La Aduana puso en funcionamiento un sistema que le permite predecir con un alto grado de exactitud qué viajeros están incumpliendo las normas respecto al ingreso de bienes comprados en el exterior. El método, basado en sistemas de información provistos por líneas aéreas y que descansa en toda una serie de bases de datos públicas les permite a los sabuesos de las fronteras identificar a los pasajeros con perfiles de riesgo más altos para realizar análisis exhaustivos focalizados y comprobar maniobras de contrabando.

El sistema de “análisis anticipado” que hasta ahora mostró una efectividad del 42% no es un invento argentino, ni mucho menos.

Desde 2001, cuando los atentados de Nueva York y Washington transformaron para siempre a la seguridad aérea, los organismos de control de todo el mundo reforzaron la colaboración y la puesta en común de información útil para reforzar los controles en las fronteras.

La información de las líneas aéreas

En particular, por recomendación de la Organización Mundial de Aduanas, la IATA (International Air Transport Association) -el organismo que nuclea a las aerolíneas de todo el mundo- estableció un sistema de información que está vigente desde 2014 y que pone en común para todos los reguladores del mundo datos básicos sobre los vuelos y los pasajeros. Quién viaja, que otros viajes recientes hizo, si viaja solo o no, qué equipaje trae consigo, entre mucha otra información.

o que hizo la Dirección General de Aduanas en los últimos meses fue empezar a aprovechar y procesar toda esa información cruda. Según explicó una fuente de Aduana, cuatro horas antes de que un vuelo aterrice en Ezeiza, el organismo ya cuenta con esa información detallada.

¿Para qué sirve? Patrones que la Aduana identifica como dignos de interés se pueden utilizar para que intensificar los controles en casos específicos y, a la inversa, liberar de controles excesivos al resto de los pasajeros. Un ejemplo es el de un viajero que regresa de un destino al que voló tan solo 24 horas antes, que salió sin equipaje y que regresa con varios bultos. Ese caso está lejos de constituir una infracción, pero sin dudas es digno de atención.

Bases de datos públicas

Así, según explican los técnicos, para aprovechar esa información disponible se decidió sumar a la información que provee IATA otras bases de datos útiles a las que la Aduana ya accedía. Por ejemplo, los registros de Migraciones, los propios archivos de la Aduana sobre infracciones anteriores a las normas aduaneras e información que proveen otros fiscos -como el caso de la devolución de impuestos que hace el par de la AFIP en España y que deja en evidencia a quien compró algún bien suntuario y trata de ingresarlo sin declararlo- para formar una base de datos de múltiples dimensiones.

Los perfiles de riesgo, así planteados, no implican la detección de una infracción ni de un delito. Son, más bien, un índice que señala la probabilidad de que alguien esté tratando de evadir la Aduana.

Control humano

El último paso del sistema es el más artesanal que es la intervención de los agentes. Esto va desde la revisión del equipaje en sí hasta el acceso a datos públicos, como perfiles de Instagram y otras redes sociales, que permiten asociar a un viajero particular con una actividad comercial.

Puesto de otra forma: combinando todas esas bases de datos la Aduana podría llegar a encontrarse con el caso, algo evidente, de una persona que viajó por pocos días, cuyo equipaje creció exponencialmente entre salida y regreso, que tiene inumerables registros de salida y entrada del país similares, que ha cometido infracciones previas a los topes de franquicia y que, por ejemplo, cuenta con dos perfiles de Instagram, uno de los cuales vende termos importados, ropa de marcas que no operan en el país u otros producto habitualmente involucrados en el contrabando hormiga. Se trataría de un caso demasiado fácil, pero es un ejemplo de lo que pueden detectar los agentes de aduanas.

Según explican en el organismo, el sistema no es de aplicación general. Está teniendo en este momento usos puntuales en distintos aeropuertos. Por el momento, no todos los vuelos están siendo sometidos a este escaneo minucioso de datos. Si bien el sistema ya está mucho más allá de lo que se considera una prueba piloto, ya que está funcionando, una implementación total todavía está a años de distancia.

La última aclaración, que ya hizo de manera similar el titular de la Aduana, Guillermo Michel, es que como sistema está orientado a detectar movimientos de relevancia y no pequeñas infracciones. Según explican los técnicos detrás del mismo, los perfiles de riesgo así aplicados detectan principalmente a personas que evaden controles aduaneros con fines comerciales, no al detalle de si un viajero particular superó por un par de dólares la franquicia de USD 500 en compras hechas en el exterior que se permite ingresar sin impuestos al país.

Así, con todos esos datos en los sistemas, la Aduana puede armar un criterio de perfil de riesgo que le permita identificar a viajeros que cumplen con varias características típicas de viajeros que se dedican a la importación hormiga con fines comerciales.

 

 

 

 

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