Sergio Massa gana espacio público  y se diferencia de Fernández en su propuesta de política exterior

El Presidente participó ayer de un seminario de la CELAC con ex mandatarios de América Latina y España, mientras que el titular del Palacio de Hacienda cerró la conferencia anual del Consejo de las Américas junto a actuales, y muy influyentes empresarios locales y el embajador de los Estados Unidos.

En las antípodas del discurso presidencial, Massa ejecutó una presentación económica y financiera que fue aplaudida -en primera fila- por Marc Stanley, embajador de Estados Unidos en la Argentina.

El ministro de Economía describió un escenario global atravesado por los efectos tardíos del COVID-19 y el impacto actual de la invasión ilegal de Rusia a Ucrania, pero no justificó la situación por la lógica de la guerra.

Al contrario, Massa apareció pragmático y muy cómodo avalando las sugerencias del embajador Stanley respecto a la política doméstica de la Argentina.

El titular del palacio de hacienda ocupa espacios de poder que antes le pertenecían a Fernández, es más, hasta Arguello tuvo un exabrupto y dijo: " El Presidente Massa" , es muy claro, agarró las papas calientes de la Economía y eso le dio e poder y liderazgo, mientras que el Presidente y su Vice, en momentos tan graves para la Argentina, solo seguen el culebrón de sus inconsistentes peleas de poder, un poder, que como se ve y queda claro, ambos ya perdieron.

Alberto Fernández ya había participado en una edición del Consejo de las Americas (21 de julio de 2020), pero ayer optó por cobijarse en la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).

Esa decisión política -que facilitan los movimientos públicos del ministro de Economía-encierran un dilema institucional que Alberto Fernández aún no sabe como resolver en medio de una crisis de mercado y el pesado silencio público de Cristina.

Massa llena los vacíos institucionales con una nueva perspectiva que echa por tierra las ya obsoletas fórmulas con las que siguió insistiendo Fernández .

Entonces, Alberto Fernández aparece corrido del espacio público y a la vez condicionado por una matriz de pensamiento adverso a la hoja de ruta de la CELAC.

Las diferencias se van a agravar cuando Massa vuele a Estados unidos y reitere su mirada sobre las dictaduras de Cuba, Venezuela y Nicaragua.

Alberto Fernández defiende a los regímenes que controlan Maduro y Díaz -Canel, y condena a la revolución totalitaria que maneja Daniel Ortega. Pero el Presidente rechaza -de plano- que Nicaragua sea suspendida de la CELAC.

Massa consdera que Cuba, Venezuela y Nicaragua son dictaduras salvajes y que no tiene sentido perder tiempo con líderes populistas como Maduro, Díaz-Canel y Ortega.

El ministro de Economía sostendrá en Washington y Houston que la clave es el libre comercio, que las dictaduras son la contracara de la democracia liberal y que el Estado no puede violar los derechos humanos.

Si las plegarias que se rezan en la Cancillería son escuchadas en el Ala Oeste de la Casa Blanca, Alberto Fernández se reunirá con Joseph Biden antes que concluya septiembre. El Presidente llegará cuando Massa haya explicado su mirada sobre la agenda global y esa explicación ideológica chocará de frente con las ideas que Alberto Fernández tiene sobre el actual tablero internacional.

Ese es un punto de inflexión.

El jefe de Estado puede desautorizar a su ministro de Economía y ratificar su alineamiento con la hoja de ruta de la CELAC o ceder otra cuota gigantesca de espacio público y discurso propio frente al Presidente de los Estados Unidoso.

Lo cierto es que su tabla de salvación tanto para el Presidente, su Vice, pero específicamente para la Argentina, se llama Sergio Massa.


 

 

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