El tribunal N°1 de La Plata otorgó el beneficio al genocida que cumple cuatro condenas de reclusión perpetua por los delitos de lesa humanidad cometidos durante la dictadura militar. Pero Etchecolatz seguirá preso en el marco de otra causa que instruye el juez Kreplak.


La justicia federal de La Plata concedió este viernes el arresto domiciliario a Miguel Etchecolatz, condenado a cuatro reclusiones perpetuas por delitos de lesa humanidad y genocidio durante la última dictadura cívico militar, pero que no efectivizará por una decisión de primera instancia que le impide al represor tener ese beneficio.

Esta línea se enmarca en la decisión del Estado nacional de dejar de apelar cuando la justicia disponga el beneficio de la prisión domiciliaria a represores condenados por delitos de lesa humanidad. El gobierno prevé un aumento de requerimientos de prisión domiciliaria para represores mayores de 70 años detenidos por delitos de lesa humanidad, pero que no apelará en los casos que se les otorgue. Incluso los funcionarios de la gestión de Mauricio Macri pronosticaron que la Justicia les hará lugar a los pedidos y que se impone la decisión política de no apelar. Es el tiempo que nos toca vivir, explicaron alegremente en la Secretaría de Derechos Humanos que conduce Claudio Avruj en alusión a la edad cada vez más avanzada de los 1.056 detenidos que la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad registran hasta el 30 de junio.

Según el Ministerio Público, hasta junio pasado había 462 detenidos por crímenes de lesa humanidad con arresto domiciliario.

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