Datos y curiosidades sobre OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT que revolucionó el mundo en 2023.

Los detalles de su origen, las razones del éxito y las extravagancias futuristas de una organización que logró codearse con los gigantes de la tecnología. 

OpenAI, la organización que desarrolla los sistemas ChatGPT y DALL-E, logró lo que pocas firmas tecnológicas consiguen: que sus creaciones trasciendan a los reductos especializados y cautiven a las grandes audiencias. Este año, la inteligencia artificial (IA) se ha convertido un tema de conversación en las mesas de café y sobremesas familiares. Algo impensado, poco tiempo atrás.

Las criaturas con IA que emergen de OpenAI exhiben la ambigüedad del doctor Jekyll y el señor Hyde. En simetría con la trama de la novela de Stevenson, ChatGPT es una entidad con marcadas luces y sombras. Es posible que su popularidad meteórica —el chatbot se lanzó en noviembre de 2022— se explique tanto por sus encantos como por las preocupaciones que genera su capacidad para emular muchas de nuestras capacidades.

Un breve paréntesis para desprevenidos, para después avanzar hacia las curiosidades sobre OpenAI. Su principal producto, ChatGPT, es un bot basado en inteligencia artificial que opera con el modelo de lenguaje por ellos desarrollado, GPT. Es una suerte de asistente virtual, aunque avanzadísimo. Además de mantener conversaciones que resultan naturales y de responder preguntas, puede redactar texto en forma autónoma, resolver problemas matemáticos y escribir el código de los softwares, entre otras destrezas mecánicas. Por su parte, DALL-E es un generador de imágenes: las crea desde cero luego de recibir una instrucción con el detalle de la composición.

OpenAI, la organización que con ChatGPT encabeza el nuevo auge de la inteligencia artificial. (Foto: AP/Richard Drew)

Esos avances generan fascinación y a la vez espanto. Aquello que más temblores provoca es la posibilidad de que, conforme aumenten las habilidades de esos sistemas, los humanos seamos desplazados de la posición privilegiada que durante milenios hemos ocupado. En sutil criollo, que un robot nos meta una patada en la retaguardia.

OpenAI: datos y curiosidades de la organización detrás de ChatGPT y DALL-E

Antes del recuento, algunos datos introductorios. OpenAI se fundó en el año 2015 y tiene su sede central en San Francisco, California, Estados Unidos. Se estima que trabajan allí unos 500 empleados; esa cifra sorprende, considerando que competidores suyos como Google tienen más de 180.000 integrantes.

Elon Musk fue uno de los fundadores de OpenAI

El actual dueño de Twitter y director ejecutivo de compañías como Tesla y SpaceX, fue uno de los que fundó la organización dedicada a la IA. Este año, en una entrevista con CNBC, dijo con su habitual arrogancia: “Soy la razón de que exista OpenAI”.

Elon Musk fue uno de los fundadores de OpenAI junto a Sam Altman, que ahora es CEO de la organización. Por: REUTERS

Las crónicas cuentan que Musk aportó 50 millones de dólares en el 2015, cuando el proyectó surgió. Tres años más tarde, renunció al directorio y se alejó definitivamente. En la ocasión, el magnate exhibió públicamente sus desacuerdos con sus compañeros, incluyendo a Sam Altman, uno de los cofundadores y actual director ejecutivo del grupo. Recientemente, Musk creó su propio laboratorio abocado a la inteligencia artificial, xAI.

¿OpenAI es una organización sin fines de lucro?

El portazo de Musk se explica, en parte, por los cambios que experimentó la organización con el correr de los años. Decimos “en parte” porque al revisar los detalles de aquel alejamiento se menciona que el multimillonario procuró un poder que no consiguió dentro de ese grupo. Más allá de esas desavenencias, ¿OpenAI no procura ganancias?

Nacida como una organización sin fines de lucro, fue reconvirtiéndose. En la mencionada entrevista con CNBC, Musk dijo: “Es como si una empresa que quiere defender la selva del Amazonas se convirtiese en una compañía de tala de árboles, que luego los vende”.

¿Una organización sin fines de lucro o una empresa? La respuesta de ChatGPT

Le pedimos al chatbot que desarrolla OpenAI que eche luz sobre esta escena. Con su habitual tono de Wikipedia new age, el sistema respondió: “En sus primeros años, operaba como una organización sin fines de lucro, pero en 2019 lanzó una entidad con fines de lucro llamada OpenAI LP, con el objetivo de recaudar capital para financiar sus actividades de investigación”. En su explicación, ChatGPT reconoció que esa movida “generó cierta preocupación en la comunidad acerca de cómo equilibraría los intereses comerciales con su misión altruista”. En el cierre, se nota el carácter oficial de la respuesta: “OpenAI sigue comprometido con principios éticos y de seguridad en la IA”, dijo la máquina.

OpenAI y el dilema del lucro. Por: REUTERS

En este punto, hay un dato que no puede ser soslayado. En 2019, Microsoft invirtió 1.000 millones en OpenAI y otros 10.000 millones en 2023. Con semejante banca de un gigante del negocio tecnológico, ¿es caso posible mantener una filosofía de desarrollo que no persiga el lucro?

OpenAI tiene un equipo dedicado a frenar a la inteligencia artificial

Parece curioso, aunque no lo es. A mediados de este año —en medio del auge de ChatGPT— la compañía que dirige Altman informó la creación de una división que llaman “superalineación”, cuyo propósito es que la superinteligencia no se rebele contra los humanos. En ese marco, dijeron que dedicarán el 20% de sus recursos a esos esfuerzos. En la práctica, prometen validaciones de sus tecnologías y pruebas estrictas.

El propio Altman reconoció que el avance de la IA supone una serie de riesgos. “Tengo miedo de causar grandes daños al mundo”, dijo el CEO de OpenAI este año, en un testimonio ante legisladores en Estados Unidos. En tanto, el batallón de ingenieros y especialistas del mencionado grupo especial también elabora borradores para futuras leyes, que prevén la regulación de estas tecnologías, para alinearlas con prácticas éticas y, a fin de cuentas, evitar que las máquinas se vuelvan incontrolables.

Conociendo a Sam Altman, el CEO de OpenAI

  • Samuel Harris Altman tiene 38 años. Desde pequeño se interesó en la tecnología: a los 8, desarmó una Macintosh de Apple, según contó en una entrevista con The New Yorker.
  • El actual CEO de OpenAI reconoció que pasó momentos difíciles durante su infancia. En una entrevista de 2016, dijo: “Crecer siendo gay en los años 2000 no era lo más maravilloso. Guardar secretos a los 11 o 12 años es complicado”.
  • Además de su participación en la empresa detrás de ChatGPT, Altman es un importante inversor en firmas de tecnología. En su cartera aparecen apuestas por Reddit, Airbnb y Pinterest. También tiene fichas en el tablero de Humane, una startup que, como veremos en el punto final de este recuento, sirve para espiar los posibles próximos pasos de OpenAI.

El proyecto secreto de OpenAI junto al diseñador histórico de Apple

A fines de septiembre, The Information aseguró que los creadores de ChatGPT mantuvieron reuniones con Jony Ive, el exdiseñador de Apple, reconocido por sus aportes fundamentales en la creación de productos como el iPhone. Todo apunta a que, en colaboración, crearán un dispositivo de hardware que facilitará las interacciones con la inteligencia artificial.

Jony Ive trabajó en Apple entre 1994 y 2019: fue clave en el diseño del iPhone. (Foto: AFP)

En este repaso de datos y curiosidades sobre OpenAI, la emergencia de Humane, una compañía que tiene a Altman como inversor, muestra el camino por el que avanzaría la organización. Aquella es una firma creada por dos antiguos empleados de Apple. No se sabe mucho sobre ella —de hecho, aún no lanzaron un producto o servicio al mercado—, aunque recientemente mostraron un pequeño equipo que proyecta imágenes holográficas sobre cualquier superficie. Además, su foco es la inteligencia artificial. Se prevé que, simplemente llevándolo como un pin abrochado en la ropa, comprenda el contexto y asista al usuario.

Aún no se sabe si el plan secreto que elaboran OpenAI y Jony Ive apuntará a esa dirección. Sin embargo, sí podemos esperar que, en el futuro cercano, ChatGPT sea más que un ente intangible que funciona desde equipos de terceros. Los siguientes pasos del gigante avanzarían hacia el sector del hardware. Según vimos, este Jekill y Hyde del siglo XXI también piensa fabricar sus propios procesadores para sacar músculo. Más del que ahora tiene.

Las crónicas cuentan que Musk aportó 50 millones de dólares en el 2015, cuando el proyectó surgió. Tres años más tarde, renunció al directorio y se alejó definitivamente. En la ocasión, el magnate exhibió públicamente sus desacuerdos con sus compañeros, incluyendo a Sam Altman, uno de los cofundadores y actual director ejecutivo del grupo. Recientemente, Musk creó su propio laboratorio abocado a la inteligencia artificial, xAI.

¿OpenAI es una organización sin fines de lucro?

El portazo de Musk se explica, en parte, por los cambios que experimentó la organización con el correr de los años. Decimos “en parte” porque al revisar los detalles de aquel alejamiento se menciona que el multimillonario procuró un poder que no consiguió dentro de ese grupo. Más allá de esas desavenencias, ¿OpenAI no procura ganancias?

Nacida como una organización sin fines de lucro, fue reconvirtiéndose. En la mencionada entrevista con CNBC, Musk dijo: “Es como si una empresa que quiere defender la selva del Amazonas se convirtiese en una compañía de tala de árboles, que luego los vende”.

¿Una organización sin fines de lucro o una empresa? La respuesta de ChatGPT

Le pedimos al chatbot que desarrolla OpenAI que eche luz sobre esta escena. Con su habitual tono de Wikipedia new age, el sistema respondió: “En sus primeros años, operaba como una organización sin fines de lucro, pero en 2019 lanzó una entidad con fines de lucro llamada OpenAI LP, con el objetivo de recaudar capital para financiar sus actividades de investigación”. En su explicación, ChatGPT reconoció que esa movida “generó cierta preocupación en la comunidad acerca de cómo equilibraría los intereses comerciales con su misión altruista”. En el cierre, se nota el carácter oficial de la respuesta: “OpenAI sigue comprometido con principios éticos y de seguridad en la IA”, dijo la máquina.

En este punto, hay un dato que no puede ser soslayado. En 2019, Microsoft invirtió 1.000 millones en OpenAI y otros 10.000 millones en 2023. Con semejante banca de un gigante del negocio tecnológico, ¿es caso posible mantener una filosofía de desarrollo que no persiga el lucro?

OpenAI tiene un equipo dedicado a frenar a la inteligencia artificial

Parece curioso, aunque no lo es. A mediados de este año —en medio del auge de ChatGPT— la compañía que dirige Altman informó la creación de una división que llaman “superalineación”, cuyo propósito es que la superinteligencia no se rebele contra los humanos. En ese marco, dijeron que dedicarán el 20% de sus recursos a esos esfuerzos. En la práctica, prometen validaciones de sus tecnologías y pruebas estrictas.

El propio Altman reconoció que el avance de la IA supone una serie de riesgos. “Tengo miedo de causar grandes daños al mundo”, dijo el CEO de OpenAI este año, en un testimonio ante legisladores en Estados Unidos. En tanto, el batallón de ingenieros y especialistas del mencionado grupo especial también elabora borradores para futuras leyes, que prevén la regulación de estas tecnologías, para alinearlas con prácticas éticas y, a fin de cuentas, evitar que las máquinas se vuelvan incontrolables.

Conociendo a Sam Altman, el CEO de OpenAI

  • Samuel Harris Altman tiene 38 años. Desde pequeño se interesó en la tecnología: a los 8, desarmó una Macintosh de Apple, según contó en una entrevista con The New Yorker.
  • El actual CEO de OpenAI reconoció que pasó momentos difíciles durante su infancia. En una entrevista de 2016, dijo: “Crecer siendo gay en los años 2000 no era lo más maravilloso. Guardar secretos a los 11 o 12 años es complicado”.
  • Además de su participación en la empresa detrás de ChatGPT, Altman es un importante inversor en firmas de tecnología. En su cartera aparecen apuestas por Reddit, Airbnb y Pinterest. También tiene fichas en el tablero de Humane, una startup que, como veremos en el punto final de este recuento, sirve para espiar los posibles próximos pasos de OpenAI.

El proyecto secreto de OpenAI junto al diseñador histórico de Apple

A fines de septiembre, The Information aseguró que los creadores de ChatGPT mantuvieron reuniones con Jony Ive, el exdiseñador de Apple, reconocido por sus aportes fundamentales en la creación de productos como el iPhone. Todo apunta a que, en colaboración, crearán un dispositivo de hardware que facilitará las interacciones con la inteligencia artificial.

En este repaso de datos y curiosidades sobre OpenAI, la emergencia de Humane, una compañía que tiene a Altman como inversor, muestra el camino por el que avanzaría la organización. Aquella es una firma creada por dos antiguos empleados de Apple. No se sabe mucho sobre ella —de hecho, aún no lanzaron un producto o servicio al mercado—, aunque recientemente mostraron un pequeño equipo que proyecta imágenes holográficas sobre cualquier superficie. Además, su foco es la inteligencia artificial. Se prevé que, simplemente llevándolo como un pin abrochado en la ropa, comprenda el contexto y asista al usuario.

Aún no se sabe si el plan secreto que elaboran OpenAI y Jony Ive apuntará a esa dirección. Sin embargo, sí podemos esperar que, en el futuro cercano, ChatGPT sea más que un ente intangible que funciona desde equipos de terceros. Los siguientes pasos del gigante avanzarían hacia el sector del hardware. Según vimos, este Jekill y Hyde del siglo XXI también piensa fabricar sus propios procesadores para sacar músculo. Más del que ahora tiene.

 

 

 

 

 


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