Con reservas exiguas, la economía camina al borde de la cornisa.

Es así que se dan situaciones inéditas, como un Matías Kulfas desautorizando a Roberto Feletti que había especulado con subir las retenciones a las exportaciones de carne. El ministro de Desarrollo Productivo es en definitiva el superior directo del secretario de Comercio Interior, pero está claro que hasta las elecciones ni se le hubiera ocurrido contradecirlo. La realidad es que Kulfas sigue siendo ministro, cuando todos lo daban afuera pasado el 14 de noviembre y eso se ve que le sienta bien.

La semana terminó para el gobierno con otra polémica, luego de que el Banco Central prohibiera a las entidades financieras y no financieras emisoras de tarjetas de crédito financiar en cuotas las compras de pasajes al exterior y demás servicios turísticos. La medida implementada en vísperas del Black Friday causó fuerte rechazo de los usuarios, pero también y sobre todo del sector turístico, que esperaba esta época para recuperarse de la peor crisis de la historia del turismo. La Federación Argentina de Asociaciones de Empresas de Viajes y Turismo advirtió que la medida impacta especialmente sobre las agencias más pequeñas. En un duro comunicado, reprocharon "la incapacidad de generar medidas serias", como así también "las mismas decisiones de siempre tomadas de forma inconsulta y claramente como un parche que no hará más que perjudicar a la industria turística, motor de la economía argentina".

En efecto, el propio gobierno apuesta al sector turístico como uno de los ejes de la recuperación post pandemia, de ahí que la medida haya sido vista como otro tiro en el pie. Pasa que si bien la disposición obedece a la carencia de dólares que lleva a las autoridades a desalentar el viaje de argentinos al exterior, ello conlleva que menos turistas lleguen al país. Sucede que la restricción de vuelos que todavía se mantiene, y sobre todo ahora que menos argentinos viajarán a otros países, la oferta aerocomercial se restringirá también para llegar a la Argentina, pues sin pasajeros locales que viajen, la ecuación no les funciona. En consecuencia, lo que se ahorra por un lado se pierde por otro.

Gabriela Cerruti salió a minimizar calificándola de "momentánea, puntual y específica", sin que nadie le crea. Pero el BCRA tiene hoy aproximadamente 5.500 millones de dólares de reservas netas, un número "muy bajo" que alcanza solo para cubrir un mes de importaciones y que viene cayendo. Para fin de año, acotó, si se hace el pago al FMI en diciembre, se proyecta que le quedarán 2.500 millones. 

Vinculan el déficit fiscal y la pérdida de reservas con la falta de credibilidad del gobierno que hace que no le presten para financiar el déficit, lo que lo lleva a financiarse emitiendo pesos. "Entre noviembre y diciembre se viene una avalancha de pesos", anticipan, lo que generará algo de actividad económica, pero también mucha inflación y presión sobre el dólar paralelo. Al estar pisado el dólar oficial, justamente para contener la inflación, la brecha cambiaria crece, lo que acelera la pérdida de reservas del Banco Central. Por venta de dólares en el paralelo para contener el blue, y porque con semejante brecha los incentivos para exportar caen y los incentivos para importar suben.

En este marco, la combinación de políticas económicas utilizadas para tratar -sin éxito- de mejorar las chances electorales se mantiene hoy y es "insostenible y peligrosa", por cuanto el BCRA se va quedando sin reservas y con ello, sino hay cambios significativos, "la economía caminará por la cornisa".

Había en el Central 44.000 millones de dólares (2019). En el gobierno culpan a alguien del FMI de haber difundido en Wall Street que el acuerdo con Argentina está lejos de alcanzarse, como justificativo de los niveles récord de riesgo país. En realidad, para que ese número se dispare alcanza con la descripción que acabamos de hacer.

 

 

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