El Gobierno hizo emitir dinero para poder comprarle divisas al propio BCRA y así pagar vencimientos de deuda. Además, puso otros $40.000 millones en circulación. Prevén que la asistencia monetaria crezca en lo que queda del año.

En agosto la emisión monetaria con la que el Banco Central (BCRA) ayuda al Tesoro a cubrir la diferencia entre sus ingresos y sus gastos empezó temprano. El 2 de agosto pasado, la entidad conducida por Miguel Pesce giró 40 mil millones de pesos que el fisco utilizó para comprar 400 millones de dólares de reservas. La operación se dio en días de pagos de vencimientos a organismos internacionales como el Fondo Monetario Internacional y llevó a la asistencia monetaria al sector público a $550.000 millones en lo que va del año.

La disciplina fiscal que mantuvo el ministro de Economía, Martín Guzmán, en los primeros cinco meses del año mutó en una acelerada necesidad de financiamiento monetario en los meses que siguieron. Las operaciones del 2 de agosto son un eslabón más en esa cadena.

Guzmán hizo que el BCRA emitiera $40.000 millones en concepto de giro de utilidades. El Central obtiene ganancias contables cada año por el aumento de valor de sus reservas internacionales medido en pesos -en resumen, por la devaluación del peso- que luego puede distribuir al Tesoro, como una empresa privada a un accionista.

Bajo esa lógica ya le había girado otros $180.000 millones en julio y, en total, a lo largo del año, imprimió $360.000 millones de utilidades.

Los $40.000 millones girados tuvieron un objetivo bien específico. Ese mismo 2 de agosto Guzmán los utilizó para comprarle algo más de USD 400 millones al propio Banco Central. Es decir, el Banco Central pagó por las reservas que usó el Tesoro con emisión monetaria.

En ese sentido, el dinero girado no queda en circulación: los $40.000 millones emitidos salen de circulación de inmediato aunque al final de la operación el Banco Central termina con menos reservas. Pero esa no fue la única operación del día.

“El ritmo de emisión monetaria viene acelerando fuerte al ritmo del rojo fiscal del Tesoro” (Caamaño)

Además, el Central inyectó $40.588 millones el mismo día por otro movimiento contable. El Tesoro movió ese dinero desde una cuenta operativa en pesos que tiene en el Banco Central y que no forma parte de la base monetaria. Para afrontar gastos, probablemente corrientes, puso en juego ese dinero y sumó más pesos a la calle. En total, ese día salieron a circular casi $166.000 millones en total, aunque la mayor parte de ese dinero correspondió a pases, que suman y restan dinero en circulación casi a diario y no son tan significativos.

Más allá de la operación en sí, la tendencia es clara. La segunda mitad del año es la que más necesidades de financiamiento del sector público suele concentrar y la “impresión” de billetes es una de las principales vías a las que va a recurrir Guzmán para cubrirlas. Cada vez más pesos en la calle.

“En junio y julio, el gobierno multiplicó el impulso fiscal por 5 respecto a enero-Mayo. Cómo lo financio usando un combo de emisión monetaria y fondos que salieron de los encajes de los bancos, limitando la esterilización del central, aumento la expansión de base monetaria 15 veces”, dijo Juan Manuel Pazos de TPCG.

“Nosotros esperamos que la inflación mensual toque piso en agosto y vuelva lentamente a 3 y pico para el 4to trimestre y que la brecha sea creciente en lo que queda del año, empujada por el exceso de pesos” (Pazos)

“Aumenta la emisión directa para financiar al tesoro y el central queda con una mano atada atrás de la espalda para esterilizar. Vamos a más exceso de pesos. La colocación de deuda en el mercado sólo te ayuda con la brecha y con la inflación si es independiente del aumento de base monetaria. Lo que está haciendo el gobierno es que todos los pesos que cubren el gap fiscal salen de adentro del central, incluso los que te presta el mercado. Es hacerse trampa jugando al solitario”, agregó el especialista.

“En ese contexto nosotros esperamos que la inflación mensual toque piso en agosto y vuelva lentamente a 3 y pico para el 4to trimestre y que la brecha sea creciente en lo que queda del año, empujada por el exceso de pesos”, concluyó Pazos.

Hasta donde llegará esa aceleración de la emisión monetaria todavía no es seguro. Depende, en parte, de la suerte que tenga el Tesoro para colocar deuda en pesos, la otra fuente de financiamiento a la que recurre.

“El ritmo de emisión monetaria viene acelerando fuerte al ritmo del rojo fiscal del Tesoro. Si vos mirás el ritmo de emisión de julio, el déficit se aceleró mucho y hubo que financiarla con emisión de pesos. El otro tema en juego son las licitaciones de deuda en pesos, ya que la última no alcanzó a cubrir las necesidades porque el mercado parece querer tomar deuda corta y el Gobierno ofrece a más largo plazo, cubriendo financiamiento más allá de septiembre las elecciones”, dijo Gabriel Caamaño de consultora Ledesma.

“Con el programa financiero no vienen holgados, lo pueden cumplir todavía, pero no les sobra nada”, agregó.

 

 

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