DOCUMENTO DE LA CGT:DE MAL
EN PEOR
El pedido
que hizo el nuevo gobierno a la sociedad para que le diera tiempo y poder hacer
frente a la pesada herencia, la famosa frase que utilizan para deslindarse de
toda responsabilidad y seguir transfiriendo lo que les corresponde a los
argentinos, a sus arcas particulares, allá, en los paraísos fiscales como
Panamá, Bahamas y otras islitas dedicadas a tapar esta clase de robos, tendrían
que haberse puesto a gobernar para los argentinos,
Sin
embargo, en esta paciente espera del milagroso segundo semestre, sólo han habido malas noticias.
En casi
todas las áreas donde se prometieron medidas para ir resolviendo la complicada
situación económico-social del país sólo registramos agravamiento exponencial
de los problemas.
La suba
de precios al consumidor en el primer semestre ya superó toda la
esperada para el año 2016.
Faltando
todavía otro medio año por delante, no sólo se está lejos de la promesa inicial
de bajar la inflación al 25%, sino que las estimaciones más “optimistas” la
ubican en el 43/45 %.
A ello se
suma que los aumentos afectan sobre todo a los rubros básicos de la canasta
alimentaria familiar, con subas en el precio que no tienen un asidero mas que
el de incrementar el lucro de los formadores de precios
La baja
de la producción, iniciada en el último trimestre del año pasado, también
se aceleró en estos seis meses, llevándonos ya a una recesión con todas las letras.
Los datos
por sectores señalan caída en el conjunto de la industria (con mayor impacto en
las pymes industriales), haciendo perjuicios en la industria automotriz, en la
siderurgia y, especialmente, en la construcción.
En este
último rubro, la demora en la reactivación de la obra pública se nota en una
simple comparación con respecto al año pasado: el consumo de cemento cayó un
23% en el primer trimestre de 2016.
El déficit
fiscal, que el actual gobierno señalaba como uno de los peores enemigos, no
sólo no se amesetó sino que, por el contrario, aumentó en el orden del 5,2% en
los primeros cinco meses.
A este
panorama se agrega la gran presión tributaria sobre las familias argentinas que
consumen poco más de la mitad de un salario en el pago de impuestos y tasas.
En este
rubro es importante destacar que el Impuesto a las ganancias sobre la
cuarta categoría aun aguarda el cumplimiento de la promesa de campaña
de ser excluido.
Los
parches que se han intentado han empeorado la situación de todos los trabajadores
afectados y han incluido entre los perjudicados a más empleados.
¿Cuánto
más hay que esperar para la sanción de una ley que haga equitativo y justo este
Impuesto al Trabajo?
La
devaluación y la quita a las retenciones agropecuarias, medidas tomadas para encarar la
pérdida de competitividad de las exportaciones, por su efecto inflacionario
están socavando esa finalidad, y se acompaña con una apertura de
importaciones que genera un efecto inverso perjudicando a la
producción nacional.
La
entrada de bienes de consumo extranjeros creció el 30% por ciento en lo que va
del año; en algunos rubros ese aumento es mayor aún (36% en calzado, 72% en
tractores).
El
impacto del brutal tarifazo de los servicios públicos ocasionó
tamaño perjuicio que incorporó más pobres a los ya existentes en el tercio de
la población afectada (es decir, más de 13 millones de compatriotas), la mitad
de ellos, niños y adolescentes; y que claramente implica una dirección opuesta
a la proclamada aspiración de transitar el camino hacia la “pobreza cero”.
No hay
centro urbano ni barrio de la Argentina donde no se padezca, de una u otra
forma, cierres de comercios, debido a la caída de las ventas,
aumentos de los alquileres y el costo de la energía.
Sólo en
Rosario, superan los 1.500 comercios afectados y son más de 6.000 en la
provincia de Buenos Aires.
En la
Capital Federal, sólo en el rubro gastronómico, se registran 400 cierres de
restaurantes, bares y confiterías en lo que va del año.
Es
necesario resaltar que la mayor generación de puestos de trabajo tiene
lugar en las pymes.
Y esta no
es una particularidad de nuestro país, sino que es así en la mayor parte del
mundo, incluidas las economías más desarrolladas donde estas empresas se
desenvuelven en el campo de la industria liviana.
Hoy el
auténtico discurso industrialista está ausente del vocabulario de nuestros
dirigentes políticos el empleo se encuentra con destrucción de puestos de
trabajo y falta de inversiones privadas que disparen la generación de nuevas
fuentes laborales.
Tanto el
sistema previsional como la educación deben ser políticas estratégicas del
Estado.
Actualmente
se pretende de los docentes un desatinado sacerdocio caracterizado por los
votos de obediencia a políticas educativas sin consenso, lejos de las
realidades de nuestro país que sigue teniendo problemas de financiamiento,
salarios bajos e infraestructura deficiente.
Las
escuelas técnicas, fundamental herramienta al servicio de los hijos de los
trabajadores, están lejos de la centralidad educativa.
La
educación universitaria pública tiene serios recortes presupuestarios y la
seguridad social parece encaminada a sufrir modificaciones que ponen en riesgo
su sustentabilidad.
Todos
estos datos expresados, nos hablan de un creciente deterioro de la calidad de
vida de la mayoría de los argentinos que se resumen en inflación galopante,
recesión, aumento del déficit fiscal, incremento del endeudamiento público,
aumento de las importaciones, tarifazos impagables, caída del ingreso, pérdida
del empleo, crecimiento de la pobreza y problemas en la escolaridad.
No hay
que haberse graduado en Harvard o en otra prestigiosa universidad para darse
cuenta de que vamos de mal en peor.
Las
perspectivas que se avizoran, de no cambiarse el rumbo
económico-social son que empeoren las consecuencias y el horizonte social.
Por eso
es necesario que, además de superar los gravísimos condicionamientos económicos
que hemos enunciado, podamos recuperar en nuestro país el concepto de Pueblo,
en el sentido amplio que nos indica la Comunidad Organizada de Juan
Domingo Perón.
Una
Nación no es sólo un Estado eficiente.
Ser una
Nación significa tener un proyecto político, social y cultural de convivencia y
beneficios recíprocos entre todos los actores sociales.
Es
hora de cambiar en serio, antes de que sea tarde.
Es hora
de gestar una “iniciativa popular” liderada por este movimiento obrero y que se
conforme por todos los sectores del trabajo y la producción, que proponga, y
aporte alternativas en defensa del trabajo argentino; una iniciativa socio-económica,
no electoralista, que tenga por eje vertebral al mundo del trabajo con
sus necesidades y problemas.
En razón
de esto, el Plenario de Secretarios Generales resuelve:
1. Trabajar decididamente hacia la
unidad del Movimiento Obrero Argentino como la más importante herramienta para
fortalecer la defensa de los intereses nacionales.
Redoblar
el compromiso de gestar el ámbito propicio para que esa unidad se vea
definitivamente plasmada en el Congreso Normalizador de la CGT a celebrarse el
22 de agosto, fecha en el que se conmemora el histórico renunciamiento de la
compañera Eva Perón.
- Proponer al futuro Consejo
Directivo Nacional un trabajo profundo sobre las representaciones del
interior del país que conlleve, no solo la normalización de las
delegaciones Regionales, sino también el análisis de las situaciones que
en cada región acontezcan con el firme propósito de evaluar junto a sus
dirigentes los planteos a presentar.
- Facultar y delegar a la
conducción surgida del Congreso la elaboración de un programa con las
principales problemáticas que aquejan al mundo del trabajo y convocar a
las acciones gremiales que correspondan en reclamo de las soluciones que
requiere la mayoría del pueblo argentino.
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