ana María Figueroa. Yo viví en esa época todo lo que ella nos decía. Siempre habló de la persecución. Prácticamente no podía hablar en público, no podía decir nada porque sabía que todo lo iban a tomar en su contra. Era algo que le pasaba y nos lo contaba a todos los que estábamos alrededor.

--¿Sabe de otros u otras que hayan sido presionados?

--De a poco empezamos a ver que no era la presión a un solo juez. Sino que se estaba convirtiendo en una cuestión sistemática. No fueron hechos aislados. Hubo un plan sistemático. Todo aquel que fallara o que siquiera se atreviera a opinar distinto en un reportaje era presionado. Incluso yo, que por pertenecer a Justicia Legítima me dijeron que formaba parte de una asociación ilícita.

--¿Vivió algo similar en los gobiernos anteriores al de Macri?

--No. Siempre hubo lobbys, por supuesto. Pero las partes eran las que hacían lobby. Podían ser rigurosos o agresivos en una defensa, en una apelación contra la decisión de un juez, pero nunca denigrar a alguien así. Porque además fue una trama en conjunto. Los periodistas de guerra se combinaban atacando no solamente los fallos, sino la vida personal. Se metían con tu familia, con tu vida privada.

--Federico Pinedo dijo que "es bastante normal que los gobiernos hablen con los jueces y les digan: 'mire, si usted hace esto, le genera tal daño a la Argentina'". ¿Qué lectura hace al respecto?

--Eso es de una imprudencia absoluta porque la propia Corte, en el advenimiento de la democracia, dictó una acordada que decía que para que un funcionario pueda hablar sobre un caso con un juez del máximo tribunal tenía que solicitar audiencia y las entrevistas debían ser con ambas partes. Justamente para evitar todas esas presiones. Y eso funcionó muy bien. Fue un gran ejemplo para el Poder Judicial. No es normal que otro Poder tenga injerencia.

--¿Usted recibió presiones por parte de Juan Bautista Mahiques?

--No. Yo no. Pero cuando Graciela Ocaña me hizo las denuncias en el Consejo de la Magistratura hubo un dictamen del juez Cabral que pedía que se cerraran, porque la Corte nunca me había endilgado mal desempeño. Y se sabía que Mahiques, que era el representante del Ejecutivo allí, era el que no quería. Sabíamos que Mahiques era una figura fuerte del Gobierno en las denuncias contra un montón de jueces. Recuerdo incluso el caso de Arias Gibert que lo quiso investigar por lo que decía en su Facebook.

--¿Usted cree que a su marido, Gabriel Macaggi, lo despidieron del Ministerio de Justicia como parte de las presiones?

--Si. Fue cuando dicté la medida cautelar contra el DNU que derogó la ley de medios. ¡Macri sacó un decreto en contra de una ley! Algo que en otro momento hubiera sido impensado. Al mes pusieron a mi marido en una de esas listas negras. Él hacía 26 años que trabajaba como abogado del Estado. Fue algo muy burdo.

--¿Y qué rol tuvo Esteban Conte Grand en el despido de su esposo?

--Cuando lo despidieron yo llamé a Conte Grand a su oficina, oficialmente, porque trabajé con su madre en la Corte. No me entraba en la cabeza lo que estaba pasando. No me atendió y luego me devolvió el llamado. Cuando empezamos a hablar me di cuenta que había una tremenda persecusión. En esa conversación me dijo que lo que pasaba era que mi marido era socialista.

--¿Le dijo que lo echaban porque era socialista?

--Así como escuchás.

--¿También hubo una embestida mediática contra él, no?

--Sí. Jorge Lanata y Romina Manguel hicieron un programa de televisión acusándolo de que él era un funcionario que negaba la información pública de los expedientes de Hotesur y Ciccone. Un programa entero, dedicado a eso, eh. Cuando mi marido no tenía nada que ver con la oficina a cargo de esos temas. Y en ese programa estuvo Conte Grand en persona. Se daba todo en paralelo. Fue todo un armado.

--¿Y el episodio de la granada que explotó en la esquina de su casa?

--Sí. Fue tremendo. Casualmente todos los que tenían cámaras no pudieron aportar nada a la investigación. Yo siempre lo relacioné con el accionar del Ejecutivo. Dije por escrito en la causa que había un ejército de trolls diciendo que había que ir a escrachar a la jueza a su casa. Fueron cuestiones muy violentas.

--La Corte llegó a decir que usted desprestigiaba al Poder Judicial.

--Antes de la llegada de Rosenkrantz la Corte falló en contra del tarifazo de gas. Ese fallo decía que el aumento de las tarifas era irrazonable, arbitrario, desmedido, que no se habían hecho las audiencias públicas, etc. Todo exactamente igual a mi fallo sobre las tarifas de luz, sobre el que la Corte se expidió sólo veinte días después de su sentencia sobre el gas. Dijeron que había saltado instancias cuando es algo que no existe en materia de acciones colectivas. Pero además de la cuestión técnica, me devolvieron la causa diciendo que yo había “desprestigiado” al Poder Judicial. 

Nunca en la historia existió un Tribunal que se exprese así. Eso, en todo caso, es materia de un jurado de enjuiciamiento, de un tribunal de ética. Un fallo puede decir que algo no es razonable, que es improcedente, arbitrario, pero jamás en la persona del juez. Después, eso fue lo que dio lugar a que dos operadores, Graciela Ocaña y un legislador correntino me iniciaran otra denuncia en el Consejo de la Magistratura. Para mi fue todo muy claro. Se daba todo en paralelo. Hasta me acuerdo de Joaquín Morales solá y Lanata que antes que salga el fallo ya decían que la Corte me iba a retar. Fue todo un armado.





1 Comentarios

  1. Sin lugar a duda, el macrismo funcionaba con diversos grupos de tareas, tanto político, judicial y periodístico. Juntos armaban causas a quienes opucieran opinión a su gestión. Las declaraciones de víctimas de aprietes, van dando luz a esas operaciones que avergüenzan al sistema republicano de Gobierno. También, en acuerdo al caso, hoy desaparecido de los medios, sobre el falso agente D'alessio que vincula en el mismo a personajes mediáticos judiciales y punta de lanza contra políticos y empresarios, como el fiscal, Stornelli, el Juez, Bonadio y periodistas,como Santoro, de Clarín, y varios personajes de la desinformacion televisiva. Esperemos que la Justicia, no pare de investigar a todos quienes realizaban las falsas operaciones contra quienes querían y quieren un sistema judicial sin presiones de otros poderes del Estado.

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