Una flota de más de 300 pesqueros chinos ingresa al Atlántico sur bajo la atenta mirada de la Armada Argentina.

 

Como cada año, procedentes del Océano Pacífico, la “fuerza de tareas china” comienza a posicionarse en el borde de la Zona Económica Exclusiva Argentina. Cancillería, Defensa, Seguridad y la Subsecretaría de Pesca, implementan el operativo de control para evitar incursiones.

“Hiela la sangre. Es una verdadera marea de hierro oxidado que avanza en forma compacta. No son solo pesqueros sino que además se observan buques tanque y cargueros frigoríficos que dan el apoyo logístico necesario para que estas naves operen en forma continuada sin regresar a puerto”. El comentario pertenece a uno de los responsables de ejercer el control del mar en la boca oriental del Estrecho de Magallanes quien relata la labor que por estas horas realiza la Armada Argentina.

La tarea fundamental por estas horas es la confección precisa de un “inventario” de la cantidad de unidades, sus principales características y la atenta vigilancia de la no realización de actividades extractivas mientras circulen por aguas jurisdiccionales.

El Patrullero Oceánico ARA “Bouchard” es una de las modernas unidades que la Armada Argentina ha incorporado recientemente y que ha sido específicamente diseñada para el control de la pesca ilegal y el abordaje de naves pesqueras con fines de control. Su presencia en Magallanes es por estas horas fundamental.

“El pasado 26 de noviembre esta unidad perteneciente a la División Patrullado Marítimo de la Armada Argentina zarpó desde el puerto de Ushuaia quedando posicionado en la desembocadura del Magallanes con el propósito de identificarlos uno a uno, tomar contacto radial con sus capitanes, ponerlos al tanto de las normas y sanciones previstas para el caso que desplieguen sus artes de pesca en la ZZEA y acompañarlo fuera de la misma”, informaron este lunes fuentes de la Armada Argentina.

La fuerza naval dispuso la formación de “pelotones” de diez buques cada uno los que son escoltados por el OPV “Bouchard” durante todo su tránsito por las aguas sujetas a control argentino. La tarea se complementa con la presencia de al menos una aeronave B200 de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima dependiente de la Fuerza Aeronaval N° 1.

La misión de este tipo de unidades aeronavales consiste en el sobrevuelo de la flota pesquera, la identificación aérea de las unidades y la cooperación con los requerimientos que la unidad de superficie pueda solicitar.

De parte de los protagonistas de las tareas de control y acompañamiento hasta el momento han efectuado el cruce “Pacifico- Atlántico” más de 100 buques entre poteros, palangreros y de pesca por arrastre. La Merluza y el Calamar serán las especies demandadas por estas naves. “En pocos días el tráfico marítimo alcanzará los casi 350 cruces”, señala uno de los oficiales navales consultados.

Mejor Preparados

A pesar de las críticas que diversos sectores ecologistas y conservacionistas realizan por la falta de controles por parte de las autoridades, tanto durante la gestión del ex Presidente Mauricio Macri, como la que en la actualidad encabeza Alberto Fernández se han dado importantes avances en materia de prevención y control.

A partir de la decisión política impulsada por el macrismo, Argentina suscribió un contrato con la firma Naval Group para la construcción en Francia de 3 patrulleros oceánicos mas la compra de una cuarta unidad con apenas dos años de uso. “La política marítima -aunque con matices- es coincidente entre las distintas fuerzas políticas”, sostuvo en las últimas horas el Ministro Taiana.

Precisamente el “Bouchard” es la nave que se encuentra operando en el Estrecho de Magallanes. Conforme a los requerimientos se le sumará el OPV “Piedrabuena” incorporado en Junio pasado y se agregará además el recientemente arribado OPV “Storni, surto en el Apostadero Naval Buenos Aires desde el pasado viernes.

La cuarta nave “Almirante Cordero”, estará en el país a mediados de 2022. No se descarta asimismo la incorporación de mas patrulleros esta vez para la Prefectura Naval Argentina según consta en el borrador del presupuesto 2022.

Las naves complementan a las tradicionales corbetas de la División Patrullado Marítimo, pero estas al ser buques diseñados para el combate militar, son mucho más costosas, menos versátiles y requieren el empeño de al menos 200 marinos por unidad, contra 40 de cada OPV.

Asimismo los Guardacostas clase “Mantilla” - como el GC Prefecto Derbes- y el moderno Beechcraft de la Prefectura Naval Argentina volverán a ser parte de los operativos de control de la actividad pesquera por parte de las flotas orientales y europeas que visitan el mar austral entre enero y abril de cada año.

También y luego de muchos años de trabajar en forma descoordinada, Armada y Prefectura operan desde 2020 en forma combinada ejerciendo alternativamente el control de las 200 millas. Esta tarea planificada hizo posible que dos intentos de incursión por parte de pesqueros orientales a la ZEEA durante la última temporada de pesca hayan sido neutralizados por naves de ambas fuerzas.

Vale destacar que en los próximos días comenzará a operar el recientemente creado “Comando Conjunto Marítimo” organismo dependiente del Estado Mayor Conjunto y que coordinará el esfuerzo de las tres fuerzas armadas en tareas relacionadas con el control del mar.

Por su parte y por iniciativa de la Subsecretaría de Pesca de la Nación, el Congreso Nacional dio fuerza de ley al proyecto de actualización de penalidades para las naves que pesquen en infracción. Los montos de las multas fueron valorizados en relación con el precio de Gas Oil Naval lo que permite una actualización constante de los montos resarcitorios.

La Prefectura Naval Argentina ha sumado un importante logro en materia de persecución y captura de buques infractores al conseguir que Interpol detenga en un puerto Indonesio al pesquero chino Hua Li 8 mediante una “notificación púrpura”. Ante la contundente medida el armador de la embarcación se avino a pagar la multa impuesta por las autoridades pesqueras nacionales.

El pasado viernes en el Apostadero Naval Buenos Aires, el Ministro de Defensa Jorge Taiana fue tajante al replicar a quienes sostienen que es necesario controlar el mar más allá de las 200 millas pues la depredación de especies migratorias que entran y salen de la ZEEA está produciendo un agotamiento de los stocks ictícolas argentinos.

“Argentina debe concentrarse en cuidar lo que pasa desde la milla 200 hacía adentro. La pesca no declarada y no reglamentada fuera de las 200 millas depende del dictado de normas internacionales a las que llegado el caso Argentina contribuirá. Pero a no equivocarse la mayor responsabilidad en materia de depredación en nuestro mar está dada por el otorgamiento de licencias de pesca a 30 años que Gran Bretaña otorga sobre recursos que nos son propios”, sostuvo el funcionario.

En sentido coincidente se expresaron oportunamente, el Subsecretario de Pesca Carlos Liberman, el Director de Operaciones de la Prefectura Naval Prefecto General Miguel Ángel Reyes y el Director General de Organización y Doctrina de la Armada Contraalmirante Julio Sanguinetti. Cada uno de los consultados detalló con argumentos legales los motivos por los cuales en el presente no es posible ejercer tareas de control policial, político o militar sobre las naves que succionan la riqueza pesquera de las entrañas del Atlántico en las puertas mismas del inicio de la Zona Económica Exclusiva Argentina.

El Atlántico Sur es considerado uno de los caladeros más importantes del mundo tanto por la diversidad de la fauna ictícola presente como por la cantidad de la misma. El flagelo de la llamada pesca no declarada y no reglamentada no solo es responsabilidad de las flotas orientales, España, Rusia y Polonia se encuentran entre las banderas poseedoras de naves pesqueras que operan en casi todos los mares del mundo y que no siempre respetan las zonas económicas exclusivas de los países ribereños.

 

 

 

 

 

 

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